domingo, 12 de febrero de 2012

Pregunto qué será, desde el desatino o el megacierto

¿No habría que levantar el guante arrojado por Cristina Fernández y empezar a debatir en serio cómo se encara en términos político-económicos el tema de la minería, sus categorías y sus límites?

Pregunto: ¿No sería un buen punto de partida que el parlamento debata recuperar para el estado nacional (recordemos que con la excusa de un federalismo metiroso Menem traspasó a las provincias este recurso, con el objeto de debilitar su gestión frente a poderosos intereses) la potestad sobre el patrimonio del suelo: petróleo, minerales, etc?
¿Podemos empezar a debatir si estamos en condiciones (antes de lanzarse a la ostentación imprudente de consignas repasar los contratos heredados de los '90, y si estamos en condiciones objetivas, nunca emotivas, de incumplirlos) de nacionalizar esta actividad: petroleo, minería, etc?

No lo sé, lo pregunto en voz alta, entendiendo que lo deseable en este tema, es que nos privemos conscientemente de misticismos, discursos emotivos, consignas vacuas, y sillas vacías. Luego de algunos cabildeos angustiosos, exacerbados por tanta sensiblería, creo concluir que habría que nacionalizar, sin estridencias, con prudencia (sin olvidar que el CIADI tiene jurisdicción sobre estos contratos), estos recursos.
Entonces, y sólo entonces, será factible el control popular sobre estos y la actividad que los extrae de las entrañas de nuestra patria.

Una buena pregunta, que responderla parece un buen comienzo es sobre qué discutimos. También sería prudente responder sobre qué podemos actuar, y cómo hacemos para recuperar -en el menor plazo posible- la potestad de actuar sobre lo que en verdad hoy no podemos.

Creo que de los límites el único claro es el del cianuro, que tal y cómo en Europa han definido, más temprano que tarde terminará prohibido, y en el mientras tanto extremadamente controlado.
Sin embargo, a diferencia de Europa, o pensando en su experiencia, la actividad creo que sería necesario esté en manos del estado con control directo de las 3 instancias del poder administrativo: estados nacional, provincial y municipal (esta instancia con mayor peso que las anteriores). Porque los problemas ambientales que han tenido en Europa con la megaminería han sido básicamente por la avaricia desatada por el capital (evidentemente privado).

Quizá, finalmente, se trate de decidir si queremos soñar con quimeras, o ir haciendo realidad algunos sueños.




Y no es únicamente por el órgano tiempo que cesa y no cesa, por lo crecido, para lo sonriente, para mi soledad hecha esquina, hecha torre, hecha leve notario, hecha párvula muerta, sino porque no hay otra forma más violenta de alejarse.

(Ansío desafinar. Desafino. Me hago cargo del desatino, o del colosal acierto.)



La ceguera, el temor al camino y el camino

"Cualquier ciudadano de a pie preveía que luego de ganar las elecciones presidenciales con el 54% de los votos, Cristina Fernández produciría un reacomodamiento y profundización del modelo de producción y trabajo.

Si bien el grado de ejecutividad de las administraciones Kirchner ha tenido una dinámica desacostumbrada, no era fácil conjeturar que las extensiones serian comparables en términos de velocidad en la implementación.
Obviamente ha ayudado la urgencia procedente de los umbrales de una crisis mundial anunciada. Los pronósticos del “break through” oscilan entre el segundo semestre de 2012 y el primero de 2013. Así piensa desde la aséptica Lagarde (FMI) hasta el inefable Nouriel Roubini, pasando por Rogoff, Krugman, Stiglitz, quienes coinciden en que podría producirse un desenlace embarazoso, tras algún default soberano en Europa.
En la Argentina cada vez se hace más irrebatible el éxito de ocho años de aplicación de una política económica que produjo un verdadero “milagro económico” (porque salió del default; duplicó PBI, consumo e inversión; triplicó el comercio exterior, sextuplicó las reservas, rebajó a menos de 1/3 el desempleo y a ¼ la deuda externa).
Al presente y según su lógica política (que obviamente no coincide con la de los economistas neo liberales); el gobierno está aplicando la anunciada “sintonía fina”, tratando de abordar las cuestiones que fueron concientemente postergadas, con el propósito de alcanzar todas las conquistas enumeradas anteriormente.
Teniendo en cuenta que el enfoque político del gobierno es nacional y popular, la profundización del modelo requiere mayores controles; y estos se harán, aún asumiendo que los censores invocarán posibles emanaciones de lava volcánica, tsunamis y otras catástrofes irreversibles.
Indiscutiblemente, las decisiones tomadas por el gobierno ya están afectando la holgazanería del "laissez faire". Mayormente, en algunos extravagantes defensores de esta corriente (me refiero a empleados de comercio exterior y cambios; burócratas en general, individuos que no siendo ricos, defienden intereses que no les representan, simplemente por ignorancia, u holgazaneria). El sector privado sigue ganado dinero, como no lo había hecho en ningún periodo anterior del pasado contemporáneo.
En una economía de estas características, con un mundo en llamas; era previsible pensar una administración con más regulaciones y restricciones, para evitar que los objetivos alcanzados no se evaporen.
El sector privado se va adecuando a una economía de mayor laboriosidad, mientras los perezosos se siguen quejando, aunque nadie piensa en salirse de su negocio ni renunciar a su empleo.
Por último reconozco que el conjunto de medidas "hetero-ortodoxas", ha producido cambios parciales en la organización económica, pero ha tenido impacto positivo para el país en terminos de estabilidad. El sector empresario -en voz baja- sigue reconociendo que las expectativas son favorables."

Luego de la lectura de este análisis de Pablo Tigani (http://pablotigani.blogspot.com/2012/02/cualquier-ciudadano-de-pie-preveia-que.html), es interesante añadirle un repaso a este informe del Observatorio Económico, que se presentó en el último encuentro de IDEA en Mar del Plata (http://www.bbvaresearch.com/KETD/fbin/mult/EW_Los_emergidos_tcm346-274666.pdf?ts=922012), complementado con estos datos analizados sobre las economías emergentes y el papel de Argentina y la región (http://www.bbvaresearch.com/KETD/fbin/mult/Argentina_OCT11_IDEA_tcm346-272513.pdf?ts=922012), del que podemos destacar la siguiente conclusión:

"...todo apunta a que este será el siglo de Asia, lo cual favorecerá las economías latinoamericanas en la medida que representa un aumento estructural de la demanda de materias primas.

Este proceso seguirá siendo liderado por China, la cual no sólo continuará como potencia exportadora, también lo será inversora. Se anticipa que este proceso se acelere en la medida en que China avance en el proceso de liberalizar su cuenta de capitales, lo cual permitirá que el renminbi sea una moneda de reserva y afianzará su papel líder en la gobernanza mundial. Este proceso de recomposición del poder mundial también favorecerá otras economías emergentes, como se evidencia en el papel que hoy está cumpliendo el G-20 como reemplazo de otros grupos de referencia del pasado.

No obstante, está presente el riesgo de que en vez de pasar a una etapa de ‘multilateralismo’ haya una regionalización del poder caracterizada por un modelo de proteccionismo en tres bloques, América, Europa y Asia, el cual sería muy perjudicial para las economías latinoamericanas."


Esto me sugiere que estamos ante la inaudita oportunidad de pensar en una etapa de desarrollo (tenemos la obligación de que sea en un marco de creciente igualdad), lo que retroalimentará el crecimiento económico. El riesgo es la tentación de poderosos sectores (que siguen siendo concentrados en una economía que sigue estando extranjerizada, cuyos riesgos nos describe con precisión A.Zaiat en su nota de Página/12:http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-187389-2012-02-11.html) de basar este crecimiento en el sector primario y no encarar el riesgo (y el esfuerzo) de gestionar el desarrollo. Lo que no favorecerá la multilateralidad porque seremos actores con menos poder económico en el mundo que amenaza ser. Pero para que esto tenga posibilidad de conducirnos a un destino mejor, es decir a un país más rico y mucho más igualitario, es vital no confundirnos, tener claro en que momento histórico estamos, cuáles son las opciones reales (no las que nuestro corazón fantasea).
Tengamos claro que en un cuarto de siglo el mundo no será como es, los bloques de poder económico estarán configurados muy de otro modo, y actuaremos en función de nuestro poder real. Y, por poner un ejemplo de urgente actualidad, Inglaterra con el tema Malvinas puede hoy hacerse el distraído, y el matón del barrio también, porque sigue siendo parte del principal bloque de poder (no olvidar nunca que es además el dueño del máximo poder militar); pero en un cuarto de siglo (o quizá antes) esto ya no será así, en cambio nosotros si seguimos nuestra marcha por el camino adecuado estaremos en un bloque de poder económico empardado con éste y ya no en condiciones de debilidad.
Es decir que, desde mi humilde punto de vista, estamos en un momento histórico, del que podemos emerger en condiciones de revertir no sólo la destrucción de nuestra economía y las condiciones de vida de nuestra sociedad, también de lograr hitos políticos impensados.



Lo que ahora ciego tropieza, resbala
por la gastada pared del corazón,
aferrándose terco hacia la muerte,
desplomándose sordo hacia el olvido.



miércoles, 8 de febrero de 2012

Marita, y la tinta mágica

Había una vez, una nena llamada Marita, desparramada en el piso de su habitación, dibujando una hermosísima princesa. Le hacía un bello vestido adornado con apliques de corazones esmeraldas y una maravillosa corona con rubíes incrustados con forma también de corazón. Los dibujos de Marita, desbordaban así de amor y de colores.
Lorena rezongaba. Decía que se le iba a enfriar la panzita y se enfermaría irremediablemente. Efectuó un detallado recuento de los antibióticos y las inyecciones que debería sufrir si no le hacía caso y no se cuidaba. Invariable discurso de Madre.
Marita era una alegre niña de 7 años. Estaba siempre de buen humor. Le fascinaba leer libros de cuentos, aunque le gustaba más si se los leía el papá. Le encantaba dibujar y ver dibujos animados en la tele. La divertía mucho ir a la escuela, aprender muchas cosas nuevas, compartirlo con sus compañeros. Le gustaba jugar con todo el mundo, siempre estaba haciendo nuevos amigos. Disfrazarse, encendía todos los motores de su fantasía, lo disfrutaba mucho. Algunas veces no le gustaba nada que le digan cómo hacer las cosas, pero no era cabezadura y enseguida pedía ayuda cuando algo no le salía bien y no sabía cómo seguir. Vivía con su mamá y su papá en un departamento pequeño, en un país muy pequeño, muy cerca de aquí. Tenía un cuarto pequeño, al lado de un comedor pequeño. También un balcón pequeño con 3 macetas, con vista a una gran familia gatuna con su tortuga mascota. Y varios pajaritos cantores, pero todos de mentira.

José, el Abuelo de Marita, un día que estaba de visita tomando unos mates con Lorena, notó sin embargo que no era completamente feliz. Se dio cuenta porque lo miraba con una oculta tristeza. Esas miradas no se le escapan jamás a un abuelo ni a una abuela.
-¿Qué pasa Mariti? Estás tristona -preguntó José.
-Es que tengo ganas de tener un jardín Abu, con tierra de verdad, con hormiguitas y sapitos y arbolitos y plantitas y
pastito y escarabajos y tierra, pero tierra de verdad. Pero papi me dijo que no me puede comprar ninguno.
José entendió enseguida. Aunque él no podía hacer nada, como iba a meter un jardín en el departamento de Marita. No entraba. Colgarlo del balcón, no se podía. Además, tampoco tenía plata para fabricarlo. Entonces fue cuando José se acordó de un viejo baúl que tenía en el altillo de su casa, donde guardaba un montón de cosas que ya no usaba. Cosas que todos decían que no servían para nada, que porque no las tiraba, que estaban siempre molestando. Pero el Abuelo igual las guardaba, porque confiaba en que algún día sirvan para algo. Y llegó ese día.
-Sabés Mariti, un Jardín no te puedo conseguir. Ni un bosque, ni siquiera un patio. Pero en el altillo de casa ¿Te acordás? Tengo algo que me parece, te va a gustar más que un jardín...
Marita se acordaba del altillo, cómo no, si le encantaba esconderse en ese cuarto, al que nadie disfrutaba salvo ella y el Abuelo, a jugar, a imaginarse que era una princesa, una enfermera, una valiente marinera, una veterinaria, una dentista, y un montón de cosas más que le gustaría ser cuando sea grande. Pero, que le podría gustar más que un jardín, que esté escondido tras las empinadísimas escaleras que llevaban a esa mágica habitación
-¿Qué Abu?
-Una libreta mágica. La que sólo se puede usar con una lapicera mágica, cargada con tinta mágica; elemento éste, el más importante de los tres elementos mágicos, y que sólo yo sé donde conseguir.
-¿De verdad? -Los ojos de Marita se abrieron gigantescos, se iluminaron, la ilusión se los llenó de un brillo que a José le pareció mágico. Ya estaba funcionando.
-De verdad. Pero me tenés que prometer que vas a guardar este secreto celosamente. Nadie más que vos y yo debe saber que existe una libreta mágica y una lapicera mágica con tinta mágica; elemento éste, el más importante de los tres elementos mágicos.
-Prometido -y extendió el dedo meñique hacia el abuelo, quien selló el pacto enlazando el suyo con el de Marita.
Cuando Marita tuvo en sus manos la libreta, la lapicera y la tinta, elemento este el más importante de los tres elementos mágicos, lo primero que dibujó no fue un jardín. Dibujó un bosque. Lleno de árboles, como le gustaban los bosques, con un árbol muy viejo y muy grande en medio.

Marita nunca supo muy bien como sucedió, pero de pronto estaba caminando por ese bosque, el más hermoso que jamás había visto. Cuando estuvo frente al gran árbol, le preguntó con un poco de temor, como cualquiera que se encuentre de pronto, parado frente a un árbol muy grande y muy viejo:
-¿No se aburre señor árbol de estar siempre parado en el mismo lugar?
-No creas. Los pájaros y las mariposas me cuentan todo lo que ven. Ellos siempre conversan conmigo, para que no me sienta solo. No te voy a negar que a veces me dan ganas de salir a pasear y conocer esas maravillosas flores de las que me cuentan con tanta admiración, sobre todo las mariposas, claro. O ese fascinante espectáculo que debe ser ver a los niños jugando en el parque. Pero estoy bien. Además, me divierte mucho cuando los chicos vienen y se trepan a mis ramas. O cuando esos mismos chicos se esconden entre mi follaje, y se quedan horas conversando. O cuando el pájaro carpintero me hace cosquillas con su piquito repiqueteando en mi panza.
Otro día Marita se puso a dibujar en su libreta mágica, con la lapicera mágica que cargaba tinta mágica, elemento éste el más importante de los tres elementos mágicos, una selva. Era genial la selva porque allí podía jugar con unos requetetraviesos monitos; sentarse sobre la cabeza de la jirafa agarrada fuerte de los cuernitos y desde allí mirar todo lo que pasaba tras los árboles; pasear parada sobre el lomo de un elefante mientras éste la abanicaba con sus orejotas los días de calor. También charlar muy seriamente con el León:
-Señor León: ¿no se aburre de andar todo el día rugiendo y poniendo cara de malo?
-Un poco sí, me aburre un poco. -dijo el León riéndose con ganas, abriendo tan grande esa boca grande, que a Marita le dio un poco de miedo y empezaba a arrepentirse de haber preguntado. Así que decidió que era mejor ir a jugar con unas gacelas que andaban correteando por ahí.

Una tarde que Marita había llevado todos sus elementos mágicos a la casa del abuelo José, incluso la tinta mágica, que como todo el mundo sabe, es el más importante de los tres elementos mágicos, y después de comer todos los ravioles para que mamá y la abuela no se enojen, se fue al altillo a dibujar. Allí empezó a dibujar un castillo enorme al lado de un bosque, con una hermosa princesa, llena de corazones como tanto le gustaba a Marita. Estaba tan entretenida en el castillo, bailando con el príncipe más lindo de todos los príncipes lindos, era tan bonita la música de la orquesta real, que cuando Lorena la llamaba para volver a casa, Marita no escuchaba. José decidió remontar la empinadísima escalera, para avisarle que ya era la hora del regreso. Pero Marita tampoco escuchaba. Entonces el abuelo tuvo la idea de dibujarse sobre la libreta mágica y ya todos saben que más, para ir a rescatarla de las garras de algún dragón. Y así fue que vestido de caballero, montado en un gran caballo negro, la trajo sentada sobre las ancas del corcel, saludando con un poco de tristeza a su amigo el príncipe.

Marita sigue queriendo un Jardín, pero como dijo el abuelo, la libreta mágica y la lapicera mágica con tinta mágica, elemento éste, el más importante de los tres elementos mágicos, le gustaba más. Se divertía mucho más.
Lo que nunca supo Lorena, es de donde salieron los 3 pajaritos cantores que anidaron sobre el placard de la pequeña pieza de Marita y todas las mañanas le avisan cuando debe levantarse para ir a la escuela. Tampoco sabe de qué le habla Marita, cuando le explica con voz pausada y serena, que son amigos del árbol viejo y grande del bosque más maravilloso que jamás hubo visto...




Si cualquier día vemos una Foca
que junta margaritas con la boca,
que fuma y habla sola
y escribe con la cola,
llamemos al doctor: la Foca es loca.
(María Elena Walsh)

sábado, 4 de febrero de 2012

Sopesando los límites de la insensatez

"Si alguien en el Gobierno cree que se puede gobernar en la dirección asumida sin el acompañamiento de una porción considerable del movimiento sindical, terminará contribuyendo a la derrota. Y si algún líder sindical cree que los trabajadores van a llegar al poder sobre la base de la fractura de la actual coalición político-social de gobierno, va a convertirse en la clave del éxito de las operaciones mediático-políticas que dice combatir. De eso trata la hegemonía, de contener en unidad la diversidad y hasta la contradicción."

Lo interesante de este artículo de Edgardo Mocca, titulado "Hugo Moyano y la vigencia de Gramsci" y publicado por Página/12, es que fue escrito hace casi un año. Si esto no es lucidez en el análisis, ya me dirán cómo definirlo.

En cada análisis que leo -los de buena leche, claro, no aquellos que buscan desesperada e insistentemente algo que debilite o invalide al gobierno-, todos rescatan que los planteos de Hugo Moyano tienen base en la justicia; son justos, incluido el reparto de ganancias, independientemente de la evaluación del momento político que cada quien haga. Sin embargo en lo discursivo denota una intencionalidad política, que claramente excede e invalida estos reclamos. Que esté jugando políticamente no está mal en si mismo, es parte del juego político, para bien o para mal. Nadie le puede negar, tenga la opinión personal que tenga sobre el personaje, que tiene en el haber sus posicionamientos en la segunda y más infame de las décadas, los '90, fundando el MTA, asociandose a la CTA en la resistencia a las políticas neoliberales; y en los 2000 también, dándole sustento desde la CGT al proyecto que encabezaron Nestor Kirchner y Cristina Fernández, con un climax destacable en 2008 y 2009, porque cuando muchos se sumaron a la movida destituyente él también "le puso el pecho" a ese proyecto de gobierno.
Por esto tengo claro que no es posible que Moyano no vea con claridad la lectura política de su planteo actual, es más, quizá la provoca pensando en 2015. No sé si Moyano está sobrevalorando su potencial, o si en realidad está pensando en alianzas de poder de cara a las próximas elecciones. Podemos ponerlo en la balanza del lado de la defensa de los intereses de sus representados como declaran quienes lo defienden, pero desde mi punto de vista hay que ponerlo claramente en el de la lucha política.
Naturalmente que no se puede ignorar en ningún análisis, que además de la inevitable, y destacable, lectura política, hay que leerlo también en clave de lucha de poder interno en la CGT, en tanto en unos meses Hugo Moyano deberá renovar, o no, su mandato como secretario general, y su poder de convocatoria hacia dentro del sindicalismo más próximo al oficialismo nacional se ha visto claramente debilitado.

Personalmente me parece que el marcado tono de enfrentamiento político que Hugo Moyano utiliza es inadecuado. La lucha por espacios de poder político son válidas; por qué los referentes sindicales no podrían aspirar a una mayor representación de la que tienen -que por cierto debemos reconocer que parece escasa-. Lo que parece pretencioso es el posicionamiento que podemos resumir como "o soy yo, o rompo todo". Porque además parece claro que -parafraseando a Trosky- los trabajadores no se suicidan, básicamente porque viven en la realidad, y no en las elucubraciones de dirigentes tras un escritorio.
Entonces, si bien Hugo Moyano tiene razón y, faltaría más, legitimidad en sus reclamos sindicales, en lo que pareciera equivocarse es en el tono de enfrentamiento político con el que los hace, porque le resta legitimidad -no veo porque negar la sinceridad en estos reclamos- y potencia, porque creo -humildemente- que no está en condiciones objetivas de salir airoso si sigue adelante con esta estrategia.

El tiempo definirá la verdadera dimensión del conflicto. Si nos basamos en las declaraciones de los "actores secundarios" parece claro que la sangre no llegará al río, y que luego de golpear, se negociará. Al final la realidad se impone cuando prima la prudencia. Y pocas cosas son tan propias de esta administración como la prudencia, el no precipitarse, y actuar con todas las consecuencias cuando la realidad lo requiere. Es extraño, porque algunos declaman que el actual gobierno argentino -desde 2003 a la fecha- actúa movido por el capricho, o el fanatismo ideológico, y no he conocido gobierno más pragmático que éste.
Y si tenemos en cuenta que "...casi todos los países cuidan sus mercados, vigilan el ritmo de ingreso de los importados y diseñan políticas para equilibrar los intereses de la producción nacional y los de sus principales socios en el comercio internacional", como nos resume Alfredo Zaiat en otro gran artículo -lo que no es novedoso-, muy apropiado para los tiempos que corren de sintonía fina y medidas de contención de los peligros de contagio de la crisis en la que esta sumergida Europa, debemos comprender que si algo debe primar en todos, pero con mayor responsabilidad el oficialismo y quienes le dan sustento, es la prudencia, el sentido de responsabilidad institucional, y el pragmatismo, con el objetivo de que en la escala de prioridades el nivel de actividad económica y el empleo sigan como hasta ahora siendo, precisamente, prioritarios. Definición que está en la esencia misma del mentado "modelo" y, debemos suponer, a Hugo Moyano le interesa, y preocupa, tanto como a la propia Cristina Fernández.

Sé que parece un exceso de audacia de mi parte, pero todo este debate, si ignoramos a aquellos que -siempre- se equivocan pasando facturas o descalificando, entiendo que será positivo para ir clarificando posiciones, vanidades personales, límites a superar, y si alguno de los actores está dispuesto a la insensatez de "patear el tablero".





Sentiré al fin la infinita pena, la soledad de los astros y la impotencia del mar ante la luna. Sé todo esto con la misma certeza de que ese día no tendrá ocaso.
(Luis Deganis)

Yo sostengo que Orwell debió titularla 2012

Si la libertad significa algo, será, sobre todo, el derecho a decirle a la gente aquello que no quiere oír. Si el pensamiento corrompe al lenguaje, el lenguaje también puede corromper el pensamiento. Ver lo que está delante de nuestros ojos requiere un esfuerzo constante. Sin duda, era posible imaginarse una sociedad en que la riqueza, en el sentido de posesiones y lujos personales, fuera equitativamente distribuida mientras que el poder siguiera en manos de una minoría, de una pequeña casta privilegiada. Pero, en la práctica, semejante sociedad no podría conservarse estable, porque si todos disfrutasen por igual del lujo y del ocio, la gran masa de seres humanos, a quienes la pobreza suele imbecilizar, aprenderían muchas cosas y empezarían a pensar por sí mismos; y si empezaran a reflexionar, se darían cuenta más pronto o más tarde que la minoría privilegiada no tenía derecho alguno a imponerse a los demás y acabarían barriéndoles. A la larga, una sociedad jerárquica sólo sería posible basándose en la pobreza y en la ignorancia.



Allí se producían periódicos que no contenían más que información deportiva, sucesos y astrología, noveluchas sensacionalistas, películas que rezumaban sexo y canciones sentimentales compuestas por medios exclusivamente mecánicos en una especie de caleidoscopio llamado «versificador».



Si quieres hacerte una idea de cómo será el futuro, imagina una bota aplastando un rostro humano incesantemente. Quizá no deseara uno tanto ser amado como ser comprendido. Opino que a los cincuenta, cada uno tiene la cara que se merece. Sólo hay un modo de hacer dinero escribiendo: casarse con la hija de tu editor. ¿No ves que la finalidad de la neolengua es limitar el alcance del pensamiento, estrechar el radio de acción de la mente? Al final, acabaremos haciendo imposible todo crimen del pensamiento. En efecto, ¿cómo puede haber crimen tal si cada concepto se expresa claramente con una sola palabra, una palabra cuyo significado esté decidido rigurosamente y con todos sus significados secundarios eliminados y olvidados para siempre?


Nuestro peor enemigo, reflexionó Winston, es nuestro sistema nervioso. En cualquier momento, la tensión interior puede traducirse en cualquier síntoma visible.



Fragmentos de "1984", de George Orwell
Pese a que algunos insisten con que es una crítica feroz al stalinismo, desde mi punto de vista, Orwell describía de manera contundente el fascismo y la superficialidad que anida latente en el capitalismo. Que vuelve, siempre vuelve.




Casas enfiladas, casas enfiladas, casas enfiladas. Cuadrados, cuadrados, cuadrados. Casas enfiladas. Las gentes ya tienen el alma cuadrada, ideas en fila y ángulo en la espalda. Yo mismo he vertido ayer una lágrima, dios mío, cuadrada.


miércoles, 1 de febrero de 2012

Cuando las simplificaciones pueden ser contaminantes

Hasta ahora no escuché a nadie decir que no es contaminante algún tipo de actividad minera. Algunos desprecian el nivel de peligrosidad de esta actividad, es cierto, pero tan cierto como que otros lo magnifican.
Lo que estoy intentando es entender qué, quién, cómo. Pretender que alguien está a favor del aborto es falso, nadie está a favor, lo que sí es cierto es que muchísimos estamos a favor de despenalizarlo. En el caso de la actividad minería, con sus megas y sus menos, nadie puede decir que no es contaminante sea del tipo que sea, lo que debemos intentar entender es si es posible desarrollar minería a cielo abierto de manera responsable con el medio ambiente tal y como en Europa lo hacen. Y, naturalmente, qué límites hay que poner y qué medidas de seguridad son fiables y cuáles no.

La cuestión es que entre tantas consignas nadie consigue pensar con claridad. No me siento cómodo en medio de las simplificaciones, porque suelen esconder tras de ellas ignorancia sobre el tema consignado. Los prejuicios nos impiden juzgar con claridad. Cuando estamos a favor o en contra de algo, sería conveniente estarlo sabiendo porqué, no porque nos asustaron con frases estresantes o con fotos angustiosas.

Hasta ahora, lo único que tengo más o menos claro, es que el uso de cianuro es peligroso, motivo por el cual, por ejemplo en Europa, está muy regulado, y si bien no han prohibido su uso, están estudiando con mucho detalle si las medidas de seguridad son fiables o no. Todo el resto del discurso, hasta ahora, queda en el terreno de la retórica.

Encontré un blog en el que un geólogo da su punto de vista (a muchos no les gustarán sus opiniones, advierto) y aporta datos, sobre el tema de la minería, tan de moda en estos días. Me he encontrado con mucho misticismo en este tema, y sé que lo políticamente correcto es el uso de consignas contrarias, pero a mí me interesa el dato duro, y sacar mis propias conclusiones. Todavía no tengo opinión formada (quizá por mi ignorancia). Lo único que parece claro es que el uso de cianuro es peligroso, y que algún día estará prohibido su uso. Quizá, mejor que la consigna fácil, es lo que hacen en Europa, legislar con el dato duro en la mano para obligar a todos los actores a tomar las medidas de seguridad que sean necesarias.

Es lo malo de ser agnóstico: no puedo opinar alegremente.




Por el viento me conozco, añadido sin luz a un enebro en peste. Renombro que he suavizado manteles donde mi madre vaciaba sacos de harina. Así conozco la amnesia de portarretratos y el frío solemne, saturador de huesos. Rara, la escena nos contempla, sentada en el medidor lloroso de la casa, para ver el velo de treinta y tantos que lleva mi madre al caminar.
Así conozco de los años calendarios y paredes.