lunes, 19 de mayo de 2014

El gato duerme en la cocina

Ante todo quiero decir que me da lo mismo que no vaya Tévez a Brasil 2014. Le tengo confianza a la selección y a Pachorra, y si él y los jugadores lo decidieron así será para mejor. No olvido que con Tévez en la selección nunca ganamos nada. Todo bien, claro que sí, los juegos, un torneo menor, y que Carlitos no jugaba solo; hablo de torneos en serio, de selecciones mayores, importantes: Copa del Mundo, Copa América.

Tévez es un muy buen jugador, pero no es mejor que Messi ni que Agüero, quienes ocupan su lugar. Además es un jugador que ha tenido problemas con todos sus técnicos porque es indisciplinado tácticamente: con el Cholo Simeone seguro que los tendría, es con el que más los tendría.
Acá tenemos un problema, y es no entender que el fútbol es un juego de equipo, no es un juego de estrellas. Somos tan individualistas que el fútbol lo entendemos desde los jugadores, y no desde el equipo. Nos pasa lo mismo con el país.

Además tengo en cuenta que Tévez es el goleador de la Juventus, un equipo de segundo nivel en Europa, y los que van, mayoritariamente destacan en equipos mejores. El único puesto con el que no estoy demasiado conforme es con el de arquero, donde yo hubiera sacado a Orión y habría convocado a Willy Caballero. En el resto de las posiciones, no hay mejores. Claro que todo es subjetivo y el fútbol más que nada, pero jugadores indiscutibles no hay ninguno afuera de los convocados.
Me cae muy bien Carlitos, como tipo, y me encanta como jugador, lo re-banco y lo bancaré siempre, pero Tévez no es indiscutiblemente necesario en este equipo, ni en ningún otro.

Claro, al periodismo todo esto le viene bárbaro, y ahora ya sabemos que si el equipo no pasa de cuartos, será porque no se convocó a Carlitos. En su caso no porque no entienden que el fútbol es un juego de equipo, sino porque necesitan vender.

Insisto, tenemos un buen equipo. Ojalá que el Pachorra encuentre el equilibrio que hace varias décadas no encontramos. El equilibrio que nos permitiría salir campeones, o al menos llegar a semis, se consigue con disciplina táctica y buenos jugadores, no sólo con buenos jugadores.

Que nadie olvide que Maradona hubo uno sólo, y que además el gordo era un jugador único táctica y técnicamente.

Finalmente, yo siempre, siempre, le hago el aguante a la selección. Hasta cuando la dirigió Bilardo, con eso lo dije todo...




El gato duerme en la cocina mientras la lluvia corre afuera. Cien y mil años de penumbra. La tarde solo un soplo afuera. El gato duerme desde cuándo, la lluvia es otra y otra, afuera. El gato en paz, en paz el sueño, y el agua hacia la mar afuera.
(Eliseo Diego)

jueves, 1 de mayo de 2014

A este oficio me obligan los dolores ajenos

Viendo que se pretende instalar un debate acerca del cuál es el índice de pobreza de nuestro país, me interesa decir que el primer responsable de que tal cosa suceda es el actual gobierno, cuando tuvo la infeliz idea de que nos podíamos ahorrar unos cuantos miles de millones de dólares a costa de desacreditar las estadísticas oficiales.

Claro que hay varios motivos para dar índices tendenciosos o manipulados de pobreza: algunos por necedad, otros por hijaputez.
Necios o insensatos fueron los que antes nombré, hagámonos cargo para empezar.
También los que pretenden defender la idea de que no hay caminos alternativos, y que cualquier camino alternativo -dentro del capitalismo- es igual de malo que el neoliberalismo, entonces la defensa del empleo, la extensión del derecho a las jubilaciones, los subsidios (incipiente estado de bienestar) no sirven para nada, es o socialismo o muerte.
Los otros son los hijos de puta, los que saben que cuando apliquen sus planes de gobierno la pobreza va a subir, entonces la esconden anticipadamente, ante la creencia de que conseguirán sus objetivos electorales, imputando anticipadamente la responsabilidad a quienes ahora gobiernan.

La pobreza en nuestro país no es menor al 5% como nos mal informa el Indec, pero tampoco es el 28% al 36% como mal informan los distintos opositores (incluso ex empleados despechados). La pobreza argent(in)a es de entre el 14 y el 18%, como informan las estadísticas más sensatas, más técnicas y menos partidistas, lamentablemente con mayor profundidad (un 25/30%) que hace unos años debido al impacto de la inflación, pero con niveles de indigencia afortunadamente bajos y niveles de empleo altos (lo que sí reconocen hasta los opositores).
Podemos debatir acerca de si no deberíamos estar recorriendo un camino de segunda generación, cuáles fueron los errores cometidos en los últimos años que nos impiden haber dado ese salto, si realmente no hubo tiempo suficiente o nos enredamos en la politiquería por momentos y nos preocupamos más por mantener el poder que por profundizar el proyecto. Pero lo que no podemos es mentirnos, porque desde la mentira sólo se construye el infortunio.

Es gracioso, o dramático según se lo mire, que quienes desgarran sus vestiduras cuestionando las estadísticas del Indec, enarbolen, para oponerse, estadísticas igual, o peor, de erróneas (o de mentirosas, o de manipuladas, o de tendenciosas).


Imagen: "Sin paz y sin trabajo", de Ernesto de la Cárcova.




A este oficio me obligan los dolores ajenos, las lágrimas, los pañuelos saludadores, las promesas en medio del otoño o del fuego, los besos del encuentro, los besos del adiós, todo me obliga a trabajar con las palabras, con la sangre.
(Juan Gelman)