domingo, 26 de julio de 2015

Yo ya te amé cuando el amor era una hoja blanca

Ocho de cada diez argentinos creen que el Estado debe ser el principal responsable de asegurar el bienestar de la gente. Y lo llamativo no es que ésa sea la opinión de quienes votan por el Frente para la Victoria (FpV) y están a favor del continuismo, sino que en una proporción igual (81 por ciento) opinan los que están a favor del cambio, los llamados cambistas, los que en principio se inclinarían por la oposición. Datos como éstos explican el súbito travestismo de Mauricio Macri, cuyo frente se llama Cambiemos, pero que de manera sorpresiva respaldó algunas de las políticas emblemáticas del oficialismo, como la estatización de Aerolíneas, YPF o las AFJP. En un notable estudio sobre índices que tienen que ver con la ideología de los argentinos, la consultora Ibarómetro preguntó sobre el papel del Estado, si deben seguir los juicios por crímenes de lesa humanidad, con quién debe aliarse internacionalmente el país, cuánta presencia debe tener el Estado en la economía, qué es exactamente la libertad y el acuerdo o desacuerdo con el matrimonio igualitario, la despenalización de drogas, el aborto y la política frente a la inseguridad. Sobre la base de las respuestas, Ibarómetro midió el sentido ideológico de los argentinos y concluyó que, en una escala donde cero es la derecha y diez es la izquierda, los ciudadanos se ubican en 5,9, es decir, más del lado de la centroizquierda. Es evidente que la movida de Macri obedece a que no quiere ir tan contra la corriente, porque buena parte de las respuestas que van en línea con el pensamiento de centroizquierda son mayoritarias incluso entre sus votantes. Y ni hablar entre los indecisos, a los que Macri necesita captar para alcanzar a Daniel Scioli.

Las conclusiones surgen de un amplio estudio nacional de opinión pública realizado por Ibarómetro, la consultora fundada por Doris Capurro y que hoy conduce el sociólogo Ignacio Ramírez. En total, fueron entrevistadas 1200 personas en todo el país, respetándose las proporciones por edad, sexo y nivel económico-social. Las encuestas telefónicas se hicieron bajo normas ISO 9001:2000. - Elecciones e ideología. “Nuestro estudio permite vincular dos dimensiones –señala Ramírez–. El plano visible del voto y el subsuelo invisible de valores y orientaciones ideológicas que explican, muchas veces, las preferencias políticas. Hay una primera cuestión que tuvimos en cuenta, la de que la gente se defina como continuista o cambista. Desde hace rato hay una suerte de empate, que se hizo fuerte hacia el cambismo a raíz de la muerte de Alberto Nisman en enero. Hoy, poco a poco, se ha ido deslizando levemente hacia el continuismo, que reúne al 49 por ciento de los encuestados frente al 47 por ciento de los cambistas. De cualquier manera, debajo del empate hay una constelación ideológica que marca una tendencia y su rasgo más saliente consiste en la extendida inclinación en favor de un Estado fuertemente activo.”

Desde el punto de vista electoral, la situación de empate no es tal. La ventaja de la fórmula Daniel Scioli-Carlos Zannini se explica en que es la única que representa, en forma explícita, la alternativa de continuismo, mientras que del otro lado hay distintas opciones. El voto se divide en el cambismo e incluso se ubican de ese lado candidatos como Sergio Massa o Margarita Stolbizer o la izquierda, cuyos valores respecto del Estado y otras preguntas están muy lejos de la alternativa PRO. Esto es lo que marca el contenido de buena parte de las respuestas de la franja de cambistas.
El perfil pro Estado no sólo se nota cuando se pregunta por el papel en el bienestar de la gente, sino directamente cuando la referencia es a la economía: el 71 por ciento de los ciudadanos cree que debe haber una fuerte intervención del Estado. Pero esta tendencia también está en los cambistas: el 61 por ciento, es decir una clara mayoría, se pronuncia por una activa intervención del Estado en la economía. Los que están en contra son pocos: apenas el 31 por ciento de los cambistas. Esto echa luz sobre la voltereta de Macri el domingo: decir que Aerolíneas, YPF y la administración de las jubilaciones deben ser estatales sintoniza con el perfil de la sociedad en general e incluso con los votantes cambistas. También es un concepto generalizado el respaldo a la Asignación Universal por Hijo, que encaja dentro de esa definición de que el Estado se debe ocupar del bienestar de la gente. Hoy, existe coincidencia en las encuestas en que el líder del PRO viene corriendo de atrás y salió a buscar votos que no son los propios: los indecisos y los de otros candidatos de oposición. En gran parte de ellos está presente la ideología pro Estado y más hacia la centroizquierda, tal como lo demuestra el trabajo de Ibarómetro.

- Derechos humanos.
Hay otro eje del que Macri no se podrá correr y que explica por qué Scioli ya anunció que establecerá un Ministerio de Derechos Humanos. Cuando se le pregunta a la gente si los juicios por delitos de lesa humanidad deben continuar o no, una categórica mayoría de más del 70 por ciento afirma que los juicios deben proseguir. Pero incluso entre los que hablan de cambismo también son una clara mayoría –el 57 por ciento– los que sostienen que deben continuar los juicios por violaciones a los derechos humanos perpetradas durante la dictadura.
Es notable que los que se oponen, los que dicen que el próximo gobierno tiene que parar los juicios, son muy pocos. Menos del 19 por ciento cuando se toma en cuenta la totalidad de los ciudadanos. Y cuando la pregunta se hizo a los cambistas, es decir a los opositores, casi el 60 por ciento se pronuncia por continuar los juicios contra la mitad, un 30 por ciento que habla de pararlos.

- Centroizquierda.
“Lo que tiene de interesante el trabajo –señala Ramírez– radica en que pone en evidencia que las motivaciones electorales (cambio vs. continuidad) no descansan únicamente en consideraciones económicas, temas de agenda o aspectos ligados a la imagen de los candidatos. El virtual empate entre cambistas vs. continuistas refleja la presencia de dos hemisferios ideológicos en la sociedad argentina. Es decir, las motivaciones electorales descansan también sobre actitudes, valores e inclinaciones ideológicas. Considerando sus contornos generales, la sociedad argentina exhibe una fisonomía ideológica cuyo centro de gravedad se localiza en una zona céntrica escorada hacia valores de izquierda o progresistas. Además de la mayoritaria posición estatista, aparecen otros valores que también consiguen adhesiones dominantes, tales como el matrimonio igualitario. Es cierto que todo promedio esconde contrastes, enmascara desacuerdos y desde ya que hay miradas divergentes entre los dos hemisferios ideológicos”.
“Si bien la ideología no es la única variable que interviene en el voto –concluye el titular de Ibarómetro–, el estudio demuestra que, en contra de las tesis posmodernas sobre el fin de las ideologías, la persistencia de desacuerdos políticos basados en diferencias ideológicas, en valores distintos, dice mucho sobre el tipo de sociedad deseada. Esto es: los puntos de vista sobre el rumbo que debe tomar el país a partir de las elecciones de octubre están intensamente teñidos por componentes de carácter ideológico”.

Hasta los que piden cambio piden continuidad


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Promediando la campaña, veo que la mayoría de los spots publicitarios de casi todos los espacios políticos apelan a la sensiblería, a la catástrofe, al costado naif de algunos ciudadanos, al honestismo. Sin embargo, hay un espacio político que propone que hablemos de futuro, de trabajo, de producción, de educación, de salud, de mejorar lo mejorado. Algunos, con las ideas poco claras, prefieren plantear sueños sin bases. Otros, preferimos apoyarnos firmemente en la realidad, para desde ahí soñar. Si algo nos queda como experiencia vital de estos últimos años, es que para volar, en política, primero está la tarea de afrontar la realidad.
Los caballos galopan sobre tierra firme. Nuestros sueños también.
No nos confundamos, el futuro está hacia adelante.


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Respecto a la grosería de Mirtha Legrand, debo decir que me da absolutamente lo mismo lo que esta mujer diga.
Estamos en democracia, en absoluta libertad, tanta que por televisión se pueden proferir las faltas de respeto más salvajes, y al día siguiente seguir diciéndolas. Sobre todo tienen libertad absoluta los más acérrimos opositores al gobierno, lo que nos exime de toda explicación.
Lo que sí parece interesante destacar, es que a esta altura de la soirée, aún hay personas dispuestas a repetir estas groserías desprovistas de toda inteligencia, con el único objeto de mostrarse como opositores.
En 15 días hay elecciones, y en ellas el pueblo se expide sobre su voluntad. En las pantallas y en los pasquines se pronuncian salvajemente contra la continuidad del actual gobierno. La prueba máxima de libertad y democracia, es que aún así, o quizá precisamente por eso, el FPV es muy probable que vuelva a ser designado como el responsable de conducir los destinos del país.
No digo que se callen la boca, al contrario, sigan repitiendo estas groserías, es posible que sea la llave del éxito del FPV.


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Quería decir que me apena Julián Domínguez. Lo escuché extensamente, y es un candidato muy sólido. Y con un mirada muy interesante. Era un gran candidato a presidente, es un gran candidato a gobernador.
Pero al lado de Espinoza, aparece como un energúmeno. Y el energúmeno es Espinoza. Representa algo francamente negativo, que nos pone en camino a destruir el FPV como una expresión nacional, popular y democrática.
El que le puso este candidato a vice a Julián lo quería muy mal. O lo quiere muy bien a Anibal. No me quería pronunciar sobre esta interna, porque no me incluye, y porque sinceramente ambos candidatos me parecen buenos. Incluso me parece mejor, individualmente, Domínguez.
Ahora no me quedan dudas: estoy con el señor del bigote grande.




Yo ya te busqué cuando el mundo era una piedra intacta. Cuando las cosas buscaban sus nombres yo ya te buscaba. Yo ya te busqué donde empiezan los mares y los valles. Cuando Dios buscaba compañía yo ya te buscaba. Yo ya te llamé cuando solo la voz del viento sonaba. Cuando el silencio llamaba por las palabras yo ya te llamaba. Yo ya te amé cuando el amor era una hoja blanca. Cuando la luna amaba las otras cumbres yo ya te amaba.Siempre, desde la nieve de los tiempos yo, en tu alma.
(Celso Emilio Ferreiro)

NdR: Galicia me extraña. Tanto como yo a ella. Lo sé.

lunes, 20 de julio de 2015

El mundo es perfecto, pero confuso

Escucho los discursos de un Macri quien quedó exactamente donde debe estar, debilitado, pero como referente principal de la oposición, y de un Lousteau que se declara como la segunda fuerza de la ciudad de Buenos Aires, lo cual es rigurosamente cierto, y me quedan claras tres cosas: el FPV nunca ganará la ciudad de Buenos Aires, qué gran elección que hiciera un Filmus injustamente cuestionado, y que bien posicionado que queda el FPV de frente a las elecciones a presidente de la nación, que es la que nos debería importar a todos.

Sé que muchos están haciendo pucheritos porque deseaban ver perder a Macri, pero lo que debería importarnos es asegurar que veremos perder a Macri en octubre. Y en función de ese objetivo primario, la elección de la ciudad de Buenos Aires resultó mejor de lo esperado: el rival a vencer sigue siendo el PRO, con el que la visualización de los dos modelos en pugna es más clara, y éste se muestra como más débil de lo que se esperaba, dado que no sólo no ganó ninguno de los distritos en los que esperaban ampliar su liderazgo, sino que en el único distrito que gobierna su victoria fue pírrica (nunca mejor dicho).
La prevención con esta última cuestión es que podría desencadenar una reconfiguración de la oposición, algo que hubiera sido caótico en caso de una derrota el PRO, lo que hubiera comprometido seriamente el triunfo del FPV para octubre que hoy se vislumbra claro. Algunas voces se escucharon entre ayer y hoy en este sentido, pero no parece existir consenso de que la oposición mediática cambie de caballo en medio de la campaña electoral. Esperemos que nos les alcance el tiempo.

Quizá el único dato negativo desde el punto de vista del FPV, es que se consolidó como alternativa Lousteau, con una fuerza política que contiene a muchos dirigentes que abrevan en el frente Cambiemos, y otros que no. Y esto nos indica que en el distrito en el que vivo, el FPV no tiene ninguna opción de gobernar, y quedará relegado al tercer lugar, gracias a este gran espaldarazo que hoy las urnas le dieron a Lousteau.

No me preocupa demasiado, porque afortunadamente, la ciudad de Buenos Aires está dentro de la República Argentina.


Un destacado acerca del discursillo de Macri: confesó que es falso el relato de que la sociedad argentina quiere un cambio mayoritariamente. Aquellos proyectos a los que se opusieron con fiereza, hoy pretende que los mantendría pero haciéndolo mejor. Reconoce su derrota anticipadamente.


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Como cada vez que concurro a expresar mi opinión en una urna, ayer voté con alegría.
Voté pensando en octubre. Emocionado, porque siempre me emociona votar pensando en lo que sé que mejorará la vida de mi familia, de mis amigos, de mis compañeros.
No cuestiono tu voto, cualquiera haya sido tu decisión. Ojalá estés tan alegre como yo. Aún nos quedan años emocionantes por delante: de consolidación, de profundización, de mejoramiento de nuestras vidas. Agradezco estar en mi patria disfrutándolos.


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“Yo creo que Scioli refleja la posibilidad que tiene el proyecto para seguir adelante, si uno quiere exigir un kirchnerismo puro, corre el riesgo de no mantenerse en el poder, la pureza de los pensamientos es siempre minoritaria, si vos concebís un pensamiento tal que no tenga ni un solo lunar, y que te represente enteramente, ese tipo sos vos y estás solo”, analizó Alejandro Dolina. “Hay un proyecto colectivo que pasa por encima de los candidatos”, y remarcó que Cristina Fernández de Kirchner “es un cuadro político de características extraordinarias, que se da poco, tanto en sus virtudes como en lo que puede llegar a molestar también, no es una persona repetible”, añadió. “Es muy difícil que se de un cuadro con este tipo de personalidad, si uno esta esperando que a la vuelta de la esquina salga un candidato como Cristina, eso no va a ocurrir”, subrayó. Al comparar a Daniel Scioli con la actual presidenta de la Nación, el escritor remarcó que Scioli “es una persona más prudente”, y agregó que “quizás no tan atrayente para cierto sector del kirchnerismo, pero es también una persona más amable, del modo tal que puede ser más permeable para los individuos que tienen algún tipo de prevención contra Cristina”.




Dios todavía no ha creado el mundo; sólo está imaginándolo, como entre sueños.
Por eso el mundo es perfecto, pero confuso.
(Augusto Montrerroso)

sábado, 18 de julio de 2015

La mentira tiene patas largas

Nadie espere que los insensatos se solidaricen con Victor Hugo Morales por el ataque padecido de parte del poder establecido.
Ellos, los insensatos, sienten que el que piensa distinto es su enemigo, y que el enemigo no merece ni agua, ni respeto, ni justicia.
Y como Victor Hugo Morales piensa distinto de ellos, se merece entonces los ataques más arteros, más viles, y aún más.

Piensan la justicia como parte de un partido; y ellos ya tienen equipo al que alentar.
El fascismo anida en sus corazones.

No les importa, es probable que lo ignoren, que este grosero ataque a Victor Hugo tenga que ver con sus últimos 20 años denunciando al grotesco monopolio que pretende, habitualmente con éxito, apropiarse de nuestro derecho a la información; ellos sólo tienen en sus cabezas los últimos 5 minutos.
Quizá no debamos ser tan duros con los necios, dado que es probable que no les quepa más.


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A veces me entran dudas, y me planteo si realmente será el FPV la mejor opción para las próximas elecciones. No es fácil.
Es en ese momento, entonces, cuando evalúo las alternativas, contabilizo los enemigos del FPV, y se me pasa.
Estas semanas fue estruendoso.
Nunca me lo dejaron tan claro.


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A horas del ballotage, busco comentarios de Stolbizer o Lousteau manifestando preocupación, que desagravien o apoyen a Victor Hugo Morales ante el avasallamiento prepotente sufrido por el periodista de parte de Clarín con la connivencia de una parte del Poder Judicial.
He buscado, quizá sin demasiado empeño.

El lunes nos tomaremos un gran vino tinto, celebraremos el día del amigo, y nos olvidaremos de tantas frases demagógicas, de tanta declaración infantil, de tanta distracción.
Que si votás a Lousteau votás a Macri, que si votás en blanco votás amarillo. Los huevos al plato con tanta banalidad.

El domingo, luego de votar en el ballotage porteño, me comeré unos huevos fritos, acompañados por un sabroso vino blanco: un torrontés Altavista. Por fuera algunos son blancos, sin embargo son riquísimos.


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Hace 10 años, en Julio de 2005, con Nestor Kirchner promediando su presidencia, Argentina debió pasar por un examen previo del directorio del FMI para poder acceder a la negociación. Era la primera vez que el organismo imponía esa condición. Hubo fuerte oposición de Italia y Japón, neutralizada por el respaldo de Estados Unidos y Alemania.
En aquellos tiempos, el Fondo Monetario volvió a poner a la Argentina como ejemplo para el mundo. Pero no por su condición de alumno más aplicado, como ocurría en los ’90, sino por ser el peor.
Por primera vez en más de cincuenta años de historia, el organismo aplicó una cláusula que obligó al país a pasar un examen previo de su directorio para poder aspirar no ya a un acuerdo, sino a iniciar negociaciones para tal fin. Era una suerte de repechaje que había que superar para clasificar para el campeonato. El Gobierno logró ese objetivo.
Por lo tanto, arrancaron formalmente las conversaciones para definir un nuevo programa de asistencia financiera.

Pagina/12 de Julio de 2005

En Grecia, hay un gobierno que lleva apenas cinco meses, peleando solo, en condiciones absolutamente desventajosas, sin moneda propia, y con prespectivas desoladoras. Haciendo lo que puede. No lo subestimen.


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De las principales economías del mundo, sólo China y Corea de Sur tienen posiciones de deuda del estado y externa más sólidas que Argentina. Ni te cuento comparados con los PIIGS.
Votemos desendeudadores, que nos posibilita tener soberanía en las decisiones, no endeudadores. Sigamos por el buen camino.

US Debt Clock





Refrán “La mentira tiene patas cortas.”

Refutación del Maestro: "A la vista está: la mentira tiene patas larguísimas. Tan larguísimas que corren a mucha mayor velocidad que los desmentidos de los mentirosos."

(NdR: Todos sabemos a quién se refería Galeano)

lunes, 13 de julio de 2015

El mismo cansancio viejo

II Encuentro Mundial de Movimientos Populares
Discurso de clausura del Papa Francisco

Santa Cruz de la Sierra, Bolivia
9 de Julio de 2015

Buenas tardes a todos.

Hace algunos meses nos reunimos en Roma y tengo presente ese primer encuentro nuestro. Durante este tiempo los he llevado en mi corazón y en mis oraciones. Me alegra verlos de nuevo aquí, debatiendo los mejores caminos para superar las graves situaciones de injusticia que sufren los excluidos en todo el mundo. Gracias Señor Presidente Evo Morales por acompañar tan decididamente este Encuentro.

Aquella vez en Roma sentí algo muy lindo: fraternidad, garra, entrega, sed de justicia. Hoy, en Santa Cruz de la Sierra, vuelvo a sentir lo mismo. Gracias por eso. También he sabido por medio del Pontificio Consejo Justicia y Paz que preside el Cardenal Turkson, que son muchos en la Iglesia los que se sienten más cercanos a los movimientos populares. ¡Me alegra tanto! Ver la Iglesia con las puertas abiertas a todos Ustedes, que se involucre, acompañe y logre sistematizar en cada diócesis, en cada Comisión de Justicia y Paz, una colaboración real, permanente y comprometida con los movimientos populares. Los invito a todos, Obispos, sacerdotes y laicos, junto a las organizaciones sociales de las periferias urbanas y rurales, a profundizar ese encuentro.

Dios permite que hoy nos veamos otra vez. La Biblia nos recuerda que Dios escucha el clamor de su pueblo y quisiera yo también volver a unir mi voz a la de Ustedes: las famosas “tres t” tierra, techo y trabajo para todos nuestros hermanos y hermanas. Lo dije y lo repito: son derechos sagrados. Vale la pena, vale la pena luchar por ellos. Que el clamor de los excluidos se escuche en América Latina y en toda la tierra.

1. Empecemos reconociendo que necesitamos un cambio. Quiero aclarar, para que no haya malos entendidos, que hablo de los problemas comunes de todos los latinoamericanos y, en general también, de toda la humanidad. Problemas que tienen una matriz global y que hoy ningún Estado puede resolver por sí mismo. Hecha esta aclaración, propongo que nos hagamos estas preguntas:
- ¿Reconocemos en serio que las cosas no andan bien en un mundo donde hay tantos campesinos sin tierra, tantas familias sin techo, tantos trabajadores sin derechos, tantas personas heridas en su dignidad? - ¿Reconocemos que las cosas no andan bien cuando estallan tantas guerras sin sentido y la violencia fratricida se adueña hasta de nuestros barrios? ¿Reconocemos que las cosas no andan bien cuando el suelo, el agua, el aire y todos los seres de la creación están bajo permanente amenaza?

Entonces, si reconocemos esto, digámoslo sin miedo: necesitamos y queremos un cambio.

Ustedes –en sus cartas y en nuestros encuentros– me han relatado las múltiples exclusiones e injusticias que sufren en cada actividad laboral, en cada barrio, en cada territorio. Son tantas y tan diversas como tantas y diversas sus formas de enfrentarlas. Hay, sin embargo, un hilo invisible que une cada una de esas exclusiones, ¿podemos reconocerlo? Porque no se trata de cuestiones aisladas. Me pregunto si somos capaces de reconocer que estas realidades destructoras responden a un sistema que se ha hecho global. ¿Reconocemos que este sistema ha impuesto la lógica de las ganancias a cualquier costo sin pensar en la exclusión social o la destrucción de la naturaleza?

Si es así, insisto, digámoslo sin miedo: queremos un cambio, un cambio real, un cambio de estructuras. Este sistema ya no se aguanta, no lo aguantan los campesinos, no lo aguantan los trabajadores, no lo aguantan las comunidades, no lo aguantan los Pueblos... Y tampoco lo aguanta la Tierra, la hermana Madre Tierra como decía San Francisco.

Queremos un cambio en nuestras vidas, en nuestros barrios, en el pago chico, en nuestra realidad más cercana; también un cambio que toque al mundo entero porque hoy la interdependencia planetaria requiere respuestas globales a los problemas locales. La globalización de la esperanza, que nace de los Pueblos y crece entre los pobres, debe sustituir esta globalización de la exclusión y la indiferencia.

Quisiera hoy reflexionar con Ustedes sobre el cambio que queremos y necesitamos. Saben que escribí recientemente sobre los problemas del cambio climático. Pero, esta vez, quiero hablar de un cambio en el otro sentido. Un cambio positivo, un cambio que nos haga bien, un cambio – podríamos decir– redentor. Porque lo necesitamos. Sé que Ustedes buscan un cambio y no sólo ustedes: en los distintos encuentros, en los distintos viajes he comprobado que existe una espera, una fuerte búsqueda, un anhelo de cambio en todos los Pueblos del mundo. Incluso dentro de esa minoría cada vez más reducida que cree beneficiarse con este sistema reina la insatisfacción y especialmente la tristeza. Muchos esperan un cambio que los libere de esa tristeza individualista que esclaviza.

El tiempo, hermanos, hermanas, el tiempo parece que se estuviera agotando; no alcanzó el pelearnos entre nosotros, sino que hasta nos ensañamos con nuestra casa. Hoy la comunidad científica acepta lo que hace ya desde hace mucho tiempo denuncian los humildes: se están produciendo daños tal vez irreversibles en el ecosistema. Se está castigando a la tierra, a los pueblos y las personas de un modo casi salvaje. Y detrás de tanto dolor, tanta muerte y destrucción, se huele el tufo de eso que, uno de los primeros teólogos de la Iglesia, Basilio de Cesarea llamaba «el estiércol del diablo». La ambición desenfrenada de dinero que gobierna. Ese es el estiércol del diablo. El servicio para el bien común queda relegado. Cuando el capital se convierte en ídolo y dirige las opciones de los seres humanos, cuando la avidez por el dinero tutela todo el sistema socioeconómico, arruina la sociedad, condena al hombre, lo convierte en esclavo, destruye la fraternidad interhumana, enfrenta pueblo contra pueblo y, como vemos, incluso pone en riesgo esta nuestra casa común. La hermana y madre tierra. No quiero extenderme describiendo los efectos malignos de esta sutil dictadura: ustedes los conocen. Tampoco basta con señalar las causas estructurales del drama social y ambiental contemporáneo. Sufrimos cierto exceso de diagnóstico que a veces nos lleva a un pesimismo charlatán o a regodearnos en lo negativo. Al ver la crónica negra de cada día, creemos que no hay nada que se puede hacer salvo cuidarse a uno mismo y al pequeño círculo de la familia y los afectos.

¿Qué puedo hacer yo, cartonero, catadora, pepenador, recicladora frente a tantos problemas si apenas gano para comer? ¿Qué puedo hacer yo artesano, vendedor ambulante, transportista, trabajador excluido si ni siquiera tengo derechos laborales? ¿Qué puedo hacer yo, campesina, indígena, pescador que apenas puedo resistir el avasallamiento de las grandes corporaciones? ¿Qué puedo hacer yo desde mi villa, mi chabola, mi población, mi rancherío cuando soy diariamente discriminado y marginado? ¿Qué puede hacer ese estudiante, ese joven, ese militante, ese misionero que patea las barriadas y los parajes con el corazón lleno de sueños pero casi sin ninguna solución para mis problemas? ¡Pueden hacer mucho! Pueden hacer mucho. Ustedes, los más humildes, los explotados, los pobres y excluidos, pueden y hacen mucho. Me atrevo a decirles que el futuro de la humanidad está, en gran medida, en sus manos, en su capacidad de organizarse y promover alternativas creativas, en la búsqueda cotidiana de «las tres T» (trabajo, techo, tierra) y también, en su participación protagónica en los grandes procesos de cambio, nacionales, regionales y mundiales. ¡No se achiquen!

2. Ustedes son sembradores de cambio. Aquí en Bolivia he escuchado una frase que me gusta mucho: «proceso de cambio». El cambio concebido no como algo que un día llegará porque se impuso tal o cual opción política o porque se instauró tal o cual estructura social. Sabemos dolorosamente que un cambio de estructuras que no viene acompañado de una sincera conversión de las actitudes y del corazón termina a la larga o a la corta por burocratizarse, corromperse y sucumbir. Hay que cambiar el corazón. Por eso me gusta tanto la imagen del proceso, donde la pasión por sembrar, por regar serenamente lo que otros verán florecer, remplaza la ansiedad por ocupar todos los espacios de poder disponibles y ver resultados inmediatos. La opción es por generar procesos y no por ocupar espacios. Cada uno de nosotros no es más que parte de un todo complejo y diverso interactuando en el tiempo: pueblos que luchan por una significación, por un destino, por vivir con dignidad, por «vivir bien», dignamente, en ese sentido.

Ustedes, desde los movimientos populares, asumen las labores de siempre motivados por el amor fraterno que se revela contra la injusticia social. Cuando miramos el rostro de los que sufren,el rostro del campesino amenazado, del trabajador excluido, del indígena oprimido, de la familia sin techo, del migrante perseguido, del joven desocupado, del niño explotado, de la madre que perdió a su hijo en un tiroteo porque el barrio fue copado por el narcotráfico, del padre que perdió a su hija porque fue sometida a la esclavitud; cuando recordamos esos «rostros y esos nombres» se nos estremecen las entrañas frente a tanto dolor y nos conmovemos todos. Porque «hemos visto y oído», no la fría estadística sino las heridas de la humanidad doliente, nuestras heridas, nuestra carne. Eso es muy distinto a la teorización abstracta o la indignación elegante. Eso nos conmueve, nos mueve y buscamos al otro para movernos juntos. Esa emoción hecha acción comunitaria no se comprende únicamente con la razón: tiene un plus de sentido que sólo los pueblos entienden y que da su mística particular a los verdaderos movimientos populares.

Ustedes viven cada día, empapados, en el nudo de la tormenta humana. Me han hablado de sus causas, me han hecho parte de sus luchas, ya desde Buenos Aires, y yo se los agradezco. Ustedes, queridos hermanos, trabajan muchas veces en lo pequeño, en lo cercano, en la realidad injusta que se les impuso y a la que no se resignan, oponiendo una resistencia activa al sistema idolátrico que excluye, degrada y mata. Los he visto trabajar incansablemente por la tierra y la agricultura campesina, por sus territorios y comunidades, por la dignificación de la economía popular, por la integración urbana de sus villas y asentamientos, por la autoconstrucción de viviendas y el desarrollo de infraestructura barrial, y en tantas actividades comunitarias que tienden a la reafirmación de algo tan elemental e innegablemente necesario como el derecho a «las tres T»: tierra, techo y trabajo. Ese arraigo al barrio, a la tierra, al territorio, al oficio, al gremio, ese reconocerse en el rostro del otro, esa proximidad del día a día, con sus miserias, porque las hay, las tenemos, y sus heroísmos cotidianos, es lo que permite ejercer el mandato del amor, no a partir de ideas o conceptos sino a partir del encuentro genuino entre personas, necesitamos instaurar esa cultura del encuentro, porque ni los conceptos ni las ideas se aman; nadie ama un concepto, nadie ama una idea. Se aman las personas. La entrega, la verdadera entrega surge del amor a hombres y mujeres, niños y ancianos, pueblos y comunidades... rostros y nombres que llenan el corazón. De esas semillas de esperanza sembradas pacientemente en las periferias olvidadas del planeta, de esos brotes de ternura que lucha por subsistir en la oscuridad de la exclusión, crecerán árboles grandes, surgirán bosques tupidos de esperanza para oxigenar este mundo.

Veo con alegría que ustedes trabajan en lo cercano, cuidando los brotes; pero, a la vez, con una perspectiva más amplia, protegiendo la arboleda. Trabajan en una perspectiva que no sólo aborda la realidad sectorial que cada uno de ustedes representa y a la que felizmente está arraigado, sino que también buscan resolver de raíz los problemas generales de pobreza, desigualdad y exclusión.

Los felicito por eso. Es imprescindible que, junto a la reivindicación de sus legítimos derechos, los Pueblos y sus organizaciones sociales construyan una alternativa humana a la globalización excluyente. Ustedes son sembradores del cambio. Que Dios les dé coraje, les dé alegría, les dé perseverancia y pasión para seguir sembrando. Tengan la certeza que tarde o temprano vamos de ver los frutos. A los dirigentes les pido: sean creativos y nunca pierdan el arraigo a lo cercano, porque el padre de la mentira sabe usurpar palabras nobles, promover modas intelectuales y adoptar poses ideológicas, pero si ustedes construyen sobre bases sólidas, sobre las necesidades reales y la experiencia viva de sus hermanos, de los campesinos e indígenas, de los trabajadores excluidos y las familias marginadas, seguramente no se van a equivocar.

La Iglesia no puede ni debe estar ajena a este proceso en el anuncio del Evangelio. Muchos sacerdotes y agentes pastorales cumplen una enorme tarea acompañando y promoviendo a los excluidos en todo el mundo, junto a cooperativas, impulsando emprendimientos, construyendo viviendas, trabajando abnegadamente en los campos de la salud, el deporte y la educación. Estoy convencido que la colaboración respetuosa con los movimientos populares puede potenciar estos esfuerzos y fortalecer los procesos de cambio.

Tengamos siempre en el corazón a la Virgen María, una humilde muchacha de un pequeño pueblo perdido en la periferia de un gran imperio, una madre sin techo que supo transformar una cueva de animales en la casa de Jesús con unos pañales y una montaña de ternura. María es signo de esperanza para los pueblos que sufren dolores de parto hasta que brote la justicia. Rezo a la Virgen, tan venerada por el pueblo boliviana, rezo a la Virgen María, para que permita que este Encuentro nuestro sea fermento de cambio.

3. El cura habla largo parece ¿no? Por último quisiera que pensemos juntos algunas tareas importantes para este momento histórico, porque queremos un cambio positivo para el bien de todos nuestros hermanos y hermanas, eso lo sabemos. Queremos un cambio que se enriquezca con el trabajo mancomunado de los gobiernos, los movimientos populares y otras fuerzas sociales, eso también lo sabemos. Pero no es tan fácil definir el contenido del cambio, podría decirse, el programa social que refleje este proyecto de fraternidad y justicia que esperamos. En ese sentido, no esperen de este Papa una receta. Ni el Papa ni la Iglesia tienen el monopolio de la interpretación de la realidad social ni la propuesta de soluciones a los problemas contemporáneos. Me atrevería a decir que no existe una receta. La historia la construyen las generaciones que se suceden en el marco de pueblos que marchan buscando su propio camino y respetando los valores que Dios puso en el corazón.

Quisiera, sin embargo, proponer tres grandes tareas que requieren el decisivo aporte del conjunto de los movimientos populares:
3.1. La primera tarea es poner la economía al servicio de los Pueblos:
Los seres humanos y la naturaleza no deben estar al servicio del dinero. Digamos NO a una economía de exclusión e inequidad donde el dinero reina en lugar de servir. Esa economía mata. Esa economía excluye. Esa economía destruye la Madre Tierra.

La economía no debería ser un mecanismo de acumulación sino la adecuada administración de la casa común. Eso implica cuidar celosamente la casa y distribuir adecuadamente los bienes entre todos. Su objeto no es únicamente asegurar la comida o un “decoroso sustento”. Ni siquiera, aunque ya sería un gran paso, garantizar el acceso a «las tres T» por las que ustedes luchan. Una economía verdaderamente comunitaria, podría decir, una economía de inspiración cristiana, debe garantizar a los pueblos dignidad «prosperidad sin exceptuar bien alguno». Esta última frase la dijo el papa Juan XXIII hace 50 años. Jesús dice en el Evangelio aquel que dé espontáneamente un vaso de agua al que tiene sed, le será tenido en cuenta en el reino de los cielos. Así que…

Esto implica «las tres T» pero también acceso a la educación, la salud, la inovación, las manifestaciones artísticas y culturales, la comunicación, el deporte y la recreación. Una economía justa debe crear las condiciones para que cada persona pueda gozar de una infancia sin carencias, desarrollar sus talentos durante la juventud, trabajar con plenos derechos durante los años de actividad y acceder a una digna jubilación en la ancianidad. Es una economía donde el ser humano en armonía con la naturaleza, estructura todo el sistema de producción y distribución para que las capacidades y las necesidades de cada uno encuentren un cauce adecuado en el ser social. Ustedes, y también otros pueblos, resumen este anhelo de una manera simple y bella: «vivir bien». Que no es lo mismo que pasarla bien.

Esta economía no es sólo deseable y necesaria sino también posible. No es una utopía ni una fantasía. Es una perspectiva extremadamente realista. Podemos lograrlo. Los recursos disponibles en el mundo, fruto del trabajo intergeneracional de los pueblos y los dones de la creación, son más que suficientes para el desarrollo integral de «todos los hombres y todo el hombre». El problema, en cambio, es otro. Existe un sistema con otros objetivos. Un sistema que a pesar de acelerar irresponsablemente los ritmos de la producción, a pesar de implementar métodos en la industria y la agricultura que dañan la Madre Tierra en aras de la «productividad», sigue negándoles a miles de millones de hermanos los más elementales derechos económicos, sociales y culturales. Ese sistema atenta contra el proyecto de Jesús. Contra la buena noticia que trajo Jesús.

La distribución justa de los frutos de la tierra y el trabajo humano no es mera filantropía. Es un deber moral. Para los cristianos, la carga es aún más fuerte: es un mandamiento. Se trata de devolverles a los pobres y a los pueblos lo que les pertenece. El destino universal de los bienes no es un adorno discursivo de la doctrina social de la Iglesia. Es una realidad anterior a la propiedad privada. La propiedad, muy en especial cuando afecta los recursos naturales, debe estar siempre en función de las necesidades de los pueblos. Y estas necesidades no se limitan al consumo. No basta con dejar caer algunas gotas cuando lo pobres agitan esa copa que nunca derrama por si sola. Los planes asistenciales que atienden ciertas urgencias sólo deberían pensarse como respuestas pasajeras. Nunca podrán sustituir la verdadera inclusión: ésa que da el trabajo digno, libre, creativo, participativo y solidario.

En este camino, los movimientos populares tienen un rol esencial, no sólo exigiendo y reclamando, sino fundamentalmente creando. Ustedes son poetas sociales: creadores de trabajo, constructores de viviendas, productores de alimentos, sobre todo para los descartados por el mercado mundial.

He conocido de cerca distintas experiencias donde los trabajadores unidos en cooperativas y otras formas de organización comunitaria lograron crear trabajo donde sólo había sobras de la economía idolátrica. Las empresas recuperadas, las ferias francas y las cooperativas de cartoneros son ejemplos de esa economía popular que surge de la exclusión y, de a poquito, con esfuerzo y paciencia, adopta formas solidarias que la dignifican. ¡Qué distinto es eso a que los descartados por el mercado formal sean explotados como esclavos!

Los gobiernos que asumen como propia la tarea de poner la economía al servicio de los pueblos deben promover el fortalecimiento, mejoramiento, coordinación y expansión de estas formas de economía popular y producción comunitaria. Esto implica mejorar los procesos de trabajo, proveer infraestructura adecuada y garantizar plenos derechos a los trabajadores de este sector alternativo. Cuando Estado y organizaciones sociales asumen juntos la misión de «las tres T» se activan los principios de solidaridad y subsidiariedad que permiten edificar el bien común en una democracia plena y participativa.

3.2. La segunda tarea es unir nuestros Pueblos en el camino de la paz y la justicia.

Los pueblos del mundo quieren ser artífices de su propio destino. Quieren transitar en paz su marcha hacia la justicia. No quieren tutelajes ni injerencias donde el más fuerte subordina al más débil. Quieren que su cultura, su idioma, sus procesos sociales y tradiciones religiosas sean respetados. Ningún poder fáctico o constituido tiene derecho a privar a los países pobres del pleno ejercicio de su soberanía y, cuando lo hacen, vemos nuevas formas de colonialismo que afectan seriamente las posibilidades de paz y de justicia porque «la paz se funda no sólo en el respeto de los derechos del hombre, sino también en los derechos de los pueblos particularmente el derecho a la independencia».

Los pueblos de Latinoamérica parieron dolorosamente su independencia política y, desde entonces llevan casi dos siglos de una historia dramática y llena de contradicciones intentando conquistar una independencia plena.

En estos últimos años, después de tantos desencuentros, muchos países latinoamericanos han visto crecer la fraternidad entre sus pueblos. Los gobiernos de la Región aunaron esfuerzos para hacer respetar su soberanía, la de cada país y la del conjunto regional, que tan bellamente, como nuestros Padres de antaño, llaman la «Patria Grande». Les pido a ustedes, hermanos y hermanas de los movimientos populares, que cuiden y acrecienten esa unidad. Mantener la unidad frente a todo intento de división es necesario para que la región crezca en paz y justicia.

A pesar de estos avances, todavía subsisten factores que atentan contra este desarrollo humano equitativo y coartan la soberanía de los países de la «Patria Grande» y otras latitudes del planeta. El nuevo colonialismo adopta distintas fachadas. A veces, es el poder anónimo del ídolo dinero: corporaciones, prestamistas, algunos tratados denominados «de libres comercio» y la imposición de medidas de «austeridad» que siempre ajustan el cinturón de los trabajadores y de los pobres. Los obispos latinoamericanos lo denunciamos con total claridad en el documento de Aparecida cuando se afirma que «las instituciones financieras y las empresas transnacionales se fortalecen al punto de subordinar las economías locales, sobre todo, debilitando a los Estados, que aparecen cada vez más impotentes para llevar adelante proyectos de desarrollo al servicio de sus poblaciones». En otras ocasiones, bajo el noble ropaje de la lucha contra la corrupción, el narcotráfico o el terrorismo –graves males de nuestros tiempos que requieren una acción internacional coordinada– vemos que se impone a los Estados medidas que poco tienen que ver con la resolución de esas problemáticas y muchas veces empeora las cosas.

Del mismo modo, la concentración monopólica de los medios de comunicación social que pretende imponer pautas alienantes de consumo y cierta uniformidad cultural es otra de las formas que adopta el nuevo colonialismo. Es el colonialismo ideológico. Como dicen los Obispos de África, muchas veces se pretende convertir a los países pobres en «piezas de un mecanismo y de un engranaje gigantesco».

Hay que reconocer que ninguno de los graves problemas de la humanidad se puede resolver sin interacción entre los Estados y los pueblos a nivel internacional. Todo acto de envergadura realizado en una parte del planeta repercute en el todo en términos económicos, ecológicos, sociales y culturales. Hasta el crimen y la violencia se han globalizado. Por ello ningún gobierno puede actuar al margen de una responsabilidad común. Si realmente queremos un cambio positivo, tenemos que asumir humildemente nuestra interdependencia. Es decir, nuestra sana interdependencia. Pero interacción no es sinónimo de imposición, no es subordinación de unos en función de los intereses de otros. El colonialismo, nuevo y viejo, que reduce a los países pobres a meros proveedores de materia prima y trabajo barato, engendra violencia, miseria, migraciones forzadas y todos los males que vienen de la mano... precisamente porque al poner la periferia en función del centro les niega el derecho a un desarrollo integral. Y eso, hermanos, es inequidad y la inequidad genera violencia que no habrá recursos policiales, militares o de inteligencia capaces de detener.

Digamos NO a las viejas y nuevas formas de colonialismo. Digamos SÍ al encuentro entre pueblos y culturas. Felices los que trabajan por la paz.

Aquí quiero detenerme en un tema importante. Porque alguno podrá decir, con derecho, que «cuando el Papa habla del colonialismo se olvida de ciertas acciones de la Iglesia». Les digo, con pesar: se han cometido muchos y graves pecados contra los pueblos originarios de América en nombre de Dios. Lo han reconocido mis antecesores, lo ha dicho el CELAM y también quiero decirlo. Al igual que san Juan Pablo II pido que la Iglesia «se postre ante Dios e implore perdón por los pecados pasados y presentes de sus hijos». Y quiero decirles, quiero ser muy claro, como lo fue san Juan Pablo II: pido humildemente perdón, no sólo por las ofensas de la propia Iglesia sino por los crímenes contra los pueblos originarios durante la llamada conquista de América.

Y junto a este pedido de perdón, y para ser justos, también quiero que recordemos sacerdotes, obispos, que se opusieron fuertemente a la lógica de la espada con la fuerza de la cruz. Hubo pecado, hubo pecado y abunda, pero no pedimos perdón, y por eso pedimos perdón. Pero allí también donde hubo pecado, donde hubo abundante pecado, sobreabundó la gracia, a través de esos hombres que defendieron la justicia de los pueblos originarios.

Les pido también a todos, creyentes y no creyentes, que se acuerden de tantos Obispos, sacerdotes y laicos que predicaron y predican y siguen predicando la buena noticia de Jesús con coraje y mansedumbre, respeto y en paz; dije obispos, sacerdotes y laicos, no me quiero olvidar de las monjitas que anónimanente patean nuestros barrios pobres, llevando un mensaje de paz y de justicia, que en su paso por esta vida dejaron conmovedoras obras de promoción humana y de amor, muchas veces junto a los pueblos indígenas o acompañando a los propios movimientos populares incluso hasta el martirio. La Iglesia, sus hijos e hijas, son una parte de la identidad de los pueblos en Latinoamérica. Identidad que tanto aquí como en otros países algunos poderes se empeñan en borrar, tal vez porque nuestra fe es revolucionaria, porque nuestra fe desafía la tiranía del idolo dinero. Hoy vemos con espanto como en Medio Oriente y otros lugares del mundo se persigue, se tortura, se asesina a muchos hermanos nuestros por su fe en Jesús. Eso también debemos denunciarlo: dentro de esta tercera guerra mundial en cuotas que vivimos, hay una especie de genocidio en marcha que debe cesar.

A los hermanos y hermanas del movimiento indígena latinoamericano, déjenme trasmitirle mi más hondo cariño y felicitarlos por buscar la conjunción de sus pueblos y culturas, eso que yo llamo poliedro, una forma de convivencia donde las partes conservan su identidad construyendo juntas la unidad, una pluralidad que no atenta, sino que fortalece la unidad. Su búsqueda de esa interculturalidad que combina la reafirmación de los derechos de los pueblos originarios con el respeto a la integridad territorial de los Estados nos enriquece y nos fortalece a todos.

3.3. La tercera tarea, tal vez la más importante que debemos asumir hoy, es defender la Madre Tierra.

La casa común de todos nosotros está siendo saqueada, devastada, vejada impunemente. La cobardía en su defensa es un grave pecado. Vemos con decepción creciente como se suceden una tras otra cumbres internacionales sin ningún resultado importante. Existe un claro, definitivo e impostergable imperativo ético de actuar que no se está cumpliendo. No se puede permitir que ciertos intereses –que son globales pero no universales– se impongan, sometan a los Estados y organismos internacionales, y continúen destruyendo la creación. Los Pueblos y sus movimientos están llamados a clamar, a movilizare, a exigir –pacífica pero tenazmente– la adopción urgente de medidas apropiadas. Yo les pido, en nombre de Dios, que defiendan a la Madre Tierra. Sobre éste tema me expresado debidamente en la Carta Encíclica Laudato si’. (...)

4. Para finalizar, quisiera decirles nuevamente: el futuro de la humanidad no está únicamente en manos de los grandes dirigentes, las grandes potencias y las élites. Está fundamentalmente en manos de los Pueblos; en su capacidad de organizar y también en sus manos que riegan con humildad y convicción este proceso de cambio. Los acompaño. Digamos juntos desde el corazón: ninguna familia sin vivienda, ningún campesino sin tierra, ningún trabajador sin derechos, ningún pueblo sin soberanía, ninguna persona sin dignidad, ningún niño sin infancia, ningún joven sin posibilidades, ningún anciano sin una venerable vejez. Sigan con su lucha y, por favor, cuiden mucho a la Madre Tierra. Soy sinciero cuando les digo, rezo por ustedes, rezo con ustedes y quiero pedirle a nuestro Padre Dios que los acompañe y los bendiga, que los colme de su amor y los defienda en el camino dándoles abundantemente esa fuerza que nos mantiene en pie: esa fuerza es la esperanza, y una cosa importante la esperanza que no defrauda, gracias.

Y, por favor, les pido que recen por mí.Y si alguno de ustedes no puede rezar, yo lo respeto pido que me piense bien, que me mande buena onda.



Le mando buena onda al Papa.
Este discurso es potente; hay que difundirlo, muchos no entienden a quien adoran: o cambian de opción política, o cambian de Papa.
La iglesia sigue siendo un espanto, pero el discurso del Papa me obliga a abrirle mi corazón y mi cabeza. Ojalá sigamos caminando juntos.
Lo que leí me alegra. Que me sorprenda no significa que no me alegre.


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No, no me llames más planero, traemos el mismo grito, el mismo cansancio viejo que viene arrastrando el hombre desde el fondo de los tiempos, cuando no existían fronteras, antes que vinieran ellos, los que dividen y matan, los que roban, los que mienten, los que venden nuestros sueños, ellos son, ellos son los que inventaron esta palabra: planero.
No me llames negro, que es una palabra triste, que es una palabra helada, huele a olvido y a destierro.
No me llames choriplanero, mira tu niño y el mío cómo corren de la mano hasta el final del sendero; no los llames extranjeros, ellos no saben de idiomas, de límites, ni banderas, míralos, se van al cielo por una risa paloma que los reúne en el vuelo.





lunes, 6 de julio de 2015

Es necesario que el abismo responda

“Si algo ha obstaculizado la comunicación con la gente, ha sido el negocio periodístico.”
"La relación éxito y fracaso ha sido fundamental en mi vida, pero el éxito y la felicidad no funcionan como sinónimos."

Marcelo Bielsa dixit


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Gracias Messi.

Todos sabemos que sin vos no pasábamos de cuartos, ni en el Mundial ni en la copa América. Pasamos 28 años dando pena en los mundiales; cuando ya no seas el protagonista de la selección volveremos a esos infaustos tiempos.

Así como cuando hablamos de política nacional, existen las Thelma y Nancy, las que culpan de todo a la shegua, en el fútbol (el inefable argentum anti messi) te culpa de los errores de tus compañeros, tanto o más que de los tuyos. Son los gorilas del fútbol. Odian tu luz, como las Thelma y Nancy odian la luz de Cristina Fernández y no le perdonan ser tan brillante. Con vos pasa lo mismo. No les perdonan no ser mediocres. No les perdonan ser los mejores y no ser de ellos. No entienden que la celeste y blanca es de todos.

Por momentos deseo que nos gobierne la derecha neoliberal (la verdadera, no la imaginaria), para que cierren sus mediocres bocas y empiecen a extrañar a Cristina Fernández, y que vos dejés de jugar para nosotros, así volvemos a ser los grandes que nunca pasan de cuartos. Pero se me pasa rápido.

Soy maradoniano, soy del más grande. Pero precisamente por eso disfruto cada vez que te dan la pelota para que sueñe en tus pies destinos gloriosos.
Por eso te quería agradecer que sigas jugando. Tuve el privilegio de disfrutar a los dos más grandes del fútbol, y a los dos más grandes de la política. Ninguno de ellos era mío, pero eran como yo, y los hice míos.

Y a los gorilas, a las Thelma y Nancy, no les hagás caso. La mejor manera de responderles es seguir haciendo lo que hay que hacer: ellos seguirán viendo y exagerando todo lo que nos falta o nos sale mal. Todos seguiremos disfrutando lo bueno y lo conquistado.
Ellos tras su insensatez, y su medianía, también.


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En Grecia la dignidad le ha ganado a la prepotencia, pese a la manipulación de los medios europeos, adláteres del capitalismo financiero.
¡OXI!

Greek referendum: No campaign storms to victory with 61.31% of the vote.

Los primeros análisis indican que el OXI griego (el NO) arrasa en los menores de 50 años y en los sectores sociales más castigados por las políticas de ajuste.

La Troika les hizo perder todo: hasta el miedo...


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Mientras algunos amigos y compañeros creen que la utopía es, que existe, que es posible que el sueño devenga en realidad, yo estoy convencido de que sirve para caminar, para avanzar hacia un lugar mejor, y que sirve siempre que entendamos esta diferencia.

Probablemente por eso soy agnóstico, porque creo tener clara la diferencia entre lo que creo y lo que sé.





Ya no me queda nada por decir. Todo lo que tenía que decir ha sido dicho no sé cuántas veces. He preguntado no sé cuántas veces pero nadie contesta mis preguntas.
Es absolutamente necesario que el abismo responda de una vez, porque ya va quedando poco tiempo. Sólo una cosa es clara: que la carne se llena de gusanos.
(Nicanor Parra)