Mi decisión está tomada: no existe más el fútbol argent(in)o.
No hablo del fútbol, el de verdad, que lo seguiré disfrutando. Seguiré jugando mientras mis amigos disimulen mi torpeza. Seguiré disfrutando de las ligas de fútbol donde se juega sin sucumbir atónitos a la cultura de la chicana, del aguante y de la trampa.
Hablo del fútbol argent(in)o. Donde parece que la culpa la tiene siempre el otro. Donde parece que no tiene importancia poner en riesgo la integridad física de cuatro pibes. Donde es un dato de color que uno de ellos no se sepa cuándo podrá volver a jugar.
Quiero disfrutar del juego. Y eso, con el fútbol argent(in)o, no es posible.
Muchos, algunos con micrófono, dirán que es responsabilidad del otro: de los delincuentes que lo concretaron, de los dirigentes que los esconden, de los policías que no miran. En un país, nuestro país, donde el poder judicial culpa a un nene de 6 años de que lo hayan violado, algunos siguen diciendo que la culpa es del otro.
La responsabilidad es, ciertamente, de los que lo hicieron, y no la pagan. Pero también es de la sociedad, y su impronta cultural.
No se hagan los giles...
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Scioli cree necesitar mostrarse en los medios hablando de paz y amor para medir mejor, para que más ciudadanos lo voten.
Randazzo cree necesitar criticar a Scioli hasta por el vergonzoso Boca-River, colgado de las tetas de Cristina Fernández para medir mejor en las PASO, para que más kirchneristas lo voten.
Y mientras tanto Cristina Fernández sigue subiendo en su imagen positiva pese a las operaciones cotidianas de los medios de comunicación.
¿Por qué? Por lo que ella hace.
Como decía uno que muchos recuerdan con cariño: mejor que decir es hacer.
Es verdad: falta saber quienes van como vice.
En una elección en la que los candidatos son impresentables, ambos visitantes de la embajada, uno ex menemista, otro ex dhualdista, falta saber quién es el vice de cada uno.
Ciertamente la alternativa es Macri, quien, como todos sabemos, incluso aquellos que se hacen los distraídos, no es ningún ex.
Quizá no vote en blanco; quizá vote vice.
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Habla de tu tiempo, y describirás la historia:
"Arrabal amargo, metido en mi vida, como la condena de una maldición. Tus sombras torturan mis horas sin sueño, tu noche se encierra en mi corazón. Con ella a mi lado no vi tus tristezas, tu barro y miserias, ella era mi luz. Y ahora, vencido, arrastro mi alma, clavao a tus calles igual que a una cruz."
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