Sé que muchos amigos y compañeros se debaten entre votar o no, entre votar al menos malo o impugnar el voto. Si hasta se propone votar a "Epi y Blas". Hagan su experiencia, pero sepan que en otro rincón del mundo ya votamos a Clemente (un personaje de cómic sin manos, lo que nos aseguraba que no robaría) y cuando, luego de eso, estalló la ya mítica crisis de diciembre de 2001 Clemente no hizo nada. Los que actuaron fueron los que otros habían votado. Y en España terminará pasando lo mismo.
La única manera de intentar recuperar la soberanía e intentar decidir qué hacer y hacia dónde ir es mediante la política. Porque para poder hace falta poder. Y el poder se construye y se conquista, no se declama. Y la construcción del poder implica decidir qué es primero y qué después, y no rasgarse las vestiduras por las demoras.
La preguntas, en mi humilde opinión, son: ¿seguirá gobernando el BCE (ya se habla del ministro de economía que le "sugirió" Merkel a Rajoy: González Páramo), o la economía la dirigirá el PP? ¿Puede algún partido político español gobernar la economía de España, o sólo puede tomar decisiones administrativas de poca determinación, tal y como hace ZP?
Los que votarán al PP, están convencidos de que gobernará Mariano, y creen, de manera pueril, que ahora nos gobierna el PSOE. Yo tengo bastante claro que la cosa seguirá igual que ahora: actuar bajo las decisiones que toma "Europa". Lo que sí es cierto, es que las políticas sociales y de promoción de los derechos civiles retrocederán, algo que también es grave. Aunque a mí esto no me alcanza para justificar el voto al PSOE.
Seguro que nos podemos equivocar al emitir nuestro voto, como todos. Pero no nos equivocamos, lo sé, al decidir que mal o bien, mejor o peor, hay que votar en positivo. Sin política no hay posibilidad de pararse frente a los que sí tienen el poder. Los que sí tienen el poder lo ejercen, y necesitan que la antipolítica (apartidismo incluido) nos domine, porque sin poder político (poder administrativo), ellos son quienes tiene cómo y con qué ejercer el poder real del que disponen (la ley de la selva). Y por experiencia ya sabemos qué consecuencias tiene para nosotros ese ejercicio del poder.
La decadencia del capitalismo, barrunto que será más larga de lo deseable, y probablemente devenga en un capitalismo de estado antes que en un cambio de sistema. La crisis actual sospecho que está lejos de terminar (Italia será posiblemente la desencadenante antes que Grecia), y seguramente el fin de la zona euro será una etapa de ésta antes que su conclusión.
Pero quién puede estar seguro. Lo único seguro, es que al final los que cargan sobre sus espaldas "los costos" de estos quilombos son siempre los mismos. Somos siempre los mismos: los que vivimos de nuestro trabajo. Y la moneda de cobro de estos costos no es sólo el padecimiento económico.
En mi modestísima opinión, hay que tener muy clara la primera ley del capitalismo mágico: la libertad de los capitales es inversamente proporcional a la libertad de las personas. Europa nos explica, hoy, por qué, y cómo.
¿González Páramo? hacia allí los va a llevar!!!!
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