miércoles, 6 de febrero de 2013

Incapaz de otra derrota, mañana me enamoraras de nuevo

No se lo tomen a mal, pero no son comparables el incidente de Bodou con el de Kicillof.

En un acto público te pueden silbar o abuchear, incluso los propios. Esto no es sino parte del juego político.
A Bodou lo putearon militantes radicales y socialistas.
Y le pasó a Bonfatti hace un año, en aquel caso con militantes kirchneristas.
No pasa nada, y si no sabés lidiar con eso mejor dedicate al ministerio de economía.

Lo que le pasó a Kicillof es bien diferente, es una canallada que habla de la impotencia con la que vive la política un sector de la sociedad que siempre fue el menos democrático, el más proclive a las soluciones militares.
Por cierto, toda una metáfora que los quisieran tirar precisamente al Río de la Plata al grito de marxista y judio de mierda.



Incapaz de otra derrota, mañana me enamoraras de nuevo.
Relájate, todo es igual y diferente.
Nada quedará.
Es nuestra verdad oculta.

(José Garés Crespo)




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