Si supieran todos la enorme verdad que encierran estos versos.
Conmovedora, profunda, prístina verdad.
Fue mucho mi penar andando lejos del pago,
tanto correr pa' llegar a ningún lado;
y estaba en donde nací lo que buscaba por ahí.
Es oro la amistad que no se compra ni vende,
sólo se da cuando en el pecho se siente;
no es algo que se ha de usar cuando te sirva y nada más.
Así es como se dan en la amistad mis paisanos,
sus manos son pan, cacho y mate cebado;
y la flor de la humildad suele su rancho perfumar.
La vida me han presta'o y tengo que devolverla,
cuando el fiador me llame para la entrega;
que mis huesos, piel y sal abonen mi suelo natal.
La imagen corresponde a una fotografía del proyecto "Un fresco abrazo de agua", del enorme fotógrafo entrerriano Gustavo Cabral.
lunes, 22 de abril de 2013
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario