¡Ay madre! Desde muy lejos en mis coplas volverás. Tu sangre dentro de mis venas como un árbol crecerá, y el viento, que es generoso su árbol me enseñará.
Feliz día (comercial o no, qué más da) a todas las madres.
A todas les deseo que sus hijos no sean tontos y las llenen de besos y abrazos.
Y a los que ya no podemos, cantémosle, regalémosle nuestra mejor sonrisa, que no vea nuestras lágrimas.
Hoy recordé a mi vieja, en este día que teníamos que estar juntos y no se pudo.
Y pensé en algunos amigos y compañeros de ruta a los que le gusta pensar que esos seres queridos que hoy les faltan, están en algún lugar mágico viéndolos y participando de sus vidas.
Y creo que es una verdadera pena, porque eso que creen es cierto.
Sólo que se pierden de disfrutar en plenitud la realidad: ese lugar mágico es nuestra memoria, nuestros vívidos recuerdos, nuestros corazones.
Están en nosotros, por eso están.
La imagen corresponde a una fotografía del Parque de la Memoria, en la Ciudad de Buenos Aires.
lunes, 22 de octubre de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario