viernes, 21 de diciembre de 2012

El sueño no es escrito en estrofas regulares

No se construye lo nuevo sólo destruyendo lo viejo.
Cuando no hay nada con qué construir lo nuevo, es preferible endulzar lo viejo para que sea más soportable...

Mi padre, un viejo y pertinaz comunista, me enseñó que un revolucionario primero debe ser decente, honesto, que debe ser un ejemplo como trabajador, como compañero y como ciudadano.

Sucede que como dicen que sabiamente "El Che" dijo: “...debemos empezar a recrear al hombre nuevo y para ello necesitamos ser ejemplares, éticos, decentes, solidarios y justos...”.

He leído que Enrique Lihn ha escrito, y fue críptico poema:
"Te dimos demasiada importancia: el rey de los pasquines, en que hacías tus consagraciones y consagrabas tus desprecios, es de heterogénea y olvidable lectura. Después de ser la rumia, la rutina 'de los caballeros que pastan en las praderas chilenas' y el diccionario de los apenados que compran trabajo a cualquier precio... se vende por kilos en las carnicerías".

Y yo lo asocio a una canción de Zeppelin.

Creo que no es tan difícil entender porqué...


Imagen: "Room alone", de Ahmet Broge.




Como si el sueño fuera escrito en estrofas regulares, cada nocturno despertar significa el reacomodarse del cuerpo a su idea fija: que el enemigo monta guardia en él sin pegar una sola pestañada dueño y señor de la ciudadela tomada.

Enrique Lihn.

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