No se construye lo nuevo sólo destruyendo lo viejo.
Cuando no hay nada con qué construir lo nuevo, es preferible endulzar lo viejo para que sea más soportable...
Mi padre, un viejo y pertinaz comunista, me enseñó que un revolucionario primero debe ser decente, honesto, que debe ser un ejemplo como trabajador, como compañero y como ciudadano.
Sucede que como dicen que sabiamente "El Che" dijo: “...debemos empezar a recrear al hombre nuevo y para ello necesitamos ser ejemplares, éticos, decentes, solidarios y justos...”.
He leído que Enrique Lihn ha escrito, y fue críptico poema:
"Te dimos demasiada importancia: el rey de los pasquines, en que hacías tus consagraciones y consagrabas tus desprecios, es de heterogénea y olvidable lectura. Después de ser la rumia, la rutina 'de los caballeros que pastan en las praderas chilenas' y el diccionario de los apenados que compran trabajo a cualquier precio... se vende por kilos en las carnicerías".
Y yo lo asocio a una canción de Zeppelin.
Creo que no es tan difícil entender porqué...
Imagen: "Room alone", de Ahmet Broge.
Como si el sueño fuera escrito en estrofas regulares, cada nocturno despertar significa el reacomodarse del cuerpo a su idea fija: que el enemigo monta guardia en él sin pegar una sola pestañada dueño y señor de la ciudadela tomada.
Enrique Lihn.
viernes, 21 de diciembre de 2012
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