martes, 4 de marzo de 2014

Hay un fragmento de la mañana en el museo de la escarcha

Dijo Lola, una compañera de ruta de las redes sociales, quien es española, y vive en España -en estos tiempos hay que aclararlo-, ante la nota de la versión web del periódico español El Correo, titulada originalmente: "Violentos antisistema arrasan el centro de Bilbao", que luego cambió por uno más suave: "Los disturbios pasan al Casco Viejo con un ataque a una sucursal bancaria", pese a que el contenido mantiene su impronta original:

La diferencia entre ser llamado por la prensa "violentos antisistema" o "pueblo harto de corrupción", depende de si hablan de Bilbao o si se habla de Caracas o Kiev.
Humor Indignado...


Queda muy claro que los medios de comunicación de todo el mundo, propiedad de los grandes grupos económicos que entre otras cosas se dedican al negocio de la información, te pone títulos discriminando si estás a favor o en contra del capitalismo financiero.

Estar a favor te convierte en un demócrata que lucha contra los autócratas, en pueblo oprimido que se levanta ante la corrupción, no importa cuántas elecciones hayas ganado, ni lo que opine la mayoría de tu pueblo, ni si esa corrupción es un invento mediático o está sustentada en pruebas concretas.
Si, por el contrario, tu prédica es contraria al capitalismo financiero, al neoliberalismo hoy en el poder, devenís de manera automática en un violento anti sistema.

No importa cuál sea tu comportamiento, sólo actuás como violento si estás en contra de su dogma de fe.




En lo alto de aquel monte hay un arbolillo verde. Olivares soñolientos bajan al llano caliente. Ni ovejas blancas, ni perro, ni cayado, ni amor tienes. Como una sombra de oro en el trigal, te disuelves.

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