Nunca dejan de sorprenderme aquellos que ante un comentario, o un posteo, o un análisis, sin importarles lo dicho, lo comentado o analizado, se lanzan a sus temas y sus obsesiones, generalmente políticas, evidentemente tamizadas por su personal mirada del mundo.
De algún modo te faltan el respeto, porque no te contestan ni refutan tus conclusiones, sino que elaboran discursos que no tienen ninguna relación ni hacen ninguna referencia a lo que humildemente quisiste aportar.
Podría culpar a las redes sociales, o al Facebook de estos comportamientos, pero en la vida cotidiana sucede lo mismo, siempre están los monótonos, los inconexos, los que sumergidos en algún tipo de dogmatismo pretenden que lo único que importa es aquello de lo que ellos quieren hablar, debatir, o llanamente discutir.
Vale como ejemplo esta nota que publicara La Nación con este título y copete:
Durísima nota sobre la Argentina y el peronismo en The New York Times.
Titulada "Llora por mí, Argentina", el artículo de opinión repasa cómo nuestro país pasó de ser más próspero que Suecia y Francia, hace un siglo, al contexto de hoy; "Está camino a convertirse en Venezuela".
Algunos amigos con esta tendencia al dogmatismo, a la cerrazón, que se yerguen en garantes de la verdadera inteligencia, del único pensamiento válido, la han compartido pretendiendo desnudar la realidad argent(in)a. Si mi respuesta hubiera sido denunciar la historia nefasta del medio que la publica, de ambos, o la ideología de quien la firma, o comenzara una guerrilla de chicanas sin sentido, estaría representando lo que me incordia de este comportamiento.
Ahora bien, si mi respuesta es destacar la nota que escribió un economista que dirige la sección sobre economía de un periódico londinense, y se publica en una consultora económica integrada por dos ex premio Nobel de economía, titulada "Roger Cohen Defecates On Argentina, Gets Many Things Wrong", entonces predico con el ejemplo.
Ante estos especímenes de nuestra fauna, aplico un paradigma aprendido, ciertamente con esfuerzo: "no provoca quien quiere, sino quien puede".
Paciencia, la vida es así.
domingo, 2 de marzo de 2014
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Very very good post, taría bueno aclarar un poco mas quienes son los cada cuales.
ResponderEliminarPersonalmente, estoy como decía don Antonio Machado, en la segunda inocencia, no les creo a ninguno.
Gracias por tu visita.
EliminarAbrazo,