lunes, 17 de noviembre de 2014

Las voces de nuestras almas

Leo en el periódico español Público, que Pablo Iglesias, quien gobernará España en breve, ha prometido modificar el sistema tributario español: “Vamos a proponer una reforma fiscal para que paguen los que más tienen y para dejar de depender de la financiación de los mercados internacionales”.
El líder de Podemos ha relacionado directamente su inequidad con la corrupción: “La corrupción no tiene que ver con manzanas podridas; tiene que ver con no pagar impuestos y democratizar la economía”.
Estas medidas son, en opinión de Iglesias, las que asustan a los poderosos, “a los oligarcas del régimen y sus partidos”. “¿Quién tiene que tener miedo? Los que no pagan impuestos”, ha zanjado entre aplausos.

“Agitar el miedo es una mala estrategia”, ha aconsejado Pablo Iglesias a sus rivales. “No es el que el miedo esté cambiando de bando, es que la sonrisa también está cambiando de bando. Cuando os insulten y difamen, sonreíd, porque vamos a ganar”, agregó.

Pinta tu aldea, me digo...


Esto que sucede en la política española traduce la indignación originaria del 15M, ese prístino desborde de adolescencia, en actos políticos con el poder como objetivo.
Esto cambió efectivamente en la política española.

Si lo queremos traducir a la experiencia argent(in)a, equivale a cuando luego del 2001, surgió como de la nada, una posibilidad. Allí donde no había esperanza, surgió el cambio.
En nuestro país se llamó Nestor Kirchner. Ojalá que en España sea Podemos, con la conducción de Pablo Iglesias.
Y es que se parece hasta en las formas. ¿O acaso alguien imaginó la posibilidad de que un chaval que lleva coleta, "con esas pintas", sea el principal candidato a acceder a la Moncloa?
Que para colmo de males se revindica en solfa como populista, hermanado con la experiencia sudamericana.

¿Si esto no es una revolución, qué es una revolución?




La cultura es la ruta de nuestro encuentro, los testimonio en nuestra búsqueda. Es la experiencia conciente en la lucha por la sabiduría, pues por el mundo crecemos recolectándonos de todos a nosotros mismos. La cultura es una investigación universal, desde los individuos, con la que concluimos en ser colectivos. La rueda de los silencios se está llenando de voces. Las voces de nuestras almas colmaron su oscuridad.
(Sergio Verduzco)

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