sábado, 19 de septiembre de 2015

Camalote de esperanza

Los hermanos Kennedy eran medianos productores rurales identificados con ideas republicanas. Se sentían parte de nuestra historia regional en la que se destacan los caudillos Pancho Ramírez, Urquiza y Ricardo López Jordán.
Los Kennedy sintieron y sufrieron el quiebre del orden constitucional de 1930. Se mantuvieron activos, no se quedaron impávidos en sus casas: se organizaron para que el país vuelva a tener un presidente legítimo.
Aquel sórdido golpe de 1930 tenía un fuerte sesgo fascista y era interpretado como una respuesta cívico-militar a la crisis económica y social para restaurar el régimen oligárquico, obstaculizado años atrás por el presidente Hipólito Yrigoyen, de la mano de la Ley Sáenz Peña, que por fin otorgaba el voto a lo sectores populares de la Argentina.
Cabe destacar que el levantamiento del 3 de enero de 1932 dejó al desnudo el pacto entre dirigentes radicales y conservadores en la provincia de Entre Ríos. Los adversarios políticos de los Kennedy no le perdonarán tamaña empresa y utilizaron todos los medios a su alcance para estigmatizarlos como locos, revoltosos o delincuentes.
El movimiento rebelde tenía como objetivo forzar la retirada del gobierno encabezado por el militar José Félix Uriburu que ya había demostrado con creces su carácter autoritario y antipopular.
El movimiento tenía carácter nacional y entre los complotados estaban: el general Toranzo, el doctor Ábalos, (ex ministro de Yrigoyen), los tenientes coroneles Gregorio Pomar y Roberto Bosch, el doctor Erro.
La rebelión en Concordia, la jugada más importante, fracasó. Los hermanos Kennedy ignorando tal acontecer cumplen su parte sublevando la ciudad de La Paz desde la madrugada del domingo 3 de enero.
Eran alrededor de 100 hombres los que estaban confabulados inicialmente en la revolución de La Paz.

El asalto a la comisaría local (defendida por 25 hombres) fue finalmente realizado por sólo seis hombres, entre ellos los tres hermanos Kennedy, que a punta de revólver y máuser vencieron una dura resistencia. Allí murieron el comisario de turno y tres agentes de la policía provincial.
En pocas horas, la ciudad había sido tomada. Dueños de la situación, los Kennedy y sus acompañantes se hicieron cargo de la jefatura, mientras que otros grupos ocuparon el Correo, la Compañía Entrerriana de Teléfonos y Telégrafos de la provincia, a la vez que penetraron en la sala de armas del Tiro Federal, donde retiraron armamento y municiones. Pusieron guardias en distintos puntos de la ciudad para que no ocurran delitos comunes.
La rebelión se había concretado en La Paz, y no alcanzó a producirse en Concordia. A media mañana, los Kennedy siguen adueñados de la situación y el gobierno de la provincia se entera de los acontecimientos.
El primer avión gubernamental salido de Paraná sobrevoló la ciudad y arrojó proclamas del gobernador Etcheverre (fundador de El Diario) y del general Luis Brucce.
Los hermanos Kennedy al tener conocimiento del fracaso en el resto dele país abandonaron la ciudad, yendo en busca de puerto algarrobo (o puerto de la esmeralda), donde las grandes extensiones de monte y costas tupidas eran muy conocidas por ellos.
Alrededor de las dos de la tarde todo el gauchaje que participó en la rebelión comenzó la retirada parque auguraba una fuerte represión.

Los días 4 y 5 por la mañana, siete aviones bombardearon y ametrallaron los montes, costas e islas de la zona, donde se creía estaban ocultos los Kennedy y sus compañeros. Fue la primera vez en la historia argnetina que aviones "patrios" bombardearon suelo argentino.
(NdR: lamentablemente no fue el último)
El día 6 se quemaron pastizales y se integró una comisión policial al mando del jefe de policía que, a poco andar, mantuvo un choque armado con los Kennedy, en el lugar conocido como "El Quebrachal", cercano al casco de la estancia "Los Algarrobos". Los hermanos, con la extraordinaria puntería que los había hecho famosos, abatieron desde su guarida a otros cuatro policías y al empleado municipal Lucio Sandoval, voluntariamente agregado a la comisión por especial pedido del jefe de policía, en razón de ser un gran tirador. El feje de policía salvó la vida "milagrosamente" y ante la situación inició la retirada en busca de reguerzos dejando los muertos en el lugar del enfrentamiento.
Después dee tiroteo, los Kennedy emprendieron la fuga hacia Corrientes, esquivando las numerosas partidas que andaban en su búsqueda.
Tras pasar por la estancia de una de sus hermanas en Sauce, Corrientes, siguieron hacia Uruguay cruzando a nado el Río de los Pájaros. Su exilio duraría hasta 1937, en visrtud de la Ley de Amnistía sancionada por el Congreso de La Nación.


"Los Kennedy de La Paz", por Marcelo Faure.


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Libro para buscar y leer: "Los kennedy del sur" de Daniel González Rebolledo.

"Los Kennedy del Sur, novela premiada y editada por la Editorial de la Universidad de Entre Ríos en 2005 y luego por Editorial Simurg, 2008, es la que "remueve el avispero" en La Paz y comienza a cambiar la mirada de los lapaceños sobre los Hermanos Kennedy. Fue publicado por primera vez en 2005 como fue dicho, y debido a que la obra fue premiada por la Universidad Nacional de Entre Ríos, estuvo a la venta la segunda edición. La obra es una ficción, tomando como referencia histórica la revolución de los hermanos Kennedy, realizada el 3 de enero del año 1932 en La Paz, Entre Ríos. Los Kennedy eran productores rurales y deciden ir en contra del gobierno de facto, en aquel momento, de Uriburu. Éste había sido el primer militar que había derrocado a un presidente civil, elegido por el pueblo, que fue Hipólito Irigoyen, y frente a este hecho los Kennedy se levantan en La Paz, articulándose en una serie de levantamientos a lo ancho y a lo largo del país, pero que fracasan en todos los demás lugares, y solamente ellos llevan adelante la lucha armada hasta las últimas consecuencias."

NdR: La historia del primer bombardeo sobre territorio argentino, y su población civil, por parte de las "fuerzas patrias". Lamentablemente no fue la última.





Los amores de la costa, son amores sin destino, camalote de esperanza, que se va llevando el río.
(José Larralde)

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