martes, 17 de noviembre de 2015

Mi día de mañana es el proyecto de un tiempo por llegar

Hablamos de devaluación y ajuste, y quizá como son sólo palabras, de tanto usarlas ya no se entienden. Quizá se esconden los significados tras subterfugios, o subjetividades.
Deberíamos dejar claro el objetivo de una devaluación, y un ajuste, para que se entienda un poco mejor. El objetivo final es una transferencia de ingresos, una redistribución inversa del los ingresos, desde el sector del trabajo al sector del capital. Fundamentalmente al capital concentrado, por razones obvias.

¿Cómo? Bien, si se devalúa la moneda, esto se traslada a precios. Si esto es brusco, si hay un traslado a precios muy fuerte y no se aumentan los salarios en la misma proporción, lo que sucede es una baja del salario real, una merma del poder adquisitivo del salario.

Imaginemos que esta caída es del 35%. Si el PIB no se modifica demasiado, entonces la participación del salario en el PBI cae, por lo tanto de la torta del PBI el capital se queda con una porción mayor. Si estamos en el orden del 50% para cada lado, será de un 65%/70% para el capital, y el resto para el trabajo. A continuación esto genera una caída de la actividad económica, producto de esta caída de la demanda agregada. Lo que inevitablemente generará un aumento del desempleo. Las empresas que vendan menos achicará su dotación de personal, el mundo es cruel. Lo que incrementa la caída de la demanda agregada. Si a esto se lo acompaña con un ajuste, la caída es aún mayor. Y un aumento del desempleo lo que termina generando es una baja del salario como consecuencia del exceso de demanda laboral. Lo que sigue disminuyendo la caída de la demanda agregada, por consiguiente de la actividad económica.

Es posible que en un año o dos se estabilice, que deje de achicarse la economía, y la inflación se normalice. Pero esto sucederá con nuestros salarios empequeñecidos, con menos poder adquisitivo, con un nivel de desocupación mayor con la consecuente flexibilización de hecho del mercado laboral. Naturalmente, olvidémonos de las paritarias en ese contexto, y si los salarios se ajustan, será por inflación, y daremos las gracias. Y con los trabajadores con menos humos, con menos ínfulas.

En definitiva, lo que les interesa a los grandes empresarios, al establishment, con una participación en el PBI del capital mucho mayor que la de ahora.


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Si votás contra Macri, es posible que cuando veas que el presidente es Scioli te sientas algo decepcionado.

Pero pensá que si por temor a esto, no votás contra Macri, pasará que en poco tiempo veas que gobierna el poder económico y te sentirás desesperado.





La vida preferida sera mi yo más mío. Y la vida que venga será fácil, o lo parecerá (que más me da) será la dulce vida, y por dulzura y por facilidad será una eternidad mientras me dura, aunque sólo me dure un día más. Por eso, más que un día, mi día de mañana es el proyecto de un tiempo por llegar: es el pluscuamperfecto de futuro. Ya sólo hay que aprenderlo a conjugar.
(Carlos Marzal)

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