De la encuesta de OPSM post balotaje de la que escuché algunos datos hoy en Radio Del Plata, y de la que comparto un enlace para analizarla más en detalle, rescato algunos de estos:
Casi el 90% de los ciudadanos queren intervención del estado (muy activa 35%, activa 50%).
Respecto al tema cambiario: el 13% quiere que siga exactamente igual, y el 20% que se libere completamente. El resto, la mayoría, quiere algunos cambios leves (50%), pero no quiere muchas sorpresas.
La opinión mayoritaria no es que la economía está prendida fuego, ni que estallará por los aires, tampoco que la república estaba en riesgo, en general creen, incluso los que votaron al PRO, que las cosas estaban más o menos bien, y que esperan que mejoren, lo que, paradójicamente, es un ancla dramática para la futura gestión, dado que no tienen en la ciudadanía carta blanca.
Va a ser muy interesante, porque el PRO no tiene otra ideología que las encuestas de opinión. Pero elige funcionarios que tienen una ideología muy concreta, y que uno presupone estarán incómodos con esa demanda ciudadana: que claramente no es de derecha, ni amigable con la ortodoxia liberal.
En mi percepción, el gobierno que empieza en unos días no tiene carta blanca.
De modo que el escenario en mi opinión es: así y todo lleva adelante la agenda que uno presupone (tengo razón y nos va mal), o no se animan por su lectura permanente de las encuestas, y termina siendo un gobierno razonable (no tengo razón, pero nos va bien).
El trabajo de la encuestadora OPSM, dirigida por Enrique Zuleta Puceiro Zuleta Puceiro.
La idea del dilema de Protágoras y Eulato, es interesante para usarla de base para algo que me viene dando vueltas en la cabeza estos días, porque creo que estamos ante algo similar en la cuestión política, o más específicamente la económica, sin ser yo maestro ni aspirante a sofista.
Vivo en lo personal un dilema de similares características: si no tengo razón, si estoy equivocado en mis análisis: gano, porque la cosa irá bien, mi bodega seguirá espléndida, disfrutaré de mi familia, de mis amigos, de mi vida; pero en cambio si tengo razón: pierdo, porque sucederá lo contrario, y la pasaré mal.
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Lino Barañao:
"La Presidenta es una persona extremadamente inteligente, con mucho conocimiento de la realidad política. En la ciencia no se obedece la autoridad sino que se respeta la autoría, la creatividad. Y por Cristina tengo mucho respeto intelectual. Lógicamente, más allá de que aporte su opinión, hay muchos temas que son específicos y se van a consultar con el resto del gabinete. Además, mantendremos la línea de acción de estos ocho años, plasmada en un plan que fue elaborado por 3500 personas, con prioridades establecidas por todos los actores empresariales y sociales, que ya es política de Estado. El plan lo tenemos y el financiamiento también. Es un tren en marcha que tiene que seguir andando al mismo ritmo. A diferencia de otros ministerios, el de Ciencia tiene un libreto establecido. Muchos temas ya están en marcha, toda la planificación de base ya está comprometida. No habrá retraso en los proyectos que están en marcha. No hay margen para volantazos."
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Ya está, el pasado quedó atrás, hacia adelante es el futuro, y la realidad:
"La fórmula de Cambiemos compuesta por Mauricio Macri y Gabriela Michetti y que triunfó en las elecciones presidenciales del pasado 22 de noviembre, obtuvo el 51,3% de los votos, mientras que el Frente para la Victoria, que postuló al binomio Daniel Scioli y Carlos Zannini alcanzó el 48,7%, informó el director nacional electoral, Alejandro Tullio. Los datos del escrutinio definitivo de la segunda vuelta electoral arrojaron, entonces, que el PRO obtuvo en todo el país 12.988.349 de votos en el balotaje frente a los 12.309.301 del FPV."
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No miro 678. No me parece mal que lo miren. No cuestiono el programa, sé que para muchos es imprescindible, simplemente a mí no me parece interesante como propuesta periodística.
Dicho esto: la diferencia entre el PRO y el FPV fue de 679.048 votos. No fue de 678 mil. La culpa de la derrota del FPV no la tiene 678. Tampoco fueron los artífices del 55% de 2011.
Intentemos no simplificar el análisis.
Inventar el regreso del mundo después de su desaparición. E inventar un regreso a ese mundo desde nuestra desaparición. Y reunir las dos memorias, para juntar todos los detalles. Hay que ponerle pruebas al infinito, para ver si resiste.
(Roberto Juarroz)
martes, 1 de diciembre de 2015
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