lunes, 9 de mayo de 2011

Cuando las palabras son remos

Tres segundos dura el lapso entre prender el televisor y encontrar a alguien hablando supuestamente de lo terrorifica que esta la calle, de la sangre que caen en las alcantarillas, de que ya no se ve a nadie en las veredas, que las plazas estan vacias y que cada hogar se convirtió en la trinchera anti-pibe chorro, anti-villero.
Escuche a “prestigiosos periodistas” decir que hay que vivir con miedo y a la expectativa de que te roben las 24 horas para vivir seguros, y plantear cuales serian algunas de las soluciones, entre ellas estaban: empezar a mandar a los pibes de 14 años a sierra chica, alambrar, amurallar, rastrillar, torturar y encerrar a la gente de las villas, aunque es algo que nunca se dejo de hacer pero como ahora tenemos que tener cuidado que venga un negro y nos robe algo material hay que aumentar ese trabajo que por supuesto tiene que estar a cargo de nuestros compasivos y hermosos protectores: la policia…
Señores medios de comunicación: MIENTEN, MIENTEN, MIENTEN.
Analizemos humanamente esta situación que nosotros mismos creamos y en primer lugar me gustaría tener como primer argumento algunas estadísticas. Gracias al boca en boca aca adentro pude comprobar fehacientemente que el 99% de los pibes que estamos tras las rejas vivimos en alguna villa o en algún barrio de clase media pero en una casa bien humilde (aclaro que el uno por ciento restante corresponde a un pibe que no pude preguntarle de donde era).
Todos sabemos lo que es pasar hambre, todos sabemos lo que darse vuelta de tanta droga, todos vimos alguna vez como la policia entra al barrio de cazeria, todos pertenecemos a una cultura aparte, que es la de quedar aparte de todos los eslabones de posibilidades de vida digna de esta sociedad.
Porque digo esto, asi como aumentaron la cantidad de policias en las calles y aumento el trabajo, aumentaron la cantidad de transas en los barrios y el bulto de la billetera de cada comisario, lo que permite que los cerebros de los pibes se manejen como por un instinto animal en busca de la droga. La droga en este caso y en todos los casos es la pasta base, la cocaina y las pastillas.
La droga te quita el hambre, para drogarse se necesita plata, para tener plata hay que trabajar, la unica oportunidad de trabajo es la de ahogarse doce horas diarias en una fabrica, pero como parte de nuestra esencia los excluidos en el fondo tenemos algo natural: el rechazo al sometimiento,
y entonces si ya venimos con una infancia ausente donde ya a los siete u ocho años vamos pero no estamos en la escuela, (escuela siempre precaria) y ya canalizamos en nuestro conciente lo que es una 9mm, la droga y lo que es robar, a los doce ya dejamos la escuela que nunca nos enseño nada , nos duele ver la familia que no tenemos, nos empieza a molestar el estomago que hace ruido y las zapatillas que hablan de tan rotas, y encontramos aliados de similar experiencia en cualquier esquina: asi empieza la aventura delictiva.
Tarde o temprano, casi siempre temprano, se conoce lo que es estar en cana, adentro uno no aprende nada porque las herramientas que hay son escasísimas, adentro la violencia es cotidianidad y entonces uno en vez de poder abrir los ojos de la consecuencia social que somos, nos perfeccionamos como delicuentes.
A esa altura de lo que menos tenemos idea es de lo que es vivir, simplemente somos mentes muertas en suspenso, por eso robamos y matamos sin conciencia.
¿Casualidad? Donde menos hay aparatos de contencion es en los lugares mas humildes de donde venimos y existen muy pero pocas oportunidades de poder desarollar alguna creatividad Artistica y no existen lugares para perfeccionarse en alguna actividad deportiva y tomarlo como arma para zafarle al dolor que arrastramos de herencia. Algo que podria ser basico para soñar otra cosa.
No hay salidas y las que aparecen tratan de taparla todo el tiempo.
Con un panorama tan cruel, tan inhumano, con tan poca perspectiva a futuro, con la idea de salir de caño hecha carne y de disfrazar con un par de nikes nuevas nuestra eterna pobreza, con el odio que recibimos diariamente de la televisión y de la gente, como quieren que no haya inseguridad...


Camilo Blajaquis, es César González, un chico de veinte años de la Villa Carlos Gardel. A los 16 años, fue condenado por el delito de secuestro extorsivo, y purgó su pena durante cinco años en distintos institutos de menores y establecimientos carcelarios. Un encuentro fortuito con algunos libros pareció cambiar su destino, desterrando el prejuicio de la profecía autocumplida que suele mal usarse en estos casos.
“Mi referente es Oliverio Girondo. Fue un revolucionario, se atrevió a hacer un lindo quilombo con el estilo poético y diciendo cosas interesantes. Después te puedo nombrar un poco de García Lorca, un poco de Bukowski y mucho de la poesía de Los Redondos. El Indio Solari es una gran influencia para mí”, relató enumerando a sus autores favoritos elegidos bajo un criterio sumamente ecléctico. La literatura le llegó por mera casualidad. “Los libros entraron en mi vida gracias a Merok, un mago que daba cursos en los institutos de menores de Capital. Él enseñaba en el taller venciendo prejuicios e indiferencias adentro de los pabellones. Nos enseñaba un truquito y nos hablaba de Rodolfo Walsh, del “Che” Guevara, de Eduardo Galeano, de los Túpac Amaru”, describió el rito inciático que lo acercó a la lectura. Luego, comenzó a agregar nuevos títulos y autores bajo su propio discernimiento. Es consciente de que “si no fuera por la literatura, ya estaría muerto y sería un número más en los legajos policiales”.
Dirige la revista Todo Piola, y escribe poesía bajo el seudónimo de Camilo Blajaquis: Camilo por el revolucionario cubano Camilo Cienfuegos, y Blajaquis por Domingo, el militante peronista que fue asesinado en una pizzería, y que César conoció gracias a “¿Quién mató a Rosendo?”, del propio Walsh.
Su blog: http://camiloblajaquis.blogspot.com


Libertad el grito sagrado
Que nunca oyeron los mortales
Como quisiera
Hacerte el amor esta noche
Y esperar el amanecer



Recostado en tu vientre
Mis bolsillos están vacíos
Por eso los santos me dan la espalda
Si es verdad que no tenes precios



Se mi novia para siempre
Libertad que feliz seria
Si compartieras mate conmigo
En el patio de mi casa



Ya no te violarían presidentes, ni empresarios
Y serias amiga de mi gente
Esa que sabe de vos por leyendas
Y que piensa que tu magia
Tiene forma de billete.



1 comentario:

  1. Gracias a la Ps. Cecilia Asensio quien, junto a un grupo de estudiantes de Arte, organizó su charla, tuve la oportunidad de escuchar a César (Camilo), el año pasado, en Gualeguay. Fue emocionante. Gracias, Rafa.

    ResponderEliminar