Otros mueren de pena ante la sospecha de que no haya sido en Tacuarembó.
A mí, francamente, lo único que me parece relevante es de dónde él eligió ser, dónde eligió vivir, y sobre todo, qué ciudad eligió amar, y a cuál le cantó con el coure en un puño.
Y el Zorzal Criollo amó y deseó, intensa y eternamente, a la misma ciudad, a la misma patria que yo.
Maestro, cada día canta mejor...
Sentado al borde de una silla desfondada,
mareado, enfermo, casi vivo,
escribo versos previamente llorados
por la ciudad donde nací.
Hay que atraparlos,
también aquí nacieron hijos dulces míos
que entre tanto castigo te endulzan bellamente.
Hay que aprender a resistir.
Ni a irse ni a quedarse,
a resistir,
aunque es seguro que habrá más penas y olvido.
Mi Buenos Aires querido (Juan Gelman)
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