martes, 7 de junio de 2011

De periodistas y deshonestidades

Mis modelos de buenos periodistas son aquellos que no mienten objetividad, los que intentan cada día la honestidad intelectual y la ecuanimidad, que es a mi modesto entender lo más relevante en la labor periodística.

No hay muchos, en general, la mayoría hace lo que cualquier comerciante inteligente: te cuentan lo que vos querés oír para que lo sigas eligiendo, se dedican a encontrar -cuando no directamente inventar- mierda en aquellos a los que ya odiás.

También están los muchos que directamente escriben sin ninguna vergüenza lo que sus patrones esperan.

Pero esos pocos que sirven de espejo, que -y pese al mercantilismo inherente al capitalismo que siempre está en medio- todavía se respetan, y me respetan, trabajando a partir de esa honestidad intelectual tan escasa, de esa ecuanimidad necesaria, sin mentir (se/me) objetividad, sin mentir (se/me) neutralidad.
Esos que me aportan invariablemente datos duros y, luego -siempre luego- análisis que puedo contrastar contra la realidad, esos que no hablan de verdades y sí de miradas sobre la realidad, son los que me animan a decir: feliz día del periodista.


La imagen que ilustra esta entrada corresponde a El Roto, seudónimo de Andrés Rábago, genial artista gráfico español.





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