miércoles, 20 de julio de 2011

Nuestras amadas malas compañías

Amo la vida, la mía y la de los otros, lo cercanos y los que no; aunque quien prefiera amar a un dios, es libre de hacerlo.

Mis dioses: los amigos, la música, mi familia, el vino, la buena mesa, el saber, la belleza (escrita o dibujada), la búsqueda cierta y la incierta.

No sé cuál es la verdad, dónde está, o si alguien la tiene. Sí sé que amo a todos y a cada uno de mis dioses, le dan sentido a mi vida.

Tampoco sé de qué se trata para los demás, sí que para mí se trata de intentar ser feliz. Afortunadamente, a veces reconozco esos momentos en los que soy feliz.

Mi vieja me decía, con gran sabiduría: cuídate mucho Rafita, de la malas compañías... ¡Cuánta suerte he tenido de no seguir su consejo!

Hoy, 20 de Julio, se celebra el día del amigo. Suelo decir para éste, y lo hago extensivo al resto de los días de celebración con motivos comerciales, que el día del amigo son todos los días.
Pero éste también, así que aprovecho la oportunidad entonces para desearles felicidades a todos aquellos que disimulan mis defectos y me regalan su amistad aún sin yo merecerlo.

Enormes abrazos a todos mis sueños sorpresivos, los imprevistos, y los inagotables.

Feliz día del amigo a todos mis amigos, y a mis compañeros de ruta también.

La amistad no es importante, probablemente sea cierto que está sobrevalorada. Lo que sí hay que atender, porque es vital y le da sentido a nuestras vidas, es a los amigos. Sucede que todo, incluida la amistad, es accesorio, menos nosotros...



La imagen que ilustra de entrada corresponde a la pintura "Familia de Saltimbanquis" del genal artista español Pablo Picasso.






Las malas compañías
(Joan Manuel Serrat)

Mis amigos son unos atorrantes.
Se exhiben sin pudor, beben a morro,
se pasan las consignas por el forro
y se mofan de cuestiones importantes.

Mis amigos son unos sinvergüenzas
que palpan a las damas el trasero,
que hacen en los lavabos agujeros
y los echan a patadas de las fiestas.

Mis amigos son unos desahogados
que orinan en mitad de la vereda,
contestan sin que nadie les pregunte
y juegan a los chinos sin monedas.

Mi santa madre
me lo decía:
"Cuídate mucho, Juanito,
de las malas compañías."

Por eso es que a los amigos
los mido con vara rasa
y los tengo muy escogidos,
son lo mejor de cada casa.

Mis amigos son unos malhechores,
convictos de atrapar sueños al vuelo,
que aplauden cuando el sol se trepa al cielo
y me abren el corazón como las flores.

Mis amigos son sueños imprevistos
que buscan sus piedras filosofales,
rondando los sórdidos arrabales
donde bajan los dioses sin ser vistos.

Mis amigos son gente cumplidora
que acude cuando saben que yo espero.
Si la muerte les roza disimulan.
Que pa' ellos la amistad es lo primero.


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