viernes, 22 de julio de 2011

El Álbum blanco también en Ecuador

¿Qué es la verdad en estos tiempos? ¿Es en su versión mas sofisticada lo que a uno mismo le parece? ¿O es aquello en lo que creen muchos?

En Ecuador se reedita el Álbum blanco, tal y como sucediera en Argentina hace unos meses. Quienes ahora lo versionan son los de El Universo de Ecuador: una empresa que se dedica al negocio de la información que ha mentido y un juez la ha condenado.
Parece algo propio de un infame cretino que si un juez te condena por haber mentido, digas que te censuran. Pero francamente es que además es estúpido que otros colegas en un indigno ejercicio de un mal entendido espíritu de cuerpo repitan esta afirmación sin sentido.

¿Porqué si van presos en Gran Bretaña, como ejemplo de una larga lista, no se habla de censura, pero si el juez es ecuatoriano sí?
¿Y la ecuanimidad, el sentido común, la honestidad intelectual, dónde están?
Curiosidades de nuestro mágico mundo.

Todo esto me recuerda que hace un tiempo recibí un correo electrónico titulado "El emporio periodístico K", cuyo contenido se puede encontrar buscando dicho título en Google. Sobre esto me parece oportuno dejar claras algunas cosas sobre las que creo sería interesante debatir.

Lo primero que debemos hacer es recordar que fue justamente Cristina Fernández quien derogó el delito de calumnias e injurias en Argentina, donde la libertad de expresión y de prensa es tal vez más absoluta que nunca.

En segundo término debo decir que a mí me interesan básicamente dos clases de fuentes de información: o bien un correo redactado por algún amigo con lo que piensa sobre algún tema, justificado en datos que salgan de su memoria porque confío en su honestidad intelectual aunque a veces pueda tener datos duros inconsistentes; o algún texto que tenga como fuente algún medio periodístico “serio”.
Leo a diario La Nación y Página/12, y sé que son los únicos dos medios periodísticos creíbles de nuestro país -aunque sé que a muchos no les gustará esta afirmación-.
Hay varios más que leo con mucho menos detalle, pero no confío en lo que dicen; y esta falta de confianza no se basa en prejuicios ideológicos -hace muchos años que me curé de este mal-, sino que está basada en la corroboración. Tengo la costumbre de recordar lo que leo, y luego corroborarlo, y los únicos dos periódicos que pasan la prueba son Página y La Nación -ambos con matices-.
Clarín y Tiempo son demasiado parciales como para no desconfiar de lo que informan: los leo, y sé que aunque generalmente no mienten, informan de manera tendenciosa, sobre todo Clarín, que titula “noticias” que en la bajada matiza y luego en el cuerpo no justifica el título. A InfoBAE también lo consulto con alguna reegularidad, y si bien es bastante confiable en economía, en política está demasiado ideologizado. También abrevo en BAE, El Cronista y Ámbito -últimamente estoy enganchadísimo con la economía-, y en muchísimos blogs de la BEA -Blogosfera Económica Argentina-. Además de en otros tantos blogs políticos que generalmente no aportan mucho más que algo de análisis, pero gracias a los cuales más de una vez he empezado a tirar del hilo y he llegado a datos interesantes. Escucho a diario también radios argentinas: básicamente las de siempre.

El correo referido tiene dos particularidades: la primera es que ya lo había recibido hace dos años cuando arreciaba la lluvia de correos (tormenta de hoax) con falsos rumores contra el gobierno, y la segunda es que es muy poco serio en su redacción. Hay algunos periodistas con los que no comparto su visión de la realidad, como Magdalena o Nelson Castro, pero aún así los respeto profesionalmente y nunca los acusaría de estar comprados. Lanata es un caso bien diferente porque no pasa ninguna de mis dos pruebas –nunca las pasó realmente-. Tenembaum por ejemplo se ha banalizado y se ha convencido de que es una estrella del firmamento mediático, pero nunca lo acusaría de haberse vendido a sus patrones. Hay otros que sí, no detallaré nombres pero lo expliqué en: http://descubriendolostesoros.blogspot.com/2011/06/de-periodistas-y-desonestidades.html. Zlotogwiazda en cambio es un tipo con el que no comparto su visión pero que me gusta leerlo porque es de los más honestos intelectualmente de aquellos que declaran su posición en líneas generales contraria al gobierno nacional, y es un buen ejemplo de lo que decía: corroboro lo que escribe y supera la prueba. Tenembaum por ejemplo no la supera porque muchas veces escribe -o habla- sin investigación previa y se le nota.

Como decía, el correo es poco serio, porque al margen de alguna grosería imperdonable como la de “grupo Bonafini” (a quien le debemos junto con todas las integrantes de la madres y las abuelas de plaza de mayo la democracia y la libertad, porque cuando todos nosotros estábamos escondidos bajo nuestra camas con nuestro pantalones manchados de caca ellas le ponían el pecho, ellas sí lucharon jugándose la vida –y no es una forma de hablar- por la democracia y la libertad de la que ahora hay muchos que hablan pero nunca jamás hicieron nada por ella), intentan acusar de comprados a medios y periodistas por la posición que asumen, algo indefendible primero porque muchos de estos pasan la prueba de la corroboración, y en el caso particular de Aliverti a quién escucho desde hace casi 40 años es quizá el único periodista argentino que pasa casi sin errores mi otra prueba, que es para mí la más importante, que es la de la honestidad intelectual. Además escucho a veces algunas de las radios que están incluidas en este correo, y si les pagan para “defender” al gobierno nacional afirmo que no se ganan el sueldo.

Lo que también está muy claro es que este correo, como tanta otra perorata antigubernamental, está escrito básicamente desde el prejuicio y la intolerancia. Porque sólo alguien intolerante y atribulado por el prejuicio, alguien que no cree sinceramente en la democracia y la pluralidad, puede acusar al que piensa distinto, sólo por el hecho de pensar distinto, de comprado o de servil a oscuros intereses.

Si de algo soy un militante es de la verdad y de mis ideas. Cuando escribo intento hacerlo fundamentalmente desde la honestidad intelectual. Por suerte hace años que supere la enfermedad del tamiz ideológico. Como he escrito en más de una ocasión, no estoy casado con nadie. Y lo bueno de no estar casado con nadie es que no ves todo de un color: ni todo malo, ni todo bueno. Naturalmente se puede no estar de acuerdo con las conclusiones de mis análisis, incluso encontrar errores en los datos duros en los que me baso, algo que agradezco cuando alguna vez me lo marcan -lamentablemente sucede muy poco, no porque yo sea infalible evidentemente, sino porque lo normal es que la gente no debata con datos duros en la mano, lo normal es que se intente debatir, en verdad prefieren discutir, desde el prejuicio-. Aún así ha pasado que algunas personas me acusen de estar a sueldo del gobierno nacional. Sí, parece ridículo –realmente es estúpido- pero hay gente que asegura que mis textos publicados en diferentes blogs, o en el facebook -donde cuelgo lo que escribo en El Diario o en este blog- están pagos por oscuros agentes de la atroz dictadura totalitaria de los malignos hombres K; algo parecido al correo que dio origen a esto que acabo de escribir y por lo que lamentablemente no recibiré ningún cheque.






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