Lo que estoy intentando es entender qué, quién, cómo. Pretender que alguien está a favor del aborto es falso, nadie está a favor, lo que sí es cierto es que muchísimos estamos a favor de despenalizarlo. En el caso de la actividad minería, con sus megas y sus menos, nadie puede decir que no es contaminante sea del tipo que sea, lo que debemos intentar entender es si es posible desarrollar minería a cielo abierto de manera responsable con el medio ambiente tal y como en Europa lo hacen. Y, naturalmente, qué límites hay que poner y qué medidas de seguridad son fiables y cuáles no.
La cuestión es que entre tantas consignas nadie consigue pensar con claridad. No me siento cómodo en medio de las simplificaciones, porque suelen esconder tras de ellas ignorancia sobre el tema consignado. Los prejuicios nos impiden juzgar con claridad. Cuando estamos a favor o en contra de algo, sería conveniente estarlo sabiendo porqué, no porque nos asustaron con frases estresantes o con fotos angustiosas.
Hasta ahora, lo único que tengo más o menos claro, es que el uso de cianuro es peligroso, motivo por el cual, por ejemplo en Europa, está muy regulado, y si bien no han prohibido su uso, están estudiando con mucho detalle si las medidas de seguridad son fiables o no. Todo el resto del discurso, hasta ahora, queda en el terreno de la retórica.
Encontré un blog en el que un geólogo da su punto de vista (a muchos no les gustarán sus opiniones, advierto) y aporta datos, sobre el tema de la minería, tan de moda en estos días. Me he encontrado con mucho misticismo en este tema, y sé que lo políticamente correcto es el uso de consignas contrarias, pero a mí me interesa el dato duro, y sacar mis propias conclusiones. Todavía no tengo opinión formada (quizá por mi ignorancia). Lo único que parece claro es que el uso de cianuro es peligroso, y que algún día estará prohibido su uso. Quizá, mejor que la consigna fácil, es lo que hacen en Europa, legislar con el dato duro en la mano para obligar a todos los actores a tomar las medidas de seguridad que sean necesarias.
Es lo malo de ser agnóstico: no puedo opinar alegremente.
Por el viento me conozco, añadido sin luz a un enebro en peste. Renombro que he suavizado manteles donde mi madre vaciaba sacos de harina. Así conozco la amnesia de portarretratos y el frío solemne, saturador de huesos. Rara, la escena nos contempla, sentada en el medidor lloroso de la casa, para ver el velo de treinta y tantos que lleva mi madre al caminar.
Así conozco de los años calendarios y paredes.
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