Si para demostrar que están claramente en contra del actual gobierno argent(in)o,
o en la pretensión de demostrar definitivamente lo malo, lo malísimo que es dicho gobierno,
algunos insensatos necesitan neciamente declarase contra las libertades civiles, contra las libertades sexuales, contra la libertad de género, contra toda convención de civilidad y sentido común,
asumen sin avergonzarse un discurso fascista, cuasi decimonónico, decididamente chupacirios,
e incluso sienten la necesidad de mostrarse favorables al imperio,
no sólo, también, y sin sonrojarse, a lo más recalcitrante del capitalismo financiero (que hoy tanto gustan llamar neoliberalismo),
entonces me parece que va a terminar siendo cierto que el actual gobierno ganó la batalla cultural.
Quizá pierda las próximas elecciones, pero marcará la línea de las próximas décadas.
Me parece que vivo, que estoy entre los ruidos, que miro las paredes, que estas manos son mías, pero quizás me engañe y paredes y manos sólo sean recuerdos de una vida pasada.
He dicho “me parece”. Yo no aseguro nada.
(Oliverio Girondo)
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