Dicen que escribió el poeta chileno Jorge Teillier:
Y tú quieres oír, tú quieres entender.
Y yo te digo: olvida lo que oyes, lees o escribes.
Lo que escribo no es para ti, ni para mí, ni para los iniciados.
Es para la niña que nadie saca a bailar,
es para los hermanos que afrontan la borrachera
y a quienes desdeñan los que se creen santos, profetas o poderosos.
Y precisó:
Estas palabras quieren ser un puñado de cerezas, un susurro
— ¿para quién? entre una y otra oscuridad.
Sí, un puñado de cerezas, un susurro
— ¿para quién? entre una y otra oscuridad.
Las campanadas escapan del pecho del reloj de péndulo. Huyen del pozo y resuenan en la memoria. La memoria, esa lechuza ciega huyendo a refugiarse en un árbol hueco.
sábado, 30 de agosto de 2014
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario