De las mismas surgen confluencias con la CTA y el MTA. Uno de los encuentros, convocado por la Federación Gráfica Bonaerense (CPFS), logró congregar secretarios generales de varios puntos del país. Tuve la posibilidad de estar presente gracias a la gentileza de la FGB. Nadie me va a contar lo que piensa el sindicalismo peronista de la actualidad.
Tras escuchar a todos los compañeros queda decididamente de lado la hipótesis de un movimiento obrero que no reacciona o no comprende lo que ocurre. Lo entiende bien y está brindando luchas parciales en cada zona agredida por el liberalismo conservador más crudo y violento que recordemos los argentinos.
La organización de algo más abarcativo –todos los encuentros de la semana hicieron referencia a ese punto- es ahora un objetivo. Como lo que se tiene que lograr es contundente, los apurones carecen de sentido. Se necesita que buena parte de las bases que confiaron en un “cambio” despierten a la realidad. Que los delegados y comisiones internas del país participen de las iniciativas. Y que todos los gremios de cada provincia se involucren decididamente.
No menos de dos meses para ese camino. Y aunque eso suene “lejos” ante la rapidez del ataque destinado a la transferencia de recursos, es la reacción orgánica más acelerada de la historia de nuestro movimiento obrero. Nadie se pregunta qué harán Barrionuevo o Venegas. Lo mismo da. Las entidades más poderosas de nuestro pueblo están de pie y no necesitan a esas dirigencias mediáticas.
La batalla, este primer semestre, será dura. Y quizás de su resultado dependa el decurso de los acontecimientos. Lo transmito para que la militancia popular que a veces confunde deseos y tiempos, sepa que a pesar de las dificultades, lo mejor de nuestra historia está presente entre nosotros.
"En marcha", por Gabriel Fernández, de La Señal Medios.
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“Las primeras medidas del gobierno de Mauricio Macri son preocupantes: en particular, el recorte permanente en los impuestos a la exportación es una gran transferencia a los ricos, con un gran costo para los trabajadores ordinarios. Cualquiera que sean los beneficios de eficiencia, las consecuencias distributivas y para el desarrollo no pueden ser ignoradas”, señaló ayer el Premio Nobel en Economía, Joseph Stiglitz.
“Una gran transferencia a los ricos”
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"Finalmente, un tercer periodista desconoció, según los autores, un pedido de confidencialidad y divulgó partes del testimonio de Iosi. Lutzky y Lewin se vieron obligados a apurar los tiempos hasta lograr que la Unidad Fiscal AMIA del fiscal Alberto Nisman le tomara declaración y lo acogiera en el programa de protección de testigos con otro nombre y residencia en el interior, donde aún permanece. Los autores afirman que Nisman no le dio entidad -citó a declarar a los jefes de Iosi, quienes obviamente minimizaron el papel del espía- y lo empleó para atacar al kirchnerismo. No fue la única pista importante que desechó Nisman. Desgraciadamente, la muerte del fiscal no se tradujo en un impulso a la investigación del atentado y el antikirchnerismo la usó para instalar sin fundamentos serios y contra todas las pruebas existentes que el suicidio fue un homicidio porque Nisman había denunciado a la ex presidenta por encubrimiento. Mientras las operaciones políticas que contaminaron y desviaron la investigación del atentado continúan, buena parte de los principales aportes a la causa AMIA hay que seguir buscándolos en libros como el de Lewin y Lutzky."
Un aporte a la causa AMIA
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"...acusar por sedición a quienes simplemente participan en manifestaciones públicas pacíficas (incluso si fueran ilegales) supone una actitud persecutoria que cercena la libertad de expresión. Ninguno de los señalamientos contra Sala, aun si fueran ciertos, constituye 'sedición' conforme con ninguna definición legítima de este delito.
Los delitos como el de sedición implican una amenaza para derechos fundamentales, ya que si se definen o se interpretan en un sentido amplio, pueden convertirse en herramientas para que los gobiernos criminalicen el ejercicio de la libertad de expresión o castiguen desproporcionadamente por infracciones de poca gravedad a quienes los critican. El Marco Jurídico Interamericano sobre el Derecho a la Libertad de Expresión ha reconocido explícitamente que las 'normas vagas, ambiguas, amplias o abiertas, por su simple existencia, disuaden la emisión de informaciones y opiniones por miedo a sanciones, y pueden llevar a interpretaciones judiciales amplias que restringen indebidamente la libertad de expresión'.
Protester Behind Bars in Argentina
La figura de "sedición" amenaza la libertad de expresión
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Estoy seguro de no ser el único al que le pasa: de mi lista personal de amigos votantes del PRO, casi ninguno hace posteos de actualidad política. Ninguno ha celebrado ninguna de las medidas de gobierno. No exteriorizan alegría. En los primeros días, un poco, quizá. Incluso aquellos más entusiastas, más enardecidos. Todo muy Zen, o muy escondido tras la cotidianidad domestica. Alguno se entusiasmó cuando metieron presa a Milagro Sala por reclamar contra las políticas sociales del gobernador, pero rápidamente se le pasó, espero que ante la evidencia.
¿Estarán aturdidos? ¿Durará mucho la etapa de la negación del modelo Kübler-Ross? ¿Sobrevendrá el espanto?
Sé que algunos aún están de acuerdo con el rumbo general. Entendería que siendo empresarios les parezca adecuado bajar el "costo laboral", aunque luego entiendan, quizá tarde, que con menos demanda agregada tengan menos opciones para desarrollar su actividad.
Para quienes viven como yo de un salario, y están dentro de la porción de la torta del PBI que pertenece al mundo del trabajo, la que se ve menguada a manos del capital, no hay una sola medida del actual gobierno que nos beneficie, más bien por el contrario todas nos perjudican.
Es verdad que algunos que no votaron al PRO sobreactuan, a quienes les digo a diario que esperen a que el bolsillo haga recapacitar a los que insensatamente votaron al liberalismo.
Cuando la transferencia de recursos entre el sector del trabajo y el del capital sea ineludible para todos, no hará falta la sobreactuación.
Pienso desde la lógica económica. Si afectamos la demanda agregada, los negocios serán por la mejora de rentabilidad vía baja de salarios (menos salarios por la inflación no compensada en paritarias, y por el aumento de la desocupación). La mejora de rentabilidad no será por la vía de la inversión, la que no llegará para nuestro beneficio con un empequeñecimiento inevitable del mercado interno toda vez que la demanda agregada se esfuma. Tampoco hay un sector externo que nos invite a pensar que vendrá por ahí. Si hay inversiones serán en los terrenos que ya estaban planteados del sector primario. Lamentablemente los del sector tecnológico no tendrán desarrollo.
Los negocios iban bien, necesitaban ajustes, algunos importantes que requerían claridad y decisión, pero no necesitaban imponer por la vía salvaje la ideología del poder económico. La ideología del poder económico no nos mejorará la vida. Nos bajará los salarios, los que terminaremos agradeciendo porque serán escasos.
No debemos olvidar que si bien es verdad que la economía es una ciencia social, en la que nuestras cabezas juegan un rol fundamental, al final es matemática. Y cuando se transfiere dinero entre un sector que todo lo que gana lo gasta (nosotros, el del trabajo) a uno que todo lo que gana lo guarda (el capital), y cada tanto lo invierte en ganar más (y guardar más), la demanda agregada (que es suma algebraica, no es suma de voluntades) se achica. Y cuando la demanda agregada se achica, pasa lo que pasa. Lo que ya pasó. Lo que pasará.
¿Qué si deseo equivocarme? Claro que sí. Lamentablemente no tengo motivos para pensarlo.
Hablemos a finales de este año, quizá antes. Aún es pronto.
Imagen que ilustra el post: "Marcha obrera", de Ricardo Carpani.
Pero, quizás, un día, antes de que la tierra se canse de atraernos y brindarnos su seno, el cerebro les sirva para sentirse humanos, ser hombres, ser mujeres, —no cajas de caudales, ni perchas desoladas—, someter a las ruedas, impedir que nos maten, comprobar que la vida se arranca y despedaza los chalecos de fuerza de todos los sistemas; y descubrir, de nuevo, que todas las riquezas se encuentran en nosotros y no bajo la tierra.
(Oliverio Girondo)
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