TeXTo: Ismael Enrique Arciniegas.
Imagen: "La civilización occidental y cristiana", de León Ferrari.
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Francamente las banderas yankees ondeando en la Casa Rosada no me molestaron particularmente. Ése será el menor de nuestros problemas cuando conozcamos la profundidad de los acuerdos firmados en esta visita.
Las de la plaza de mayo, lugar de encuentro de Madres y Abuelas, francamente se las podrían haber ahorrado.
Ahora, lo que sí me jode, y mucho, es el Parque de la Memoria embanderado con los colores de quienes son autores intelectuales, y en gran parte materiales, del último golpe de estado. No puedo digerir aún que Barack Obama, que no es Barack Obama, es el presidente de los EE.UU. vaya al Parque en ese contexto.
Sólo me pasaría el dolor y la bronca si ahí mismo pidiera perdón en nombre de pueblo y el gobierno de EEUU por tanto dolor y muerte.
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Quiero decir algo. Algo polémico, quizá. Hoy visitaron el Parque de la Memoria Obama y Macri. El presidente de EEUU no pidió perdón. Francamente no lo esperaba, aunque lo haya reclamado. Sin embargo, a él, a Obama, no al presidente de EEUU, le creo cuando homenajea a los desaparecidos. Sigue representando al país responsable de todo el dolor y muerte provocado durante aquellos años, pero a él le creo.
A Macri no le creo nada cuando habla de DDHH. Nunca respetó ni la memoria, ni la verdad, ni mucho menos la justicia. Si por él fuera los juicios paran ya. No creo que la idea de ir allí haya sido de Macri. Estoy seguro que fue de Obama. Quería marcar este gesto. A pesar de Macri.
A Macri lo necesita para recuperar la región para EEUU, para conseguir penetrarnos con los tratados de libre comercio. Comercio que no será libre. No existen los mercados libres. Aún así, no necesitaba ir hasta allí. Estoy casi seguro de que si lo decidía Obama el Parque no tenía banderas de EEUU. Las banderas las puso el colonialismo mental local.
Que se entienda: no es un voto de confianza. Pero puedo imaginarme lo que representó para él esta cuestión. Que hoy él represente lo contrario, no significa que no le tenga que creer lo que fue. No significa que confíe en él. Dije que le creo el homenaje.
Claro que quizá no estemos para sutilezas.
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La suspensión por parte del actual gobierno argentino por 90 días del cobro de la tasa de reciprocidad que se les cobraba a los ciudadanos estadounidenses por ingresar a la Argentina sin contrapartidas, nos grafica con absoluta claridad lo "inteligentes" que serán las relaciones que se pretenden establecer con EEUU, y nos anuncia cómo será nuestra relación económica: ellos ingresarán libre y gratuitamente, pero no será recíproco, nosotros seguiremos pasándola mal para ingresar a su territorio, y seguirá siendo caro.
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Hoy, 24 de marzo de 2016, a cuarenta años del último y más sanguinario golpe de estado argentino, muere Johan Cruyff, aquel maravilloso jugador de fútbol, que se negara a jugar el mundial Argentina '78, cuestionando la situación de los DDHH en aquellos infaustos años, cuando aún nosotros siquiera comprendíamos lo grave que realmente era lo que nos estaba pasando, desatando la ira de los argentinos derechos y humanos.
Muere Johan Cruyff, leyenda del fútbol.
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Mientras tanto, esto escriben en el NYT: "Durante su viaje a Argentina esta semana, el presidente Obama es poco probable que visite a Milagro Sala. Activista social prominente en el noroeste de la provincia de Jujuy, Milagro Sala fue detenida en enero (NdR: cuando en realidad es desde diciembre) a instancias del gobernador Gerardo Morales, un aliado político del nuevo presidente del país, Mauricio Macri. Ha habido indignación internacional por su detención; el Papa Francisco, las Naciones Unidas y Amnistía Internacional han expresado su preocupación. No la Casa Blanca: al anunciar la visita de Obama, agradece al Sr. Macri por "sus contribuciones a la defensa de los derechos humanos en la región." El histórico viaje de Obama a Cuba tiene toda la pompa de una despedida a la Guerra Fría en América Latina. Su visita a La Habana servirá como un clímax simbólico en la normalización de las relaciones estadounidenses con el gobierno comunista de Cuba. Pero su excursión a la Argentina tiene una resonancia muy diferente."
What Obama Should Know About Macri’s Argentina
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Veo imágenes en "Desafío 20.16", un programa conducido por Marcelo Zlotogwiazda en C5N, de un encuentro de Barack Obama con Cristina Fernández, la cara del presidente norteamericano era seria, no había sonrisas. Claro, quien era nuestra presidenta en aquel entonces, le reclamaba por el déficit comercial que tiene Argentina con EEUU: 4.700 millones de dólares anuales. Contrasta con la cara de Barack Obama en su encuentro con Mauricio Macri. ¿Conjeturo?
Aún así, las caras de Barack Obama y Mauricio Macri, si bien distendidas, no mostraban complicidad. Sobraba protocolo, faltaba espontaneidad. Muy lejos de las risas cómplices de nuestros últimos dos presidentes con los líderes de la región: Lula, Dilma, Evo, Chávez, Rafa, hasta con Pepe.
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A los insensatos que me quieren convencer de que los asados en la parrillita de enfrente que comía con mi familia no eran reales, que eran ficticios, quería decirles que el sabor cojonudo que tenía era bien real. Como los vinos que con mi sueldo podía degustar. Y las vacaciones que podía disfrutar.
Igual de real que el salvaje aumento de precios que me dificulta acceder a lo mismo que antes. Realmente mi salario alcanza para menos que antes. Y esto tampoco es ficción.
Entonces yo pensaba en esta tierra, la gente de estos lares, la sangre de mi sangre, los amigos, el amor desmayado a través del Atlántico y me dolía el alma que regresaba entre los vientos, regresaba de mi angustia a la angustia de estas calles, las cartas con noticias, la música en la sangre y lloraba, les juro que lloraba.
(Hamlet Lima Quintana)
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