Cuenta una leyenda azteca que cuando un guerrero muere se transforma en mariposa, y así vuelve para acompañar a sus pares en la lucha.
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Sólo y nada más que marchar, una vez a la semana, dando vueltas y vueltas en la Plaza de Mayo. Los dictadores y sus secuaces las tildaron de locas. Locura era reclamar por seres ni detenidos ni muertos: “desaparecidos”, según la jerga castrense.
A ellos les fallaron los cálculos. La persistencia fue atroz, marchaban y marchaban. Ni el sol ni los palos de la policía, ni la lluvia ni el desprecio, ni la sospecha ni las miradas suspicaces las detuvieron.
Aún marchan.
El río no pudo retener más secretos, sus aguas comenzaron a hablar. Se empezó a armar el rompecabezas.
Y cuando el río cuando desborda: es incontenible.
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Fuimos a la plaza con mi compañera, a rendir homenaje a las Madres y las Abuelas de la plaza, a honrar la memoria de los desaparecidos. Por memoria, verdad y justicia.
Llegamos temprano, casi a las dos de la tarde, con un sol poderoso, y estuvimos parados a la izquierda del palco. Observando. Cuando no voy en grupo, francamente me gusta recorrer las manifestaciones, entender, descubrir. Voy como militante, con mi mirada y mi ideología, pero al final devengo en reportero.
Al cabo de un par de horas, al ver que entraban compañeros incesantemente a la Plaza, una acuarela de banderas y personalidades, nos fuimos a recorrer la marcha. No sólo estaba desbordada la Plaza, con las diagonales atestadas varias cuadras, la avenida de Mayo estaba llena de gente hasta el Congreso. En todas los cruces y las laterales: inundado de gente. Cuando ya me iba volviendo para casa, paso por Corrientes, y veo que seguían llegando columnas. Sigo impactado.
Más colores. Más canciones. Más sonrisas. Mucha alegría, la alegría de saber que no estamos solos. Que somos muchos. Que pensamos diferente pero estamos juntos. Ciertamente impresionante.
Casi no vi uniformes. Algún que otro policía, a no menos de cien metros de la gente. No los necesitamos. Si los de azul no se acercan: no hay lío.
La composición etaria era diversa. Francamente es muy bonito ver a compañeros de todas las edades compartir una marcha multitudinaria. En familia, solos, embanderados con organizaciones, con amigos, jóvenes, no tan jóvenes, adultos, muy adultos. De todos los colores.
Es hermoso ver que las organizaciones de derechos humanos, lo que ellas representan, aún convoquen una multitud tal que acojona. Y que ésta incluya a todos los sectores políticos que revindicamos el respeto a los derechos humanos, su defensa, y el juicio y castigo a los criminales, civiles y militares.
Finalmente, todos quienes compartimos la lucha por memoria, verdad, y justicia.
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"Las mujeres han comenzado a usar la Plaza de Mayo todos los jueves como un lugar de encuentro y como una manera de transmitir su mensaje sin palabras. Dicen que simplemente quieren saber donde están sus hijos."
Buenos Aires Herald
26 agosto 1977
Director: Robert Cox
NdR: No al cierre del Herald
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Le preguntaron al Intendente de Quilmes, Martiniano Molina, acerca del pozo de Quilmes, y sobre la posibilidad de convertirlo en un museo.
Él no sabía de lo que hablaban.
Ni la menor idea.
Si consultara la página web del municipio, estaría informado.
Hasta en La Nación se mofan de él.
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En vísperas de cumplirse el 40 aniversario del golpe genocida de 1976, el sub-gerente de noticias de Radio Nacional, Marcelo Marino se puso en comunicación con el Informativo de la emisora para trasmitir una orden del flamante gerente de noticias, Fernando Subirats: “Me pide que les diga que jamás repitamos como en el boletín que acaba de salir dictadura cívico militar. De aquí en más, hay que poner solo dictadura militar”.
La orden fue recibida por quien en ese momento estaba a cargo del Informativo, nuestro secretario adjunto, Carlos Saglul, un ex desaparecido que estuvo preso en las cárceles y Azul y Sierra Chica y que además ha escrito numerosos artículos sobre la participación de los Grupos Económicos en la autoría intelectual del genocidio. Nuestro compañero solicitó en ese momento que Subirats trasmitiera la orden por escrito y con su firma.
Estamos ante algo más que una corrección de estilo, se trata de grave acto de censura dirigido al ocultamiento de la responsabilidad en el genocidio de muchos de los grandes grupos económicos, políticos y civiles con cargos dirigentes, y aun más grave, se trata de silenciar a integrantes de uno de los gremios que más desapariciones sufrió durante la dictadura.
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Hay gente se se llena la boca con falacias tales como que los derechos humanos no tienen dueños, que los desaparecidos son de todos, que la memoria es apartidaria.
Todos conocemos varios.
Al menos yo: no vi a ninguno hoy en la plaza.
Mentalidades binarias. Un mundo llenos de colores, de matices, y algunos sólo ven blancos y negros.
¿De dónde la memoria llega y se mira cual si buscara ahora la fe perdida? No tiene escapatoria tierra baldía el pasado se forma de tentativas, si acuden las congojas a nuestra cita allí donde se posan quedan cautivas. Ya no viene la aurora como solía alegre y remolona puerta del día, guitarras candorosas sirven de guía y sus hebras son glorias que desafinan. El mar pone gaviotas en las orillas y el horizonte monta su lejanía, ya se fue la memoria desfallecida y quedamos a solas con esta vida.
(Mario Benedetti)
viernes, 25 de marzo de 2016
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