He vivido aproximadamente unos 9 años en España, concretamente en la ciudad de Vigo, en Galicia. En estos días estamos volviéndonos a vivir al barrio. Claro que no es ésta la cuestión que me interesa desarrollar en este artículo.
Sigo bastante al día las cuestiones políticas y económicas de Argentina, tanto que la inmensa mayoría cree que vivo allí. Mi familia también cree que vivo allí, claramente más que aquí.
Pero hay algo que no termino de entender. Me refiero a cuál es el problema en el tratamiento de la problemática de la inflación, si es que lo hay, y no es sólo otro capítulo de la batalla de la oposición por imponer un relato negativo de cara a cada elección. De esa guerra de guerrillas en la que se ha convertido la política argentina, incluso la información económica.
Bien, en los últimos años la inflación de la economía en Argentina, el IPC, el índice oficial, está rondando el 9/11% (puntos más, puntos menos), y la inflación de bolsillo, la de la canasta familiar (esa que algunos insensatos bien vestidos anuncian bajo el inefable título de inflación real en el parlamento), es decir la de la inflación de los productos que consumen en el hogar las familias, ronda el doble de esta cifra, oscilando en un 20/24%. Hay mucho ruido con esta cuestión, tanto que algunos blogs de la BEA, de los que podemos definir como sensatos opositores, le han dado entidad a la cuestión, al punto que han empezado a conformar índices alternativos.
Sin embargo acá, en España, desde el 2000 (fecha en la que se ingresó al Euro), hasta la fecha, el IPC fue del 32/33%, y la inflación de bolsillo, es decir la canasta familiar, del 60/65%. Y nadie hace ningún escándalo. El cálculo no lo invento yo basado en estimaciones personales, si no que surge de un informe de la OCU, llamado 10 años del euro: precios que suben y no bajan, y que fuera difundido por los mal llamados medios serios a fines de 2011.
Pero en España hay algo que funciona peor que en Argentina, ya que si bien el IPC es promedio más bajo que los últimos años el argentino, la actualización de los salarios está en un 35/40% por debajo del oficial (un 20% en el período calculado contra un 32% el IPC), cuando dijimos que "la inflación real" (tal la insensata denominación que algunos le dan allende los mares) está en el orden del 65%, mientra que en Argentina el ajuste de los salarios está más o menos apareado con la inflación de bolsillo, lo que no revierte en un ajuste real a la baja de los salarios, algo que como hemos visto, si sucede de hecho en España (algo que ciertamente está empeorando).
Una primera aproximación a la cuestión me hizo cuestionarme si no era yo acaso quien lo miraba mal, o si realmente había algo más en los análisis que correspondían a miradas y aproximaciones desde diferentes puntos de vista sobre un problema real, ya que está claro que una inflación del 9/11% es más alta de lo aconsejable. O si, por el contrario, era llanamente un tratamiento irresponsable de este problema, encuadrado en la lógica binaria, utilitarista de la guerra de guerrillas. Algo por cierto muy grave, porque se le da cobertura a actitudes inmorales en la formación de precios, no sólo en sectores oligopólicos.
Sin embargo un artículo publicado por el diario Clarín en febrero de 2002, con el contundente título de "Estadística no es lo mismo que bolsillo", me dejó planteada la cuestión con más claridad. También el extenso informe publicado por Rucio aporta mucha claridad sobre la cuestión.
Estoy comenzando a pensar que más que como analistas económicos algunos están funcionando como organización de defensa de consumidores, porque como bien informaba Clarín en 2002: "Estadística no es lo mismo que bolsillo".
No logro imaginarme parlamentarios españoles presentando el índice informado por la OCU en el congreso Español, aún cuando en ese informe se plantea la duda acerca de la veracidad, o la validez de las estadísticas oficiales. Y por cierto, debemos aclarar que la OCU no es una consultora que elabora índices enviando 3 ó 4 empleados a 3 ó 4 supermercados a tomar precios, y luego elaborar un índice basado en sus prejuicios ideológicos. La OCU es una organización con amplísima presencia territorial en todo el estado español.
Como dijo Paul Éluard: "Lo que ha sido comprendido ya no existe, el pájaro se ha confundido con el viento, el cielo con su verdad, el hombre con su realidad".
Imagen: "En la trinchera", de Diego Rivera.
domingo, 1 de julio de 2012
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