Vuelvo sin mí; pero al partir llevaba en mí no sólo cuanto entonces era sino también, recóndita y ligera, esa patria interior que en nadie acaba.
Oigo gemir la aurora que te alaba, músico litoral, viento en palmera, y me asedia la enjuta primavera que la razón, no el tiempo, presagiaba.
Entre el capullo que dejé y la impura corola que hoy en cada rama advierto pasaron lustros sin que abrieran rosas.
Viví sin ser... Y sólo me asegura, entre tanta abstención, de que no he muerto la fatiga de mí que hallo en las cosas.
(Jaime Torres Bodet)
A todos mis amigos y compañeros de ruta con los que disfrutamos aquí (y en feisbuq) descubrir tesoros diariamente, les quería comentar que mi regreso a la patria va viento en popa.
Mi mujer llegó antes que yo y ya tiene laburo de lo suyo.
Yo ya tengo apalabrado algo de lo mío, que tendré que ver si se puede mejorar cuando llegue en dos semanas.
Nos resta concretar el alquiler de un techito (para no joder mucho tiempo a la familia), lo que será más complejo porque el destino será la eterna y altiva ciudad de Buenos Aires.
Sólo una cosa nos faltaría para que sea perfecto: que podamos ambos pagar impuesto a las ganancias. De momento nos conformamos con lo que hay, que ya está mejor de lo que esperábamos.
Como siempre, mis dioses me bendicen (incluso, generosos como son, por momentos me han permitido vivir sin tanta estrechez).
viernes, 20 de julio de 2012
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