viernes, 15 de enero de 2010

Javier Krahe, un lúcido artista de la noche

Cronista ácido y satírico de las pasiones humanas, Javier Krahe es un lúcido, independiente y honesto cantautor que actúa en el Madrid bohemio que tanto le fascina a este noctámbulo inquebrantable. Madrileño, nacido el 30 de marzo de 1944, y vecino de la Prosperidad, hace honor al nombre del sello que codirige, la discográfica 18 Chulos, un sello independiente que él mismo fundó junto con otros iconoclastas como El Gran Wyoming, Santiago Segura, Carlos Faemino, Pablo Carbonell y Pepín Tre, entre otros.

Dueño orgulloso de una poco comercial actitud artística, una integridad ética y una convencida indiferencia por los cantos de sirena de la fama mediática, disfruta del ostracismo de los medios de comunicación. También la relación de Javier Krahe con la industria discográfica siempre ha sido tormentosa y esdrújula, a pesar de lo cual él es un clásico muy activo. Tiene un público fiel y es uno de los cantantes que más actúa en directo. Los personalísimos temas de Javier Krahe, a quien, desde que se inició en esta carrera en los ochenta, no le gusta que sus canciones sean denominadas canciones protesta, pues para él son más canción-pregunta o canción-lamento.

En los años ochenta iluminó las noches más divertidas de La Mandrágora, acompañado por Joaquín Sabina y Alberto Pérez. En ese garito de la Cava Baja grabaron un disco, hoy de culto. Cada uno de ellos tomó caminos distintos. Javier Krahe nunca abandonó el mundo de los bares pequeños, llenos de humo y copas, en el que este fumador empedernido habita desde entonces.





Incluso cuando deja entrever inicios de dulzura se pasa de inmediato al sarcasmo, al despecho. No se corta ni un pelo al proclamar desde su torre de marfil el orgullo de su independencia y su absoluto desprecio por el mundo en el que le ha tocado vivir. En Antípodas pone de manifiesto sus dotes para satirizar a todo bicho viviente: aquí somos tan imbéciles como allá. Su chulería existencial e ilustrada brilla.





Atreverse a cantar en la tele contra la entrada de España en la OTAN y las durísimas políticas de ajuste estructural previas al ingreso en la UE le valió la censura y el destierro mediático. Fue en Febrero de 1986, Sabina tenía una serie de invitados en aquel concierto, y entre ellos se encontraba Javier Krahe. Krahe subió al escenario y se puso a cantar "cuervo ingenuo", una canción en la que criticaba el hecho de que el PSOE entrara en la OTAN despues de prometer que no lo haría, cuando estaba en la oposición. Televisión española retransmitía el concierto, y cuando Krahe comenzó a cantar, las cámaras se retiraron en el acto. Más tarde se cancelarían 9 actuaciones que Javier tenía programadas; salvo una, en la que la concejala de cultura, del PSOE, tuvo que amenazar con dimitir para que Krahe diera el concierto.





“El 15 de diciembre de 2005, el programa ‘Lo + Plus’, de Canal Plus, entrevistó al cantante Javier Krahe de Salas con motivo del producto discográfico Todo es vanidad. Homenaje a Javier Krahe, que se había comercializado junto a un DVD titulado “Esta es la vida privada de Javier Krahe”. Durante dicha entrevista, se emitieron las imágenes del corto elaborado por Javier Krahe y Enrique Seseña en el año 1978, en el que se explica cómo cocinar a un Cristo para dos personas: la escena muestra cómo una persona desprende el cuerpo de Cristo de una cruz, lo deposita en una fuente, lo unta con mantequilla y lo introduce después en el horno de una cocina, al tiempo que se hace el siguiente comentario: ‘se deja tres días dentro del horno y sale solo’, frase que se ve acompañada de una imagen del Cristo saliendo del horno arrastrado por un hilo.” De esta manera describe el Auto del Juzgado número tres de Colmenar Viejo, de la juez Alicia Barba de la Torre, unos “hechos que pueden ser constitutivos de un delito contra los sentimientos religiosos, previsto y penado en el artículo 525 del Código Penal”, sentando en el banquillo a Javier Krahe por “ofender los sentimientos religiosos de todo el colectivo de cristianos”, en la España talibán, no en Irán, Afganistán o en países por el estilo.





Aunque no le hayan acompañado las ventas masivas, al cancionero tierno y canalla de Javier Krahe nunca le han faltado los admiradores. Veinticuatro de ellos, con nombres muy ilustres, trabajaron en un doble álbum de homenaje bajo el título de "Con K de Krahe". Las aportaciones incluyen desde Alejandro Sanz, que recrea Sábanas de seda, a Rosendo (Y todo es vanidad),Miguel Ríos (La perversa Leonor), Estopa (La Yeti), Luis Eduardo Aute (Pijama blanco), Joan Manuel Serrat (En la costa suiza), Lichis (Nembutal), Pedro Guerra (Días de playa) y hasta el periodista radiofónico Iñaki Gabilondo, que se ha animado con Alta fidelidad. Enrique Morente, Diego el Cigala, Mónica Molina o Extremoduro también aparecen en la imponente nómina de participantes, en la que no podía faltar el socio de Krahe en los años del bar La Mandrágora, Joaquín Sabina, con Don Andrés octogenario. Esta caja (o kaja) se distribuye junto a un documental de 50 minutos, en forma de road movie, con la historia del ilustre bardo de la noche madrileña.

Una de la canciones míticas de este genial artista es Marieta, sobre el texto francés y la música de Georges Brassens. Este tema es una sarcástica y divertida sátira de la inoportunidad e incapacidad de estar en el lugar justo en el momento indicado: llegar tarde es peligroso, sobre todo con una mujer tan viva como Marieta. Como detalle curioso e innovador de esta canción, interpretada por primera vez en TVE por Javier Krahe en solitario en los primeros tiempos del posfranquismo, fue que en ella se dice la palabra “gilipollas” y esa palabra era la primera vez que alguien se atrevía a pronunciarla en un medio de comunicación masivo. Tamaña desfachatez causo cierto revuelo y destemplados comentarios entre las castas, púdicas y fascistas mentes de alguno políticos del antiguo régimen, entre otros, de Manuel Fraga Iribarne.





Manuel Vicent dijo de Javier Krahe: “Es alguien que canta letras irónicas, que, a veces, llegan al sarcasmo, pero no al cinismo”, y Joaquín Sabina que si España fuera como a él le gustaría que fuera, Krahe vendería 20 millones de discos, como lo hizo Brassems en Francia. Él por su parte, continúa actuando en directo en bares y allá donde le reclamen y sigue escribiendo muchos de sus versos "en estado artificial", y se siente tan vital que sigue prometiendo para el año que viene "un disco con canciones mejores que éstas".


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