martes, 21 de enero de 2014

¡Hasta la poesía siempre, Juan!

A ver cómo es.
Estaba quieta la inquietud por una vez.
La desazón en sazón y
¡cómo se parecía el mundo a Gerarda
envuelta en sensaciones de encaje!
Las palabras chocan contra la tarde
/y no la descomponen.

La furia no me deja solo conmigo.
Habrá que recortar la sombra militar.
¡Camaradas especialistas en esperar cansancios:
apaguen el amor dudoso
que baja humilde y despacito!

Hasta el revés del cosmos morirá!



...no es para quedarnos en casa que hacemos una casa,
no es para quedarnos en el amor que amamos,
y no morimos para morir,
tenemos sed y paciencias de animal.


Textos: Juan Gelman, poeta eterno.




Un pájaro vivía en mí. Una flor viajaba en mi sangre. Mi corazón era un violín.
Quise o no quise. Pero a veces me quisieron. También a mí me alegraban: la primavera, las manos juntas, lo feliz.
¡Digo que el hombre debe serlo!

Aquí yace un pájaro. Una flor. Un violín.

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