domingo, 26 de enero de 2014

Todas tus palabras

Hace seis años, viviendo en Galicia, salía de mi laburo y un compatriota me pregunta si estaba enterado de la muerte del Negro.

Recuerdo que fue la primera vez que me emocioné, que mis ojos se llenaron de lágrimas por alguien a quien nunca había tratado personalmente.

No fue la última, quizá porque he devenido en ser humano con capacidad de emocionarse.


Siempre me pregunté porqué él fue el primero; quizá porque no era pretencioso, quizá porque con simplicidad sólo pretendía ser feliz, absteniéndose de la ampulosidad, de la ostentación. No sé porqué, pero al Negro, lo extraño.

Como personaje al que emular, o pretender parecerse.


Lo parió...





Dales la vuelta, cógelas del rabo (chillen, putas), azótalas, dales azúcar en la boca a las rejegas, ínflalas, globos, pínchalas, sórbeles sangre y tuétanos, sécalas, cápalas, písalas, gallo galante, tuérceles el gaznate, cocinero, desplúmalas, destrípalas, toro, buey, arrástralas, hazlas, poeta, haz que se traguen todas sus palabras.
(Octavio Paz)

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