Vayamos a lo concreto, el único objetivo que persigue la oposición, todos, es el que reconoció Pino, y es ver si el gobierno puede pagar un costo político con el veto en lo que mejor mide en las encuestas, que es en el tema previsional. La inmensa mayoría de la gente (la gente sensata, honestos intelectualmente) concuerda que es de lo que mejor ha llevado adelante el gobierno (ambos, el de NK y el de CF), es decir el tema de las jubilaciones.
Pero supongo que no les funcionará, nadie creyó en el 82% más que como un tema político con vistas a las próximas elecciones. No conozco ningún jubilado que lo haya fesetejado. Ni siquiera de las capas más altas economicamente hablando que eran los máximos beneficiarios de este proyecto. Todos sabían que sin fuente de financiación es inviable.
Y es una lástima, porque la izquierda y la centro-izquierda se han perdido otra excelente opoprtunidad de poner a prueba el discurso progresista del gobierno, en tanto éste es ciertamente un tema capaz de ponerlo en aprietos porque, más allá de que ahora lo levante la derecha para correrlo falazmente por izquierda, es una reivindicación histórica cuya justeza no puede negarse. Y la negativa gubernamental a discutirlo, bajo la amenaza cierta de que estallaría el esquema previsional, podría ocultar, en parte, que quizá no quieran seguir avanzando, o no lo consideren el momento oportuno. No negaré que seguir tensando la situación con el poder económico es riesgoso, y aún no está claro si el poder está en manos del gobierno.
Realmente los proyectos de la oposición se centran en que la plata puede salir casi con tranquilidad del flujo corriente de los aportes, lo cual es un disparate que produce repugnancia leyendo los nombres de quienes lo enarbolan. Sea por el volumen de dinero que proviene del sistema (alrededor del 55 por ciento, no más, procede de aportes y contribuciones puros); por la relación entre activos y pasivos, que se redujo en forma considerable; o por el agregado de 2,4 millones de beneficiarios, gracias a la moratoria.
Y si tengo en cuenta que el actual gobierno ha ido permanentemente subiendo y ampliando los beneficios previsionles desde las catacumbas en donde habían quedado, y que su plan era, y es, seguir en ese esquema, es evidente que todo esto está más en la lucha política de trinchera que en las definiciones estratégicas. Sin embargo, también debo decir, que hay definiciones que son remanidas y no por eso menos precisas. Y una de ellas es que, muy frecuentemente, basta con ver quiénes se paran en una vereda para saber que lo mejor, o lo menos malo, es cruzarse a la de enfrente.
Y es inevitable en este artículo seguir hablando del poder. Una vez dije: "la pureza intelectual es el refugio de los cobardes"; fue cuando comprendí que para poder hace falta poder. Y el poder lo da quien lo da, no quien lo desea. Y ante eso sucumben todos, nadie se escapa. Si queremos poder mejor que lo que se puede, hagamos poder. De lo contrario, seguiremos declamando.
Alguna vez Galeano acuñó un neologismo, y yo, y como yo muchos, lo repetimos entusiasmados, todos queríamos ser sentipensantes. Hasta que un día comprendí que para ser sentipensante, hay que actuar más con el corazón que con las entrañas. Con el corazón lo hacemos desde el amor, pero con las entrañas desde el odio, y nada de lo que se construye desde el odio tiene futuro. Y pensar, con la mente abierta, claro.
La realidad nos queda mucho más cerca de lo que pensamos, y si la negamos nos pasará por encima, como siempre.
Parte de la inspiración de este artículo se la debo a Eduardo Aliverti.
Compuesta en 1959, con motivo de la muerte de su padre, se convertiría en un clásico. Su autor, de prolífica obra de compositor, tiene composiciones más importantes y de mayor aliento, pero "Adiós Nonino" es y será, para siempre, sinónimo de Piazzolla.
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