Hoy es un día triste. Me pone muy triste que uno de los grandes presidentes de nuestra historia nos haya dejado. Después de Illia, no encuentro ninguno mejor, hago memoria, y no, no hubo ninguno. Se nos fue un dirigente único, alguien imprescindible. Hoy me olvido de todas las críticas que pude tener. Hoy sólo puedo decirle a Don Nestor Kirchner: gracias, gracias por devolvernos la esperanza.
América Latina está de duelo. Mi agradecimiento a todos los hermanos latinoamericanos como Brasil que hoy decretó 3 días de luto, pero también todos nuestros vecinos han expresado de una u otra manera su agradecimiento y su respeto por la labor de Don Nestor Kirchner por la integración y la unidad de la región. Las palabras con la voz quebrada de una senadora colombiana recordando su enorme labor por la paz de su país con sus vecinos me han quebrado. Estoy conmovido por lo que recibo de nuestros hermanos latinoamericanos.
Pero también me pone triste la mediocridad que esto ha despertado, es verdad que de una minoría, pero algunos imbéciles en nuestra patria se alegran -desde su patética mediocridad- de la muerte de quien piensa distinto y les gana elecciones.
Si todos fuimos capaces de respetar la muerte de Don Raúl Ricardo Alfonsín, y valorarlo merecidamente como el importante hombre que para nuestra historia fue, tenés que ser muy mala gente para no respetar la muerte de Don Nestor Kirchner, y no valorar y reconocer lo importante que fue, no ya sólo para nuestra historia como nación, sino que también para la región, como lo están diciendo con mayúsculas en este mismo momento en el resto de Sudamérica.
Leo análisis en caliente de gente que cree que es un golpe fuerte al proyecto político que hoy intenta gobernar Argentina. Y yo no estoy tan seguro. A mí que no los voté, y que no pensaba votarlos, me genera una empatía muy fuerte con nuestra presidenta. Por la tristeza de la muerte de NK, y por las tonterías y mediocridades que leo y escucho, de gente que ante la falta de proyecto político propio real festeja la muerte de un rival. Tengo la impresión de que van a dejar de festejar en breve. Quizá lo mío sea sólo una expresión de deseos, es muy apresurado afirmarlo, pero creo que la empatía que esto también generará en muchos con nuestra presidenta, sera vital para que ella pueda seguir liderando este proyecto que intenta, aunque no siempre lo logra, gobernar el destino de nuestra patria. Veremos qué pasa.
Estoy más triste, consternado y emocionado de lo que sospechaba. Escribo esto al influjo de la emoción, la congoja, la conmoción que me ha producido esta infausta noticia. Escuchar en la radio a tanta gente conmovida quebrarse al intentar hablar, tantos militantes de la vida, tantas vidas ejemplares desconsoladas, me demuestran que lejos de empequeñecer su figura, los imbéciles, los mediocres que se alegran, lo agrandan, le dan la dimensión que se merece su figura, que nos merecemos todos.
Debo estar al lado de nuestra presidenta, mucho más de lo que estuve de él. Hoy estoy más al lado de nuestra presidenta de lo que lo estuve nunca. Fuerza Cristina, todos los argentinos de buena leche hoy estamos a tu lado.
¿Por qué sus alas, tan cruel, quemó la vida? ¿Por qué esta mueca siniestra de la suerte? Quise abrigarlo y más pudo la muerte. ¡Cómo me duele y se ahonda mi herida!
Yo sé que ahora vendrán caras extrañas con su limosna de alivio a mi consuelo; todo es mentira, mentira ese lamento, hoy esta solo mi corazón.
miércoles, 27 de octubre de 2010
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Hola Rafa
ResponderEliminar¿Sabés? desde ayer no se me despega esto, ni le Elegía de Miguel Hernández.
Enorme abrazo