jueves, 13 de octubre de 2011

El otro robado de América

Dijo Andres Zerneri en su muro del Facebook: "Las familias de Jujuy acampando no inventaron el corte de calle, necesitan llamar la atención en la ciudad de los medios de comunicación nacionales. Piden ser escuchados y dialogar. No quieren ser usados por ningún partido y no le quieren hacer el juego a quien esté en contra de la presidenta. Compañeros Kirchneristas no teman, y apoyen esta causa que es la de todos, garantizando la integridad física de esa gente y el acercamiento a una solución. Lo que les pase a ellos nos pasa a todos."


Me parece bien lo que pide Andrés, porque es evidente que esto sería consistente y coherente con la política general del gobierno nacional. Por otro lado, sería conveniente investigar a fondo quién dio qué orden y quién no controló qué ordenes se dan y cuáles no. Es evidente que una de las deudas de la política argentina es tener más control político sobre las fuerzas de seguridad.
Además, de no ser así, los que ven la siniestra mano negra de los oscuros agentes de la atroz dictadura totalitaria de los malignos hombre K en todo lo que aún hoy continúa funcionando mal, que por cierto sigue siendo mucho, se hacen una fiesta.

Que el oro robado de América no siga siendo el otro robado. Como mejor que yo dijo el maestro Eduardo Galeano:

"Los indios, víctimas del más gigantesco despojo de la historia universal, siguen sufriendo la usurpación de los últimos restos de sus tierras, y siguen condenados a la negación de su identidad diferente. Se les sigue prohibiendo vivir a su modo y manera, se les sigue negando el derecho de ser. Al principio, el saqueo y el otrocidio fueron ejecutados en nombre del Dios de los cielos. Ahora se cumplen en nombre del dios del Progreso.

Sin embargo, en esa identidad prohibida y despreciada fulguran todavía algunas claves de otra América posible. América, ciega de racismo, no las ve."


La imagen corresponde a la obra "El oro robado de América", tomada del sitio web de Andrés: http://www.andreszerneri.com.ar/.




Cambia, todo cambia. La vida es efímera y lo único permanente es el cambio. De modo que es natural que mi cuerpo necesite ese cambio urgente.
Sin embargo uno siempre está volviendo a aquellos sitios donde fue feliz, que no es más que otra forma de cambiar...


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