"No lo llamen nacionalización. En realidad estamos socializando las pérdidas: pagando con carísimos intereses los excesos de unos gestores que han vivido muy por encima de nuestras posibilidades. La autopsia de Bankia detallará la factura, pero las primeras cifras que aparecen son mastodónticas, descomunales: más de 80.000 millones de euros públicos movilizados en el rescate; como toda la sanidad pública y todas las prestaciones por desempleo juntas. Si dividimos la cifra entre todos los españoles, tocamos a 1.700 euros por barba entre préstamos a fondo perdido, avales y bendiciones. Eso sin sumar imponderables: lo que Bankia encarece la prima de riesgo y la financiación de la deuda pública, lo que complica a todas las empresas el acceso al crédito, o lo que abarata ese activo del que tanto se habla ahora la “marca España”, ese país que hace no tanto presumía del mejor sistema financiero del mundo civilizado."
Dice Ignacio Escolar en su artículo "Cuando hay pérdidas, todos somos bankeros".
Y cómo no darle la razón.
Y es que lo de Bankia ha sido una estafa masiva en cuatro incómodos plazos de los que llevamos tres.
Nos estafaron al arruinar unas cajas que, sin ser públicas, servían a todos los ciudadanos a través de la obra social.
Nos volvieron a estafar al convertir esas cajas en bancos, con ayudas del Estado.
Nos estafan otra vez, al rescatarlas de sus enormes pérdidas con más dinero directo del Estado.
Y, de postre, nos volverán a estafar porque, una vez Bankia esté saneada, volverán a privatizarla.
En definitiva: las pérdidas se socializan, las ganancias no. Alguna vez habrá que probar socializar las ganancias.
Digo yo que ahora que en España han comenzado el camino de socializar las pérdidas financieras, deberían tener en cuenta que en Argentina hay muchos expertos en esas cuestiones que hoy están desaprovechados, algunos de los cuales son capaces de nacionalizar la deuda privada, y dejar a todos los empleadores (futuros y actuales) del PPSOE tranquilos y disfrutando de la vida con el futuro asegurado. Tienen sobrada y comprobada experiencia, con una larga trayectoria de éxitos en la materia.
Ya estoy harto de encontrar paralelismos entre Argentina y España, pero es que estos tipos se esfuerzan con entusiasmo: es realmente para lelos...
Vamos a ver, amigo, si esto puede aguantarse: El semillero hirviente de un corazón podrido, los mordiscos chiquitos de las larvas hambrientas, los días cualesquiera que nos comen por dentro, la carga de miseria, la experiencia —un residuo—, las penas amasadas con lento polvo y llanto.
Gabriel Celaya
jueves, 10 de mayo de 2012
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