Se desvanece de pronto lo que sobra

El cambio de gobierno generó preocupación en distintas cámaras de pequeñas y medianas empresas. Sus temores residen en la orientación que toma la política económica en áreas fundamentales para su desenvolvimiento. Uno de estos aspectos es el de la protección a la industria nacional en el cual el kirchnerismo había realizado muchos esfuerzos al utilizar numerosas herramientas hasta llegar al punto de ser sancionado por la Organización Mundial de Comercio, el organismo regulador del (libre) comercio a nivel mundial. Entre las prácticas que le valieron ese señalamiento figuran el intercambio compensado (el “1 a 1 de Moreno”) y las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importaciones (DJAI).

La política del nuevo gobierno tiene un enfoque económico muy distinto y las modificaciones que Argentina debe realizar en el uso de sus herramientas de defensa comercial son la excusa perfecta que encontró el macrismo para legitimar el regreso a al más crudo liberalismo comercial. Más allá de los anuncios del Ministerio de Producción de promover las licencias no automáticas de importaciones, las políticas concretadas hasta ahora en otras esferas revelan que la política comercial estará más cerca del manual de economía neoclásico que a cualquier perspectiva menos ideologizada y más pragmática de la situación actual.

"Invasión...", publicado en Cash, de Página/12.
Por Martin Burgos (Coordinador del departamento de economía - Centro Cultural de la Cooperación).


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Yo sé que a todos nos gusta renegar del capitalismo, pero capitalismo es lo que hay. Sí, es una frase de horrible, lo sé.
Entonces, podemos aceptar lo irreversible, y concluir que lo inteligente es librar las batallas que podemos ganar, de modo de estar fuertes para la próxima.
Asumamos que, de momento, la economía argentina, y la de cada país del planeta tierra, es una economía de mercado.
Lo que podemos decidir, sin embargo, es si la ideología dominante le da libertad al mercado para decidir el camino de la sociedad, que será el mejor para los dueños del capital, o si ese mercado nos es funcional a nuestra felicidad, a la de quienes constituimos el sector del trabajo.

Por eso en las últimas elecciones mi voto fue al FPV, eludiendo caminos más bonitos, pero más utópicos.
Eso sí, si el PJ destruye el FPV, y recupera la impronta de partido amable con el establishment, revindicando el libre mercado, tal y como desean Massa, Urtubey, o De la Sota, entonces preferiré compartir camino con aquellos que declaman consignas pueriles.
Igual de destinadas al fracaso que las del libre mercado, pero al menos más dignas y decentes.


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Otra cosa quiero decir sobre la cuestión del llamado a indagatoria por la venta de dólar futuro.
Si se perdió dinero, es porque se devaluó. Si no se devaluaba, tal y como prometió Macri durante la campaña, acusando a su rival de panelista de seis siete ocho por sugerir que Macri tenía la intensión de devaluar, no habría habido perjuicio. Entonces, si hubiera habido algún delito, es necesario que haya habido participación de los actuales funcionarios, toda vez que fueron quienes efectivizaron la pérdida con su decisión, a todas luces innecesaria.
¿Porqué no se los incluye en la indagatoria, entonces?

Donde sí hubo delito, toda vez que se decidió desfavorecer el erario público, sin eufemismos, es en el canje de bonos que el actual presidente dele BCRA llevará a cabo.
Operación mediante la cual una deuda intraestado que no nos generaba costo financiero, no empezará a costar el primer año unos mil quinientos millones de dólares (para empezar).
Y, es indiscutible, que si se quería transparentar, equilibrar, darle "lógica económica" a la deuda intraestado, entonces lo lógico, lo que cualquier persona decente hubiera decidido, era que los intereses los cobre el organismo del estado que había prestado, no la banca privada.
Y en este caso, la complicidad del presidente de la nación es evidente, dado que fue necesario que él firmara un decreto.

Sí, cambiamos.
No, no era lo mismo.


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Se me antoja una reflexión supina:
El actual titular del MECON creía que iban a entrar al mercado de divisas los dólares que estaban debajo del colchón.
Estos dólares, puedo imaginarme que están en poder de votantes típicos del PRO. La idea era que como estos tenedores de divisas confiarían en el gobierno, dichas divisas se incorporarían al circuito legal de divisas.
Si el razonamiento de los cultores del "laissez faire" fuera válido, esto es, la mirada estándar de los integrantes del gobierno, y de su votante típico, quienes votaron al PRO no confían en su propio gobierno.


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La pesada herencia:
"Macri quiere traer 4 mil ingenieros italianos a trabajar en Argentina. Así le confió a un medio internacional, asegura que hay más demanda laboral para ese sector que la cantidad de egresados disponibles."


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Conducirá el noticiero de la TV pública una rabiosa anti kirchnerista.
Y sí, era lógico. El discurso dominante de los políticos profesionales sólo tiene como objetivo que los no entienden que lo único que importa es el camino económico que toma el gobierno, voten a quienes representan intereses contrarios a los suyos.
Ya sabíamos todos que iban a hacer lo contrario de lo que decían: es decir, los medios públicos serán oficialistas.

Esto no me parecería mal, si los medios privados no fueran en un 90% oficialistas.
Esto indica que el estado, en vez de garantizar pluralidad de voces, esto es, que todos tengamos quien diga lo que pensamos, asegura que el discurso dominante sea el que revindica la ideología que el gobierno, que conduce el estado, representa: la del establishment, el poder económico.

Sí, cambiamos. No, no era lo mismo.

Si ganaba el FPV seguirían teniendo los opositores al FPV una mayoría de medios que hablaran de lo que a ellos les interesa.
Como ganó el PRO, tenemos una aplastante, una salvaje mayoría de medios que sólo hablan de lo que le interesa la gobierno. O lo que es lo mismo: los grupos económicos dominantes.
No informarán acerca de lo que a mí, y a millones y millones de compatriotas nos interesa.





Eludir el camino que todos conocemos. Seguir hacia adelante, ruta de los que intentan lo que nunca pensaron, y se sienten felices porque hay algo distinto, porque se desvanece de pronto lo que sobra, y no existe el vacío si queremos colmarlo.
(Ernestina de Champourcín)