domingo, 27 de mayo de 2012

Las partes de la multipolaridad

Percibo una tendencia (mucho más marcada en quienes se paran en el antikirchnerismo, pero común a todos) a la mirada bipolar, y al pensamiento binario.
Francamente, ésta me parece inadecuada, además de inconveniente para entender el mundo que se abre ante nosotros en el siglo XXI. Sucede que es un mundo marcado no sólo por el final del neoliberalismo y del capitalismo financiero, un mundo caracterizado por el capitalismo de estado, que es lo común a las elogiadas economías emergentes, de quienes se constituyen en paradigma los llamados BRICS; también, y antes que por esto, este mundo está marcado por el multilateralismo y la multipolaridad.
El mundo que se vislumbra ha nacido con este siglo, conviene analizarlo haciendo balances, más que dictaminando con el adjetivo a flor de piel.

Hay mucho de dogmatismo y de miradas sesgadas en varios periodistas e intelectuales que adhieren en distintos grados al oficialismo. Esto es evidente, al menos a mis ojos. Pero debo decir que con todo veo más honestidad intelectual (el único atributo que para mí no es negociable, sobremanera en un periodista), amplitud, y claridad analítica en este espacio que en el amplio espectro de quienes adhieren a los distintos sectores de la oposición.

Mario Wainfeld, en este contexto, es uno de los periodistas que mejor reflejan mi posición. Es junto con Eduardo Aliverti, con quienes más suelo coincidir en el análisis. Hay más: Mocca, Natanson, y alguno que otro. Pero aquellos dos son a quienes más me parezco cuando analizo.
Y cuando afirmo esto, no estoy pensando en el corto plazo de los últimos años, sino en una trayectoria que podemos definir como las últimas décadas.
Para mal o para bien, esto me define.


Estas reflexiones vienen a cuento del artículo publicado hoy por Página/12 de Mario Wainfeld, llamado "Confesión de parte", del que transcribo aquí el fragmento que más me ha interpelado:

Clarín siempre jugó sus mejores bazas a la política. Apostó a que el paso del tiempo limara el poder de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner o que ésta perdiera las elecciones de 2011.

La demanda por inconstitucionalidad fungió como simulacro, como mero soporte de la medida cautelar. Su función era garantizar que el partido se disputara en otra cancha.

No es sólo una lectura de este cronista. Son confesiones de parte, brotadas tiempo atrás de representantes del gran perdedor del martes ante “la Justicia”.

Dos libros recomendables aportan información confiable surgida de los célebres cables del Departamento de Estado: ArgenLeaks, de Santiago O’Donnell, y Wiki Media Leaks, de Martín Becerra y Sebastián Lacunza. O’Donnell, periodista que trabaja en Página/12, reseña reuniones entre la Embajada y varios popes del Grupo Clarín, en septiembre de 2008. Allí todos alardearon de que el poder del Gobierno estaba en baja, tanto que la Embajada tituló al respectivo párrafo de su cable “Ley de medios. El susto ya pasó”. No fue muy certero en el pronóstico.

Becerra y Lacunza recogen una reunión de la embajadora Vilma Martínez con el interlocutor periodístico dilecto: Morales Solá. Ocurrió cuando la ley contaba con media sanción de Diputados. JMS (así apoda la Embajada al editorialista) se mostró optimista (e indicativo) sobre el futuro. “Morales Solá (...) dijo que él y otros críticos esperan que salga del Senado tan horrible como sea posible, así serán más las trabas en los Tribunales. En el futuro, ya sea el nuevo Congreso (que asumiría en diciembre, de acuerdo a los resultados de junio) o más probablemente el Gobierno que reemplace a los Kirchner en 2011 desechará la ley e intentará hacer otra.” El objetivo y los instrumentos quedaban expuestos, diáfanos. El horizonte deseado e inexorable: la elección de 2011. “Puede fallar”, decía el filósofo empirista Tu Sam. Falló.

Sin saberlo ni intuirlo, la oposición parlamentaria, la mayoría del extinto Grupo A, fue funcional a la vanguardia corporativa: se retiró del recinto para no votar la LdSCA y vaciarla. Y prenunció lluvia de litigios.

El detalle inesperado (aunque esperable, si se leía bien la realidad) fue que el Gobierno revalidó en las urnas, lo que dejó pedaleando en el aire a quienes especulaban con su caída como presupuesto del fin de la ley de medios.

La medida cautelar, urdida como un medio para retardar la ley mientras se producía un desenlace político, se transformó en la tabla de salvación. La Corte desbarató, en buena medida, el artilugio.




Un solo vientre, un solo espíritu vomitó la materia. Un pecho amamantó al fruto de la fiebre, aprendí la otra cara del cielo que divorcia, el globo dos veces enmarcado que giraba; un millón de cerebros alimentaron al retoño que divide mis ojos; la juventud, de veras se abrevió; las lágrimas de la primavera se diluyeron en el verano y en las cien estaciones; un sólo sol, un único maná, fue calor y alimento.
(Dylan Thomas)

4 comentarios:

  1. La actitud asumida por el gobierno a partir de la tan cacareada "125", el incremento pro-activo de su apuesta, los inocultables logros y la paliza de octubre pasado han hecho descarrilar a parte del poder establecido, como quien hace un giro de campana y queda boquiabierto sin saber porqué. A pesar de que no resultaba tan difícil de entender.
    Cuando se ejerce el poder real sin necesidad de que alguien te haya elegido, lo que se verifica durante la mayor parte de nuestra mentirosa historia, no se está preparado a que algo cambie, especialmente si no favorece sus intereses.
    Bueno, algo POR FIN está cambiando.
    Depende en gran medida de NUESTRA PARTICIPACION que ese cambio se consolide y una de las formas sería HACER UN BOICOTT SERIO a todos los que se indignan y desesperan por la escasez de dólares.
    Sería mucho mejor que se indignaran y desesperaran por causas mucho más nobles.

    Saludos
    Tilo, 71 años

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    1. "Hay mucho de dogmatismo y de miradas sesgadas en varios periodistas e intelectuales que adhieren en distintos grados al oficialismo. Esto es evidente, al menos a mis ojos. Pero debo decir que con todo veo más honestidad intelectual (el único atributo que para mí no es negociable, sobremanera en un periodista), amplitud, y claridad analítica en este espacio que en el amplio espectro de quienes adhieren a los distintos sectores de la oposición"
      Con todo respeto, el análisis cae en la trampa que plantean tanto el gobierno como los medios egemónicos. La construcción de un pensamiento binario parte de estos dos polos por motivos obvios, a ambos les conviene. La realidad es que hay muchas otras voces pero no las vas a escuchar en los medios periodísticos afines a uno u otro bando, de alli el error. Para encontrar honestidad intelectual, amplitud (hasta donde la amplitud deja de serlo para convertise en otra cosa) y claridad analítica, no deberías fijarte en el periodismo mediático sino en otro lado, la calle, los pasillos, los foros abiertos al colectivo de sectores que son ninguneados por los dos polos en cuestión. Existen muchas más Argentinas que las que cacarean desde el neoliberalismo conservador y el capitalismo neokeynesiano discrecional. Apuntarle a uno no te acerca ni un ápice al otro, criticar lo que el gobierno hace mal, deja de hacer o deshace no es ser de derecha ni gorila, luchar contra el poder corporativo de los medios hegemónicos no es ser un militante K mantenido por el gobierno ni un comechoriplanes. Existen otras posiciones que se invisibilizan de uno y otro lado porque la guerra entre ellos es una guerra por el poder, son dos caras (opuestas si te gusta) de una misma moneda.

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    2. Tu análisis, Loki, sería válido si me informara de la realidad desde los medios tradicionales. Y no es el caso. De los medios tradicionales sólo consumo Página, Ámbito y La Nación, de los demás me entero de lo que publican por las repercusiones. Tengo agregado al reader de google muchísimos blogs (quizá deba escribir demasiados). Es verdad que la amplitud es por izquierda. Por derecha debo reconocer que soy poco receptivo. Debo decirte que encuentro más críticas de las difíciles, de las que duelen, en blogs que en teoría apoyan al gobierno que en los otros, en los que suelo encontrar críticas demasiado maniqueas. También debo decirte que hay economistas como Claudio Katz, y un par más de EDI, como también Julio Gambina que plantean críticas mucho más profundas, que suelen dejarme en modo "recalculando". Claro que es mi visión personal, la que comparto en este espacio. Nada importante, pero es mi personal punto de vista.
      Muchas gracias por la visita, y por considerar oportuno y válido cuestionar mi punto de vista.
      Un abrazo,

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