sábado, 16 de marzo de 2013

Estrangulados por la inteligencia

Entre mis cosas favoritas, están mi racionalidad y la honestidad intelectual. No pretendan llenar mi vida de pueriles fantasías que requieren carencia de sentido común para considerarlas verdaderas.
Yo intentaré no decirles jamás lo que pienso de sus amigos imaginarios y quienes se yerguen como sus oráculos, pero no pretendan imponerme vuestra hipocresía, porque entonces les diré lo que pienso a quemarropa, pese a que sé que se ofenderán, dado que el irracional siempre se ofende cuando le hablan con sinceridad.

Estoy casado con una creyente, así que la religión de los demás no me molesta, convivo con naturalidad desde el respeto mutuo.
Pero la iglesia es bien otra cosa. Quienes pretenden imponernos a los demás que vivamos según su moral, igual de subjetiva que la mía, no merecen mi respeto. Y menos aún aquellos que tienen las manos manchadas de sangre.
No pueden esperar que escuche calladito que se llenen la boca hablando de bondad, quienes están en el top five de la crueldad.
No me invadan más con la institución que probablemente sea la más nefasta de la historia de la humanidad, en tanto demasiadas muertes carga sobre sus espaldas la iglesia católica con sede en Roma, demasiado autoritarismo y prepotencia, como para que no les diga a la cara la tristeza que me dan.

Ustedes disfruten de este festival de teatro infantil, porque es necesaria una ingenuidad radical para creer que, si esta es, la realidad merece ser.


A aquellos que creen que la designación de un papa argentino puede a Argentina traerle algún beneficio, les pregunto qué beneficio le trajo a Polonia que hubiera un papa polaco. Además, claro, de insertarla definitivamente en el capitalismo, y por lo tanto, que la libertad de las personas que allí vivían, su igualdad de oportunidades y de derechos, sea proporcional a su capacidad de pagarlo.
Si para nuestro país realmente esto implicara un cambio, sospecho que será para peor.

Allá el gobierno y su real politik, que lo acepte no significa que lo comparta.
Parece ser que en el tema Bergoglio estoy más cerca de la posición de los troskos que de la que estoy percibiendo como oficial del kirchnerismo.
¿Me perocupo yo, los K, o los troskos?




Somos la raza estrangulada por la inteligencia, «La insuperable, mundialmente famosa trapecista que ejecuta sin mácula triple salto mortal en el vacío.»
(La inteligencia es una prostituta que se vende por un poco de brillo y que no sabe ya ruborizarse.)
(Rosario Castellanos)

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