La muerte no puede ser alegría, aunque uno sienta que el aire está más limpio.
La información que el hijo de puta se llevó a la tumba, de todos modos no la proporcionaría si siguiera vivo.
Fue el responsable directo del mayor daño económico y social jamás producido a nuestro país. Co-protagonista de la dictadura más sangrienta de nuestra historia, y rutilante protagonista de la política económica que más miseria ha generado nunca en Argentina.
Aún más que Menem y De la Rua.
Se murió José Alfredo Martínez de Hoz.
Todos algún día moriremos.
Éste ojalá nunca hubiera nacido.
A otros hijos de puta probablemente nos los hemos merecido.
A este indudablemente no.
sábado, 16 de marzo de 2013
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