sábado, 16 de marzo de 2013

Testigos de la infamia

La muerte no puede ser alegría, aunque uno sienta que el aire está más limpio.

La información que el hijo de puta se llevó a la tumba, de todos modos no la proporcionaría si siguiera vivo.

Fue el responsable directo del mayor daño económico y social jamás producido a nuestro país. Co-protagonista de la dictadura más sangrienta de nuestra historia, y rutilante protagonista de la política económica que más miseria ha generado nunca en Argentina.
Aún más que Menem y De la Rua.

Se murió José Alfredo Martínez de Hoz.
Todos algún día moriremos.
Éste ojalá nunca hubiera nacido.

A otros hijos de puta probablemente nos los hemos merecido.
A este indudablemente no.




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