En la vereda de enfrente están los dueños de la verdad escriturada,
los propietarios de la seguridad del ignorante;
de este lado estamos nosotros, los dueños de las dudas sentados a una larga mesa en llamas.
Somos los que sabemos que no sabemos.
Los que sabemos que no es luz esta claridad,
que este permiso no es la libertad,
que este mendrugo no es el pan
y que no existen una sola realidad ni una única verdad.
Somos los hijos de los profetas
pero también hijos de aquellos a quienes los profetas maldecían;
somos los que desafinan en los coros de los istas.
Somos los que confían en la marcha de la historia
sin darla por sobreentendida.
Escépticos y optimistas, compartimos el pan de la duda,
sentados a una larga mesa en carne viva.
"Los dueños de las dudas", de Eliahu Toker.
Es necesario, a veces, encontrar compañía. Amigo, no es posible ni nacer ni morir sino con otro. Es bueno que la amistad le quite al trabajo esa cara de castigo y a la alegría ese aire ilícito de robo. ¿Cómo podrías estar solo a la hora completa, en que las cosas y tú hablan y hablan, hasta el amanecer?
(Rosario Castellanos)
domingo, 17 de marzo de 2013
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