viernes, 12 de febrero de 2010

¿Saben a quién nombro tanto?

Muchos pensadores han creido notar que, en estos tiempos, la amistad es mas un tema de conversacion que una actividad concreta.
Por cierto, es relativamente facil encontrar personas dispuestas a componer canciones sobre los amigos. En cambio es bastante dificil conseguir que esas mismas personas le presten a uno dinero.

Segun parece, el sentimiento amistoso se halla en decadencia. Todos los dias uno tropieza con canallas que lejos de preocuparse por la escasez de amigos, se jactan de ella.
-Yo, amigos, lo que se dice amigos, tengo muy pocos, o ninguno- nos gritan en la cara . Y no advierte que el sujeto esta esperando que lo feliciten por semejante hazaña.
En los años dorados de Flores, cuando alcanzaban su apogeo la comprension, la poesia y el juego del codillo, tambien existian enemigos de la amistad que preocupaban a los Hombres Sensibles.
Manuel Mandeb, el metafisico de la calle Artigas, colecciono algunas de sus obtusas opiniones en un opusculo titulado maliciosamente Los amigos. Como ya es costumbre, transcribimos algunos parrafos.
"... La amistad debe nacer en la juventud o en la infancia. Nuestros amigos son aquellos que aprenden junto a nosotros o, mejor todavia, los que viven aventuras a nuestro lado. Y por lo general, la gente aprende y vive aventuras en la juventud. Despues casi todo el mundo consigue algun empleo en casas de comercio y ya resulta imposible adquirir conocimientos nuevos o pelearse con una patota.

"...A los once o doce años, uno empieza a hartarse de la familia y encuentra que los muchachos de la esquina son mucho mas divertidos que el tio Jorge. Durante mas o menos una decada nadie estara mas cerca de nuestro corazon que esos muchachos. Y si uno quiere aprovisionarse de amigos, debe hacerlo en ese periodo. Despues sera demasiado tarde..."
Segun se aprecia, el criterio de Manuel Mandeb es interesante y tal vez verdadero. Sucede que en cierto momento de la vida uno descubre que esta rodeado de extraños: companieros de trabajo, clientes, acreedores, vecinos y cuñados. Los amigos de verdad estan lejos, probablemente encerrados en circulos parecidos.
Algunos empecinados insisten en cultivar amistades nuevas. Los matrimonios maduros se visitan mutuamente y desarrollan palidas parodias de la amistad verdadera: se cuentan una y otra vez episodios antiguos, vividos con los amigos viejos, que ya no estan. Cuando uno es joven no cuenta historias a sus amigos:las vive con ellos. A pesar de estas sabias reflexiones de Mandeb,
existio en Flores una agencia destinada a ofrecer amistad a los solitarios.

Fue la celebre Proveeduria de Amigos de Ocasion. Sus fines de lucro eran innegables. Todavia hoy se recuerdasu 'slogan' publicitario: "Tenga un amigo desinteresado. Paguelo en cuotas".
Con solo acercarse al mostrador, el cliente ya notaba un clima amistoso y amplio. Los empleados sabian como atacar.
-Buenas tarde. No sabes lo que me hizo esta mañana la bruja de mi mujer.
Y a los treinta segundos uno se sentia entre amigos. Despues, entre palmadas, guiños, pellizcones y confidencias, los comerciantes iban mostrando el amplio catalogo de la proveeduria.
Tenian amigos silenciosos, dispuestos a escuchar cincuenta veces la historia de una operacion. Amigos complacientes, siempre amables y elogiosos. Amigos efusivos que saludaban con abrazos y se despedian a los gritos. Amigos divertidos, ruditos en cuentos picantes y expertos en bromas pesadas.
Tambien se prestaba un servicio un tanto oneroso, especialmente para personas encumbradas. Consistia en el alquiler de una cohorte de adulones que acompañaban al cliente a todas partes, se reian de sus chistes,aplaudian sus ocurrencias y suscribian con entusiasmo cualquiera de sus pensamientos. Precediendo a esta comparsa, solia marchar un corneta, que abria la puerta de los bares y asomando la cabeza gritaba:
-Ahi viene el doctor Del Prete...!
El trabajo se hacia tan bien, que muchos de los contratantes ya no podian prescindir de el nunca mas. Muchos profesionales del barrio extinguieron su fortuna pagando este servicio de la agencia.

Un asunto que molestaba a los clientes era el rigor de los Amigos de Ocasion en sus horarios. Cuando vencia el plazo estipulado, se termianba la amistad.
Sin saludar, los contratadso daban media vuelta y se iban, muchas veces interrumpiendo una carcajada o librandose bruscamente de un abrazo fraternal.
Sin embargo, hay que admitir que algunos aspectos del funcionamiento de la prooveduria eran bastante nobles.
Por ejemplo, la Seccion Niños permitia que los padres eligieran a los amigos de sus hijos, sin correr riesgo alguno.
Para ello se contaba con un numeroso plantel de chicos e incluso enanos, adiestrados en diferentes actitudes.
Segun el gusto paterno, podian encontrarse pibes atorrantes para avivar a los pequeños pelandrunes, niños estudiosos para estimular a los adoquines, y criaturas educadas y juiciosas para serenar a los mas piratas.
Desde luego, no pudo evitarse que muchos chicos se resistieran a la decision de los padres. Asi se oian con toda frecuencia en Flores frases como esta:
- Camine a jugar con los amiguitos que le alquilo su padre, caramba...!
Asimismo existia un departamento para Damas, con un amplio surtido de chimentos. Algunos malintencionados decian que las mujeres no contrataban amigas, sino enemigas, pero ese es otro asunto.

El fracaso mas estruendoso fue el de la seccion Amistades Mixtas. Nada cuesta razonar que los caballeros que solicitaban amigas escondian casi siempre otras intenciones. No se espante el lectorpensando que nos internaremos en un tema tan manoseado como el de la amistad entre la mujer y el hombre. Vale la pena - eso si- recordar lo que dijo Manuel Mandeb a una amiga suya, tal vez alquilada en la proveeduria.
-Vea. Yo puedo ser su amigo si usted quiere. No tratare de seducirla ni me pondre romantico ni le hare propuestas indecorosas. Pero sepa que yo necesito que exista un amor potencial. Me resulta indispensable que exista una posibilidad en un millon de que algo surja entre nosotros. Le aclaro que es probable que si se da esa circunstanciayo salga corriendo. Pero es unicamente en vir tud de esaremotisima chance que yo estoy aqui oyendo su conversacion como un imbecil.

Los Hombres Sensibles nunca fueron buenos clientes de la agencia Amigos de Ocasion. Quiza porque sus presupuestos eran muy humildes. O a lo mejor porque les gustaba que los quisieran gratis. En cualquier caso, los muchachos del Angel Gris tenian un criollo pudor en estas cuestiones. Para ellos andar declarando publicamente el grado de amistad que sentian por alguien era cosa de afeminados. Manuel Mandeb pasaba largas horas en la esquina de Artigas y Moron fumando con Jorge Allen, el poeta. Muchas veces ni se hablaban. Se contentaban con saber que el otro estaba alli.
Ya en su ultima etapa, la preveeduria empezo a ofrecer viejos amigos.
En un principio la idea consistia en rastrear -a pedido del cliente- el paradero de personas ausentes y lejanas. Pero como advirtieron que la tarea era demasiado complicada, resolvieron que era mas facil inventar antiguas amistades que rescatarlas del pasado.
Se preparo entonces un magnifico grupo de viejos mentirosos que ante la entrada de algun candidato de cierta edad, fingian reconocerlo y le soltaban cuatro o cinco recuerdos para ir tomando confianza.

Esta seccion trabajaba mucho en las cenas anuales que suelen realizar los exalumnos de los colegios. Su mision consistia en ir reemplazando a los fallecidos y mantener siempre firme la concurrencia.
Asi, en cierta reunion de egresados del Colegio Nacional Nicolas Avellaneda, promocion 1921, se dio el curioso caso de que ninguno de los asistentes habia pisado jamas ese establecimiento, lo que no les impidio evocar a profesores, reirse de pasadas travesuras y brindar por encuentros futuros.
Con el tiempo, la actividad de la agencia fue amenguando. Contribuyo a este hecho cierta mala prensa que siempre tiene la amistad entre los espiritus escepticos. En Flores, y en todos los barrios, se contaban leyendas sobre las traiciones de los amigos y sobre las ventajas de la soledad. Todavia en nuestro tiempo hay personas que se complacen en declarar que los perros son mas leales y sinceros que los humanos. Cabe sobre esto una pequeña reflexion.

Tal vez sea cierto que los perros no traicionan. Pero esto no es en realidad una virtud del animal. Ocurre simplemente, que la modica organizacion mental del perro le impide realizar procesos tan complicados como una estafa. Es decir: los perros no pueden traicionarnos, por la misma razon que no se les permite es cribir novelas.
Hoy cuando ya no existe la Agencia Amigos de Ocasion, vale la pena preguntarse si no sera necesario inventar algo para reemplazarla.
Sera dificil, desde luego. Nadie podra rescatar a los amigos perdidos. Poco podra hacerse para librarnos de los desconocidos que llenan nuestro tiempo.
En todo caso, cada uno de nosotros debera cuidar lo poco que tenga. Sin componer canciones ni escribir poemas. Se trata unicamente de sentarse un rato en la vereda o de matear en silencio con los que estan mas cerca de nuestro espiritu.
Si uno no tiene ya a los de antes, cabe decir que tal vez existen en el mundo amigos viejos a los que todavia no conocemos.

Yo mismo, las otras noches resolvi salir de mi encierro y lleno de ilusiones me encamine a cierta esquina que conozco. Tenia ganas de fumar en silencio junto a tres o cuatro sujetos que se estacionan en ese lugar.
Pensaba ademas cosechar algun guiño amistoso despues de estos añnos en que estuve tan ocupado.
Pero algo raro debe haber sucedido, porque no habia nadie.

Como decían los chinos, en este mundo la certeza no es más que una ilusión. Nadie puede estar seguro de nada. Todo juicio puede ser falso, incluso éste.
Y el ejercicio de la inteligencia no alcanza a aclarar las cosas. Más bien puede decirse que las complica.
Todo esto produce en los paisanos un cierto desasosiego: uno recorre la vida buscando alguna verdad y apenas si encuentra señales confusas. De lo absoluto, ni la sombra.
Así, de tanto andar entre fantasmagorías, algunos pensadores llegaron a sospechar que el propósito final del universo es el engaño.
Sin embargo, conviene imaginar lo espantosa que sería la vida sin la existencia de asuntos dudosos. Un mundo con respuestas para todo sería también un mundo sin preguntas. Y también sin esperanzas ni sueños.
En otras palabras: es sólo en el terreno de la incertidumbre donde nos está permitido macanear libremente.

(La decadencia de la amistad - Alejandro Dolina)





Decir amigo
es decir juegos,
escuela, calle y niñez.
Gorriones presos
de un mismo viento
tras un olor de mujer.

Decir amigo
es decir vino,
guitarra, trago y canción
furcias y broncas.
Y en los Tres Pinos
una novia pa' los dos.

Decir amigo
me trae del barrio
luz de domingo
y deja en los labios
gusto a mistela
y a natillas con canela.

Decir amigo
es decir aula,
laboratorio y bedel.
Billar y cine.
Siesta en Las Ramblas
y alemanas al clavel.

Decir amigo
es decir tienda,
botas, charnaque y fusil.
Y los domingos,
a pelear hembras
entre Salou y Cambrils.

Decir amigo
no se hace extraño
cuando se tiene
sed de veinte años
y pocas «pelas».
Y el alma sin mediasuelas.

Decir amigo
es decir lejos
y antes fue decir adiós.
Y ayer y siempre
lo tuyo nuestro
y lo mío de los dos.

Decir amigo
se me figura que
decir amigo
es decir ternura.
Dios y mi canto
saben a quien nombro tanto.





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