Esteban Morgado es, probablemente, uno de los más creativos guitarristas de tango de Argentina. Sin embargo, su trabajo en vivo y sus discos no parecen estar concebidos en función de su exclusivo lucimiento. Como compositor e intérprete, incorpora la guitarra como un elemento más del andamiaje sonoro de su cuarteto. Es creador de canciones instrumentales como “En tu adiós”, dedicada a la memoria de su padre, y “Ronda de las Madres”, homenaje a las madres y abuelas de Plaza de Mayo, e intérprete de clásicos ajenos, como “Niebla del Riachuelo”, que Morgado hace suyos para devolverlos con nuevas lecturas.
Puede tocar para los milongueros o para la escucha atenta del melómano. En todos los casos, cautiva con su notable técnica y con la sensibilidad que exhibe para darle sentido a las notas que toca. Completan su cuarteto Walter Castro (bandoneón), Enrique Condomí (violín) y Horacio “Mono” Hurtado (contrabajo).
Esteban Morgado es guitarrista, compositor, arreglador, y participa en eventos internacionales como guitarrista y arreglador. Estudió con Héctor Strafforini, Manolo Juárez, Miguel Ángel Girolet, Gabriel Senanes. Ha trabajado con músicos, cantantes y actores de prestigio local e internacional como Alfredo Zitarrosa, Isabel Parra, Ranko Fuchisawa, Roberto Goyeneche, Litto Nebbia, Raúl Lavie, Adriana Varela, Ernesto Acher y Diana Rot, entre otros. Se dedica a la enseñanza de guitarra y música desde hace 30 años, realizando talleres, cursos seminarios y clínicas en distintos ámbitos de todo el país. Es uno de los músicos más interesantes del tango actual, reconocido entre los críticos del género con dos premios Gardel.
Es muy difícil describir con un par de palabras cómo suena esta cadenciosa versión de la banda sonora de la película "Cinema Paradiso", sólo puedo decir que me parece sublime, quizá uno de los puntos más altos de la obra del cuarteto de Esteban Morgado.
Dice Esteban Morgado sobre él: “La idea es transitar no sólo por el tango sino también por el folclore, el jazz o por lo que la gente pida y le guste, lo que quiero es reivindicar la guitarreada".
Otro momento mágico de la obra de Morgado es este "Alas de Tango" de Gieco, cantado por el propio León Gieco.
Alas de Tango
-León Gieco-
Su frágil figurita iluminaba el salón
presencia de alas de tango alucinado y seductor
si Scola la hubiera visto se la llevaba con él
tan pálida, en su vestido negro, volaba de placer
El tiempo no era tiempo en aquel lugar
un solo gozo era ver las parejas bailar
cada giro en mi cabeza fué una historia
Buenos Aires con su magia se metió en mi memoria
Aromas de la noche entraban por el ventanal
reinaba el dos por cuatro en las inquietas miradas
acariciaba el bailarín su linda espalda
hacía girar sus pies al compás del alma
Alas de tango llenaban de luna la penumbra
y en un brindis de champagne la sala fué quedando a oscuras
el día que se baile tango en las calles del amor
cara a cara, ojos cerrados, corazón a corazón
Cada giro en mi cabeza fué una historia
Buenos Aires con su magia se metió en mi memoria.
Y como la música no tiene fronteras, Esteban Morgado expande los límites de lo posible (como en aquel mayo de 1968 que hoy parece tan lejano) y también logra enhebrar el tango con elegancia en una canción de Queen que no requiere mayores presentaciones.
Más música de este glorioso cuarteto en MySpace.
miércoles, 9 de diciembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario