“De modo que me considero un privilegiado pues desde mi infancia tuve en la manos los elementos formativos, el acceso a una cultura popular, razón por la cual comprendí claramente que no permitir que el pueblo tenga acceso a la cultura es un hecho que integra un verdadero y siniestro plan para destruir la cultura de ese mismo pueblo”.
Él era un poeta necesario, era el homenaje a la tierra, la palabra necesaria, aquella que solo sabe de verdad, de belleza, de amor por el tierra y la libertad. Él ha sido esa "gente que es así, tan necesaria".
Uno de los artistas que rompieron el molde del folklore argentino, hasta entonces volcado al relato costumbrista o paisajístico. En 1953 escribió La amanecida: “Monte de soledad/ nos vamos bebiendo el día/ y un andar por la tierra salobre/ de lágrimas perdidas”. Fue un hito en la transformación del folklore no sólo argentino, sino que también del latinoamericano, con la incorporación de la metáfora, la magia poética, la imagen y el sentido.
Canción para Carlos Alonso, de y por Hamlet Lima Quitana y Enrique Llopis. Una letra maravillosa, un canto a los amigos intensos, aquellos entrañables. Su amigo del alma y compañero artístico, Enrique Llopis, lo recuerda así: "Fue también en Castro Urdiales donde compusimos con Hamlet Lima Quintana "Canción para Carlos Alonso", que sintetiza la intensidad de los momentos vividos: Allí llegué una mañana a la casa de Horacio Guarany, para encontrarme con Armando y este Carlos Alonso del dibujo y el color alucinados. Eso fue ya hace tiempo, por el 78...".
CANCION PARA CARLOS ALONSO
Muchas veces recuerdo Castro Urdiales,
esa breve bahía que en España
ponía verdes, amarillos,
rojos a porfía en las barcas pesqueras del Cantábrico.
Allí llegué una mañana
a la casa de Horacio Guarany
para encontrarme con Armando
y este Carlos Alonso del dibujo y el color alucinados.
Eso fue ya hace tiempo, por el 78...
Pero recuerdo dolorido
que Carlos hablaba de Paloma, su hija,
que integra esas listas de los que no regresan.
Entonces yo pensaba en esta tierra,
la gente de estos lares,
la sangre de mi sangre,
los amigos, el amor desmayado
a través del Atlántico
y me dolía el alma
que regresaba entre los vientos,
regresaba de mi angustia
a la angustia de estas calles,
las cartas con noticias, la música en la sangre
y lloraba, les juro que lloraba.
He caminado por la soledad
junto a la vida de un amigo.
El pecho justo nos creció a los dos
éramos fuente del abrigo.
Él y yo, sol y luz
nos contábamos el tiempo que pasó.
Él me contaba sombras de crueldad,
mientras lloraba con mi amigo.
El pecho justo se pobló de amor
de eso no sabe el enemigo.
Él y yo, sol y luz
nos contábamos el tiempo que pasó.
Y todo un pueblo nos miro pasar,
el pecho entero y dolorido.
Y todo un pueblo nos pobló de paz,
de eso no sabe el enemigo.
Él y yo,sol y luz
nos contábamos el tiempo que pasó.
Hamlet fue un poeta enorme y un conversador lúcido. Siempre listo para prestar su oído a las necesidades del otro, siempre amable y dispuesto, con la facilidad que le daba su bonhomía, su inmensa cultura y su proverbial modestia. Siempre estaba levantando la moral del prójimo y haciendo de la vida un camino más llano.
Quino le dedicó esta viñeta luego de su infortunada desaparición.
Autor de más de cuatrocientas canciones, entre ellas está su obra más popular: "Zamba para no morir".
ZAMBA PARA NO MORIR
Romperá la tarde mi voz
hasta el eco de ayer
voy quedándome sólo al final
muerto de sed, harto de andar
pero sigo creciendo en el sol, vivo
era el tiempo viejo la flor
la madera frutal
luego el hacha se puso a golpear
verse caer, sólo rodar
pero el árbol reverdecerá, nuevo
Al quemarse en el cielo la luz del día, me voy
con el cuero asombrado me iré
ronco al gritar que volveré
repartida en el aire al gritar, siempre
Mi razón no pide piedad
se dispone a partir
no me asusta la muerte ritual
sólo dormir, verme borrar
una historia me recordará, vivo
veo el campo, el fruto, la miel
y estas ganas de amar
no me puede el olvido vencer
hoy como ayer, siempre llegar
en el hijo se puede volver, nuevo
ZAMBA PARA NO MORIR de Hamlet Lima Quintana también fue interpretada por el grupo de rock La Senda del Kaos (LSDK) donde canta su nieto Luciano Lima.
Se fue con el cuerpo asombrado y la voz ronca de tanto prometer gritando que volvería, como asegura en "Zamba para no morir". Vivirá en sus letras, en la voz del pueblo, y en la de los músicos que seguirán llevando su palabra necesaria por los escenarios del mundo.
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