"Cuando hoy me hallaba yo lejos de aquí,
paseando sola,
quieta y tranquila
era la tarde.
Sobre una flor incliné mi cabeza
y oí tu voz.
¡Oh, no digas que no, porque entendí...!
Me hablaste desde aquella flor que está en la ventana.
¿Has olvidado lo que me dijiste?"
"Pero dime antes qué creiste oir."
"Esquivando una abeja de la flor,
incliné mi cabeza
y, cogiéndola luego por el tallo,
escuché y oí, clara, la palabra...
¿Pronunciaste mi nombre? ¿O bien dijiste...?
Sí, alguien dijo: «¡Ven!», mientras yo me inclinaba."
"Si acaso lo pensaba, no lo dije en voz alta."
"Por eso regresé."
"El teléfono", de Roberto Frost.
La imagen corresponde a una pintura de Renato Guttuso, que, y dado que desconocemos su verdadero nombre, podríamos titular "Mujer en la ventana".
Qué buscas esta tarde de setiembre? ¿Qué agradable misterio halaga tus sentidos inefables? En los cañaverales juega el viento desnudo como un niño en la orilla del río.
(Ricardo Molina)
lunes, 25 de junio de 2012
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