lunes, 4 de junio de 2012

Un espejo donde mirarse

Yo que sentí el horror de los espejos,
no sólo ante el cristal impenetrable
donde acaba y empieza, inhabitable,
un imposible espacio de reflejos.

Fragmento del poema "Los espejos", de Jorge Luis Borges.

El Viejo, con infinita sabiduría, también dijo que hay que tener sumo cuidado con los enemigos que uno elige, porque invariablemente termina pareciéndose a ellos. Con sencillez y belleza, sigue siendo un infalible oráculo de nuestra realidad.


Lanata caza en el zoológico con argumentos recursivos. Si quieren saber lo que piensa "el enemigo" -sobre todo por lo de pensar-, mejor se toman un vinito mientras ojean La Nación.
Si prestan atención, y leen la actuación de este personaje de manera analítica y reflexiva, deberían notar que siempre la estrategia es ocultar el debate de fondo -que es siempre el cómo y el qué en economía- atrás de banalidades, esto incluso cuando algo de lo informado es cierto.
No pierdan más el tiempo, o terminarán tan irascibles, intolerantes y vacuos como sus televidentes.

Quiero dejar sentado que esto que digo excede de largo algún irrelevante tema puntual de indignación semanal. Hablo más bien del personaje (dicho con toda intencionalidad), de los árboles, los bosques, y del peligro de no saber elegir los enemigos.





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