martes, 19 de junio de 2012

Todos tenemos sitio para reír en el infierno

Como el 1% que tiene todo el dinero y todo el poder real siente pánico ante la incertidumbre, la premisa de estos tiempos es:
"Con el dinero de todos salvemos a los bancos que ahí es donde está mi dinero (al 99% ya los convenceremos de que eso es bueno para ellos, que para eso nos compramos unos hermosos medios de información masiva)".

Arderemos en el infierno.

(Algo así, más escueto por cierto, dijo el economista Pablo Tigani, y yo no pude resistirme a darle mi personal forma.)

La fuente de la imagen es el muy recomendable blog de humor español El chiste de Mel.


Uno se pregunta incrédulo, ingenuo, cómo es posible que nos dominen usando el egoísmo y la insolidaridad que una y otra vez se imponen.
El ácido humor de este estadounidense creo que nos permite una interesante reflexión:

Que los grandes medios de comunicación (propiedad de esos inmensos y poderosos grupos económicos que se dedican entre otras cosas al negocio de la información) venden mierda, es una verdad universal e irrefutable, también lo es el para qué (o el para quién), pero...
Quizá lo que no tenemos todo lo presente que debemos es que, probablemente, la primera culpa sea precisamente de quienes la compran, y tal vez lo jodido, lo dramático, sea que la razón de esta adicción a la mierda que venden los medios es ocultar el vacío, la nada, esa asfixiante medianía...

¿Habrá que resignarse y convivir con la estupidez, entonces?

Arderemos en el infierno. Todos...




Pero que den paso a los que hacen los mundos y los sueños, las ilusiones, las sinfonías, las palabras que nos desbaratan. Y nos construyen, los más locos que sus madres, los más borrachos, que sus padres y más delincuentes que sus hijos Y más devorados por amores calcinantes.
Que les dejen su sitio en el infierno, y basta.
(Fernández Retamar)

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